Capítulo 9: Tu Risa.

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- Yo te voy a ayudar.- decidió él abrazándome nuevamente, había una escena de un beso en la pantalla. Matteo y yo nos encontramos en una mirada que cortaba distancias cuando llegó mi papá.

- Llegué, hija.- anunció mi padre.

-Hola.- saludó Matteo cuando me aparté de su abrazo.

- Matías ¿cierto?- preguntó mi papá.

- Es Matteo, papá.- le corregí.

- Ah... sí, sí, Matteo, el rey de la pista ¿cierto? Vos eras el novio de Luna ¿no?

- No-no, Luna y yo nunca fuimos novios.- admitió Matteo.

- Pero vos la besaste el año pasado...- recordaba él la competencia que me acompañó a ver.

- Papá, ¿no tenes que llamar al delivery?- cuestioné.

- Ah sí, ¿qué queres pedir? ¿Comida de Japón?

- En realidad, creo que hoy prefiero italiana.- declaré provocando que Matteo ría.

- Les recomiendo la pizzería de Roberto, tienen la mejor pizza napolitana del país.- declaró él.

- ¿No te quedas a comer?- preguntó papá.

- La idea era quedarme hasta que deje de llover.- indicó Matteo volteándose a mí.

- Si queres te podes quedar.- dije tímida.

- Me encantaría.- sonrió él.

Esta era la segunda cena que compartía con Matteo. La primera había sido con sus padres y mi madre, en la cual descubrimos la amistad de nuestras madres y conocí al complicado padre de Matteo.

-¿Y ya sabes qué vas a estudiar?- consultó papá.

- Mi papá escogió relaciones internacionales.

- ¿Escogió? ¿No se supone que vos elijas?- preguntó él.

- Mi padre no es como usted, señor Simonetti.

- No me trates de usted, me haces sentir viejo.- dijo mi papá. - Soy Ricardo.

- Bueno, mi padre no es como vos, Ricardo.- reformuló Matteo.

- Yo tuve el mismo problema con mis padres, un día me dijeron "Ricardo, vos tenes que estudiar ingeniería informática." Y yo quería dedicarme al rock and roll, ser un espíritu libre, pero al final, mis padres tuvieron razón, encontré una rama en los videojuegos que me apasionó tanto que bueno, en un asunto de derechos de autor conocí a Ana, la mamá de Nina, y estuvimos diez años juntos.- recordaba mi padre.

- Papá, me parece que Matteo no quiere hacer diplomacia.- dije yo.

- Ni sé lo que quiero.- admitió el italiano. - Solo sé que me gusta la música.

- Y sos muy bueno, yo creo que tenes el talento suficiente para llegar lejos.- confesé.

- ¿De verdad?- preguntó Matteo.

- Sí.- asentí.

- Canta algo.- indicó mi papá. - No hay nada que disfrute más que comer con música.

-  ¿Cantarías?- le pedí.

- Bueno, pero me vas a deber una canción.- me dijo Matteo.

- Ahora voy a poner la música.- decía mi papá manejando su computadora con una mano mientras con la otra comía la pizza.

- Esta noche pensé en pasarte a buscar que estés lista a las diez, invitarte a cenar, a esos sitios que nunca te llevo;  y a luz de la luna confesarte un deseo. A la orilla del mar, diré frases de amor,  iremos a bailar, muy juntitos los dos. Y a la hora en que las princesas se enamoran, dejarás el salón por quedarnos a solas.- cantó Matteo luciendo su voz. - Hoy puedo morir de amor, rescata mi corazón, quédate conmigo.- me guiñó un ojo.

- Hoy puedo morir de amor, rescata mi corazón, quédate conmigo. - nos unimos papá y yo.

- Esta noche tendré un buen auto prestado,  un aroma francés, y una flor de tu lado. Pero escucho tu voz en el contestador y mis noches de sueños se esfuma. - cantó interpretando la letra a mi lado. - Que tenes que estudiar, yo lo puedo entender.- me señaló asintiendo. - Cumple años papá ¡¿Que le vamos hacer ?! - indicó a mi papá.- Y tu madre volvió antes de lo previsto y esta visto que hoy no es mi día... Porque hoy ...- cantó él alentándonos a unirnos al estribillo.

- ...puedo morir de amor,  rescata mi corazón, quédate conmigo. Hoy puedo morir de amor, rescata mi corazón, quédate conmigo.- armonizamos con papá.

- Y les puedes decir que te has ido de acá, a  papá, a mamá y a la universidad.  Y al final una vez esta noche,   divertirte cantando en mi coche. - vocalizó con aires de romántico dirigiéndome la mirada.- Hoy puedo morir de amor, rescata mi corazón, quédate conmigo.- me cantó.- Quédate conmigo.- concluyó recibiendo aplausos míos y de papá.

- Sin dudas Nina tiene razón, sos muy bueno cantando, hasta le diste ganas de cantar a mi hija.- señaló mi papá.- Yo también conquisté a su madre cantando...

- Papá, creo que te están llamando al celular.- le dije echándolo sutilmente cuando Matteo comenzó a reír.

- Pero no está sonando...- decía mi papá cuando, afortunadamente, el celular comenzó a vibrar.

- ¿Ahora también ves el futuro?- preguntó Matteo divertido.

- Sí, claro.- bromeé.

- ¿Qué ves en nuestro futuro?- consultó coqueto.

- Veo, que Matteo se va a su casa, mientras Nina va a su cama.- respondí fingiendo un bostezo.

- ¿Con "su cama" te referís a la de Nina o a la mía?- cuestionó con una risa pícara.

- La cama de Nina, y Matteo se va la casa Balsano.- expliqué para que no hubiera lugar a malentendidos.

- ¿Y me vas a volver a invitar en el futuro a tu casa?- consultó.

- Tenemos una serie que terminar de ver juntos ¿no?- indiqué.

- Ni siquiera terminamos el primer episodio.

- Con más razón, tenemos que volver a reunirnos. ¿Vos me querías sacar de los libros, no? Ahí tenes una forma de hacerlo, sin conseguirme novio.-le sonreí.

-Bueno, pauso mi búsqueda hasta que terminemos la serie.- rio él. - No vaya a hacer que te me adelantes en los episodios con él, me sentiría muy traicionado.

- ¿Realmente me crees capaz de traicionarte?- cuestioné haciéndome la ofendida mientras el soltaba una risa que generó que mi estómago se revuelva. - ¡Matteo! Lo voy a tomar como un sí.

- No, yo sé que sos la amiga más leal del mundo mundial.- dijo utilizando una expresión típica de Luna.

- Parece que ella influyó en ambos.- señalé nostálgica.

- ¿Vas a estar bien?- consultó preocupado.

- Sí, gracias por acompañarme.

- Aunque no lo creas, el placer fue todo mío.- sonrió.

- ¿Vas a hablar de tu papá de tu futuro?

- Lo intenté, pero él solo escucha lo que quiere oír. Pero no te preocupes, ya se me va a ocurrir algo.- me sonrió tomándome de la mejilla con cariño, inclinándose a mí.

- Nos vemos mañana.- saludé apartándome nerviosa.

-Hasta mañana.- se despidió con una risa cuando cerré la puerta en su cara.

25 Cosas Que Odio De Vos|Mattina (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora