Dolor

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Al final del verdadero amor esta la muerte y solo un amor que termina en muerte es amor – Milan Kundera

A la mañana siguiente, las amigas de Sylvia se aparecieron a primera hora en su casa. Tocaron su puerta durante mucho tiempo hasta que ella les abrió, somnolienta dijo:

- ¿Qué hacen aquí?

- Bueno, ayer durante la cena te vimos tan cerca de Dominik que no pudimos acércanos, así que estamos acá para que nos cuentes absolutamente todo – dijo la más chica con euforia en su voz.

- No podían esperar al desayuno

- No. Cuéntanos ya – dijo la más grande abriéndose paso por la sala de Sylvia.

- Pasen nomas – cerro su puerta y volteo a ver que sus amigas se habían sentado en el sofá.

- Habla, queremos todos los detalles – dijo la menor.

- De acuerdo. Fuimos al paseo de las cascadas, la pasamos increíble. Al principio no me sentía segura pero no sé cómo, él me hizo sentir a salvo, entonces me deje llevar. Hubo miradas, de esas que expresan amor, sonrisas que muestran nerviosismo, el roce de nuestras cálidas manos y el agarre de las mismas alteraban todos mis sentidos. Fue tan lindo, incluso tomo una flor y la puso tras mi oído – ella miraba hacia arriba suspirando de alegría y recordando ese hermoso paseo – en un momento fuimos a una de las cascadas más altas del paseo, era el atardecer y estábamos en un puente colgante, estábamos tan cerca que podíamos sentir el latido del otro. De repente Dominik me toma de la mano y se me declara.

- Quiero creer que aceptaste de inmediato ¿Verdad? – dijo la mayor.

- No, no pude de aceptar tan rápido.

- ¡¿Por qué no?! Lo tenías a tus pies y no pudiste aceptarlo – dijo la misma chica.

- Aguarda. No pude aceptarlo porque no sabía si era lo correcto. Sin embargo, luego de que hablamos con el corazón, acepte. Rápidamente, Dominik tomo mi rostro con sus suaves manos, nos acercamos lentamente y sellamos la velada con un apasionado beso. Les juro que nunca me había sentido tan feliz como en ese momento.

- ¡Que romántico! – dijo la más chica.

- Qué asco – dijo la que no había hablado – es super cliché. Me empalaga.

- Eso es porque no te has enamorado – hablo la menor – es tan romántico, que mejor que un hermoso paisaje para besarte con tu chico.

- Hay algo mejor. Una buena película y un beso robado. Y eso de que él tome la iniciativa, es estúpido, porque no la tomamos nosotras.

- Ya basta chicas - dijo la mayor tratando de calmar la situación – no se trata de cuál es el mejor momento para un beso, se trata de que nuestra amiga sale con él líder y el más galán de todo Tabletki. Te felicito Sylvia.

- Gracias. Ahora que ya saben todos los detalles, podemos ir a desayunar. Muero de hambre.

Dicho eso fueron a desayunar.

El rumor de su noviazgo no tardó mucho en difundirse por toda la ciudad. Su romance era fantástico, ambos se querían mucho y si bien, las inseguridades de Sylvia eran parte de la relación, nunca causaron más que simples discusiones de pareja. No obstante, esas peleas no duraban más de un par de horas. Como se era de esperar, muchas chicas sentían celos de ella por su relación con Dominik, pero afortunadamente, las cosas nunca se salían de control.

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