Capítulo 30

70 12 1
                                    

Ahora mismo estamos en lengua, Sam está sentada a mi izquierda y Sofia a mi derecha. Una de las cosas que han cambiado es que ahora Ryan,Chase y Dylan -en ese orden- se sientan detrás nuestra y evitan que nos aburramos en clase.

—Cariño, vamonos— me dice Chase apareciendo a mi lado y ofreciendome la mano. La clase a pasado más rápido que de costumbre.

Normal, si te vas por las nubes y no prestas atención...

Le cogo la mano y juntos nos vamos de la ahora, vacía clase. Nos vamos hasta la cafetería y mientras que hacemos la cola hablamos de una proxima cita triple que los chicos están preparando.

—Eso lo debemos de decidir nosotros, mi amor— dice Chase

—Vale pero almenos dadnos una pista para saber como nos tenemos que vestir

—Tu estás guapa con lo que sea— dice para despues darme un pequeño beso en los labios.

—No me intentes cambiar de tema, necesito que me digas como me tengo que vestir

—Vestiros elegantes pero no demasiado— dice mientras paga nuestros desayunos ya cansado de luchar por una cosa que para él es insignificante

—Vale eso me sirve, ¿cuando es?— pregunto a los chicos en general mientras nos sentamos en la mesa

—Este sábado, os recogeremos a todas en la casa de Sam— dice Ryan

—Vale, ¿chicas vamos esta tarde a comprar?— dice esta vez Sofia, quien hasta ahora parecía absorta en sus pensamientos

—Me parece bien, yo quiero comprar el vestido que vi el otro día— dice Sam emocionada

Seguimos hablando sobre la cita triple hasta que toca la campana y todos nos vamos a nuestra próxima clase, Gimnasia.

Uno de los gestos más bonitos que he visto en toda mi vida es el que hizo Dylan el otro día, nos contó a Sam y a mi que siempre había intentado estar en la misma clase que Sofia pero que este año no lo había conseguido y como el era el único que no estaba con nosotros en clase habló con los profesores y la directora para ver si se podía cambiar, todo eso por Sofia, claro está que todos menos ella -ya que era una sorpresa- le ayudamos con los profesores, cada uno con el que tenía más confianza o se llevaba mejor.

Pagaría lo que fuera por volver a ver su cara de asombro al verle en nuestra clase, ya todos estábamos en nuestros nuevos sitios -penúltima fila las chicas y última fila los chicos- y ella como siempre llega tarde -no sé como ya que todos veníamos en el mismo coche- fue buscándonos con la mirada y cuando vio a su novio salió corriendo hacia el y le tocó la mejilla para según ella confirmar que no era una alucinación. La que más a cambiado de las tres es ella, porque ahora está mucho más... agradable por así decirlo.

Llegamos al gimnasio minutos más tarde y nos vamos a los vestuarios a ponernos la ropa de deporte. Sería mucho más cómodo que viniéramos directamente vestidos de deporte pero eso de andar con la ropa sudada durante todo el día no es muy agradable.

Un cuarto de hora después nos encontramos corriendo alrededor de la pista, los chicos como son deportistas pues nos llevan una vuelta de ventaja.

—Venga cariño tu puedes— dice Chase mientras corre de espaldas mirándome con una sonrisa burlona

—Mi amor te vas a caer— le digo mientras me quito el sudor que se ha acumulado en mi frente

—No me voy a—no llega a terminar la frase ya que, como había previsto, se ha caído. Rápidamente me acerco a él, mientras me río.

—Te lo dije— le digo mientras el coge la mano que le acabo de ofrecer.

—Ya bueno, acabo de aprender que tengo que hacer caso a tus advertencias— dice para después, sin venir a cuento, darme un beso en los labios.

—Estáis enxoxaos— comenta Sam en cuanto Chase se va.

—Vamos ni que tu estuvieras mejor

—Yo no lo estoy— dice haciendose la enfadada

—Que no dice, estais tan enxoxaos que cuando hablais parece que hay un arcoiris detrás vuestro— digo para después lanzar una carcajada por mi propio chiste, Sam me da un golpe en el hombro

—Amy y Sam estáis castigadas— en cuanto escuchamos eso Sam y yo nos damos la vuelta asustadas al escuchar la voz del profesor pero nos tranquilizamos al ver a Sofia riéndose por su brillante imitación

—Siempre supe que tenía un don para estas cosas— dice como puede entre carcajadas

La hora pasa rápido, al igual que todas las demás y casi sin darme cuenta me encuentro en una de las tiendas de ropa buscando un vestido para la cita de pasado mañana.

Problemas PendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora