DIA 7
A la mañana siguiente subieron a un bus que según se informaron los llevaba a la estación de tren. Melissa miraba por la ventana mientras Javier la abrazaba. En eso ella vio algo que no podía dejar de pasar.
-¡Javier!, ¡hay que bajar!-se emociono poniéndose de pie
-¿por qué?-
-¡hay que bajarnos! ¡Ándale!-dijo alegre empujando a Javier para que caminara rápido. El bus se detuvo y bajaron después de una joven que traía cargada a una niña.
-ahora me puedes decir, ¿por qué nos bajamos?-
-¡un parque de diversiones!-señalo haciendo que Javier volteara a ver lo que ella miraba con tanta emoción. Era el Tibidabo, un parque de diversiones que se encontraba en lo más alto de una montaña de Barcelona
-¡tenemos que ir ya! ¿¡Que esperamos!?-dijo Javier tomándola de la mano y corriendo hacia la entrada. -¡Cuidado! que tenemos una pequeña invitada-dijo Javier mientras corría cargando la caja de Azul.
Al entrar parecían como dos niños chiquitos, no sabían por cual juego empezar.
-¿qué te parece si subimos primero a ese?-señalo Javier una gran montaña rusa
-¡me parece perfecto! Vamos!-hicieron una corta fila pues apenas eran las 11:00am y no había mucha gente. Dejaron sus mochilas y la caja donde estaba Azul sin decirle que tenía al manejante del juego y subieron.
-¡tengo nervios! Hace mucho que no los sentía por un momento como este-dijo Melissa temblando. Javier al sentirla la abrazo
-¡debo de confesar que yo igual! ¡Así que vamos a disfrutarlo!-
El juego empezaba a andar. Javier tomo la mano de Melissa y a la primera bajada empezarían los gritos no solo de ellos si no de los demás que también disfrutaban de aquel juego.
Después de ese subieron a otro y así hasta que terminaron de subirse a todos. Al subirse al último se sentaron agotados en una banca. Ahora había más gente haciendo fila y niños corriendo por todos lados.
-¡estoy cansadísima!-dijo Melissa estirando sus pies
-me duele la espalda de hacer fuerza con la montaña rusa-rio Javier sobándose. Melissa acerco su mano y empezó a masajear un poco más abajo del hombro de Javier.
-¿aquí te duele?-le pregunto con una sonrisa
-¡si por ahí!-dijo disfrutando del masaje. Melissa aun sobando se acerco a él y le dio un beso en su cuello. Eso estremeció a Javier. Sonrió y volteo a darle ahora él un beso en sus labios.
-¡oye! Hay mucha gente-dijo mientras Javier empezaba a jugar con ella
-¿así? ¡No me importa!-
-¡hay niños Javier!-dijo riendo
-¡es cierto! No quiero terminar como aquella vez en la nieve-los dos rieron al recordar
-pero aquí no hay nieve-
-pero que tal si me atacan con palomitas-dijo señalando a un señor que vendía palomitas junto a una maquina de rayas blancas con rojas
-¡suena violento!-
-ya son las 5:00 pm tenemos que irnos-dijo Javier levantándose del asiento
-¡no! ¡Un rato más!-dijo Melissa aferrándose a la banca
-¡Fue mucho por hoy!-Melissa se puso de pie y siguieron su camino.
Llegaron a la estación de tren. Ahora era el momento de saber cuál era su siguiente destino.