Raro

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Habían pasado unas cuántas horas, otra vez estaba dormido, roncaba levemente mientras se removia, Namie, Izaya y Shinra observaban al durmiente Shizuo mientras conectaban un pequeño cable con una aguja en la punta a su cuello, y éste solo llegó a sentir cosquillas.

-Shinra, ¿Estás seguro de que esto es...seguro?

-Claro, además si llega a suceder algo Namie-san solo tiene que presionar ese botón, además no me digas que no tienes curiosidad

-¿Por que tendría curiosidad por la bestia? Que sepas que me da igual lo que sueñe

-Si sabemos que es lo que sueña podremos evitar que grite tanto y que esté más relajado

-...Al fin podré dormir...Bien, bien hagamoslo

Se sentaron frente al sillón, mirando al rubio dormir plácidamente, desenredaron los cables y colocaron las agujas en sus cuellos

-¿A la de tres? -Preguntó Shinra algo nervioso-

-No seas marica -Izaya empujó levemente el brazo de Shinra haciendo que éste enterrara la aguja en su cuello y cayera dormido inmediatamente- Wow, deseame suerte Namie-san~

-Ojala te mueras...Y pensar que me bajaste el sueldo solo por haber intentado sacar información de mi hermano

-Tienes que pagar por mi información, Namie-san -Dijo para después recostarse sobre las piernas del rubio y enterrar la aguja en su cuello también-

Todo era oscuro, caminó un poco y logró divisar a Shinra quién, emocionado comenzó a zarandearlo.

-¡FUNCIONO, FUNCIONO, FUNCIONO!

-Si, si ¡yupi!...Así que este lugar es...la mente de Shizu-chan

-Algo vacía pero si

-¿Y cuándo empezará?

-Cuándo Shizuo así lo quiera

De un momento a otro todo había cambiado, se encontraban en la escuela, si, en Raira, Shizuo se encontraba caminando junto a su hermano pues sus escuelas quedaban por el mismo camino.

-¿Y que harás después de clase? ¿Algún club o algo? -Preguntó Shizuo-

-Tengo club de teatro...

-Entonces dejaré tu almuerzo en el microondas, asegúrate de ir con cuidado ¿eh?

-Si...

-Bueno, ya me voy

Shizuo siguió caminando por la calle hasta llegar cerca de la escuela en dónde se detuvo para mirar hacía dónde se encontraban Shinra e Izaya, alzo la mano y comenzó a saludar como si fuera capaz de verlos

-¿Nos ve? -Dijo curioso Izaya-

-No lo creo...Debe de estar saludando a alguien mas

Y tal como el pelicastaño había dicho, Shizuo saludaba a Kadota quién venía desde la calle contraria.

-Llegas temprano Shizuo

-Es que mi hermano quería que vinieramos juntos...No me resistí a su cara...

-¡Pero si no tiene expresiones!

-...Solo es que tu no las ves...-Respondió El rubio con cierto aire melancólico-

En segundos ya estaban en la tercera hora, lo que llamó la atención de Shinra e Izaya, fue que en ningún momento se acercó a ellos, es decir, a sus "yo del pasado", el rubio parecía estar...

Lo que el destino quisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora