Fantasía y realidad

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Las cosas no son siempre lo que parecen, las apariencias engañan a muchos, pero la inteligencia de unos pocos, percibe aquello que se oculta - Fedro

Sylvia corrió hacia la ciudad en busca de ayuda, camino por las calles hasta llegar a los bomberos. Cuando llego a su puerta algo extraño sucedió, la estructura del cuartel pareció transformarse en una simple imagen, una imagen la cual se proyectaba en una pantalla. Si bien duro un par de segundos llamo la atención de Sylvia. Cuando volvió a la realidad, entro en busca de ayuda, pero nadie se encontraba allí, corrió por el cuartel desesperada gritando "¡Hay alguien, necesito ayuda!¡Dominik está en peligro!" Pero nadie respondía a su pedido. Al no encontrar ni un alma allí, se dirigió a la comisaria, pero se repitió lo mismo, fue a la sala central pero el lugar estaba inhóspito. Sylvia no entendía lo que ocurría, visito otros lugares sociales con la esperanza de que alguien escuche su pedido de auxilio, pero ella seguía sin respuestas, visito a sus amigas y se repitió la misma situación. La ciudad estaba desierta y Sylvia estaba muy confundida. Quiso volver a las cascadas, pero por una extraña razón, estas ya no estaban. Con mucha confusión y tristeza en su rostro volvió a su casa, se echó sobre su cama y casi automáticamente se quedo dormida. Cuando la situación no podía empeorar más, se repitió el hecho que había vivido hacia unos meses atrás, volvió a aparecer en su cuarto de siempre, si bien fue por unos segundos, basto para dejarla aún más confundida.

A la mañana siguiente, ella no se presento a desayunar, estaba demasiado triste como para comer y lo peor era que no sabía si alguien la iba a ayudar. Se hizo la hora del almuerzo, ella tenía hambre, desmotivada y con la duda de encontrar a alguien allí, fue a la sala central a comer algo. Al llegar pudo notar que la mayoría de los ciudadanos estaban allí, pero nadie parecía triste por la muerte de su líder. Es más, ni si quiera sabía si se habían enterado de ese desgarrador hecho, por lo que decidió acercarse a los miembros del consejo para preguntarles si sabían de Dominik. Se acerco a ellos, pero nadie noto su presencia, les pregunto, pero no la oyeron, dio un grito, pero no hubo reacción. Sylvia se sentía rara y esa sensación de confusión y vacío de hacía varios meses atrás volvió a inundar su alma. A lo lejos vio a sus amigas, corrió hacia ellas, pero como se era de esperar no la notaron. Sylvia decidió retirarse, fue a un parque e intento sentarse en una banca, pero esta desapareció y ella cayo al suelo, miro a su alrededor y pudo observar que estaba un poco alejada de esta, lo cual era extraño, se puso de pie y volvió a intentarlo, esta vez tomo asiento. Estuvo un rato allí tratando de procesar lo que había ocurrido, mientras navegaba en sus pensamientos oyó una voz:

- ¡Amiga acá estabas! – la mayor de sus amigas se acercó a Sylvia, las otras iban detrás.

- ¿Puedes verme?

- Si ¿Por qué no podría?

- Recién estuve en la sala central y parecían no notarme.

- Sylvia no estuviste en la sala central – dijo la menor.

- Si estuve. Yo...- hizo una pausa - ¿Se enteraron lo de Dominik?

- ¿Quién? – dijo la que no había hablado.

- Dominik... él murió.

- ¿Quién es Dominik? – dijo la mayor.

- ¿Es una broma? Por qué no me está gustando.

- Nadie dijo una broma amiga.

- Chicas les estoy hablando de Dominik, mi nov... mi ex novio.

- Sylvia ¿Estuviste bebiendo? Otra vez – dijo la menor – sabes que no te hace bien.

- Yo no bebo desde hace tiempo.

- Dos semanas no es mucho tiempo que digamos – dijo la que tenia casi la misma edad que Sylvia.

- ¿De qué están hablando?

- De que estas hablando tu – dijo la mayor – no existe ningún Dominik aquí.

- Chicas sí que existe...existía. Es... era el líder de este lugar.

- No hay un líder aquí. El consejo dirige todo desde siempre.

- Eso no es cierto chicas. Antes este lugar estaba dirigido por un joven de 18 años llamado Dominik, pero hace dos días murió frente a mis ojos – ella se entristeció.

- ¡Por favor Sylvia! Como crees posible que un chico de 18 años dirija una ciudad como esta. ¡Es ridículo!

- Debo irme – dijo Sylvia, se puso de pie y atónita por esa conversación se retiró extrañada del parque.

Al retirarse siguió sin creer lo que había oído, es decir, Dominik, quien era alguien importante en la comunidad había muerto hacia dos días y nadie parecía notarlo. Sentía una mezcla de emociones, desde bronca hasta tristeza y confusión. Este tipo de situaciones raras se dieron a lo largo del día, desaparecían objetos, las personas no la registraban, cuando hablaba con alguien que notaba su presencia preguntaba por Dominik, pero todos coincidían en que él nunca había existido, etc. Su confusión aumentaba, a esta se le sumaban mareos y visión borrosa. Los días próximos, este tipo de situaciones se repitieron y se sumó, que en ocasiones al caminar por Tabletki, había partes que se borraban del tiempo y espacio, incluso la sala central se transformaba en una pantalla que ella observaba pero que nadie la observaba a ella ni, aunque gritara o hiciera el ridículo. Esa sensación de pantalla duraba unos cuantos minutos, pero luego volvía a tener perspectiva. Otra cosa extraña que noto era que algunas estructuras parecían distintas, en el sentido de la decoración o color, hasta su propia casa se había modificado. En un momento sus amigas la notaron y hablaron de varias cosas, Sylvia menciono la terapia especial, pero todas la vieron extrañadas como si no supieran de que estaba hablando su amiga, ella hablo un poco de esta pero como se era de esperar, en ese mundo no existía.

El tiempo paso, ella ya no entendía en donde estaba parada, si seguía en Tabletki o había muerto en aquella tormenta junto con Dominik, quien únicamente ella recordaba. Sylvia se sentía extraña como aquella vez en la que él se ausento por un tiempo, solo que en esta ocasión él no iba a volver. Parte de su alma ya sabia la verdad, pero Sylvia no quería descubrir el misterio que se encontraba detrás de Tabletki y la muerte de Dominik, ya que ella sabia que lo que había sentido, lo que había vivido allí era real o al menos era lo que su mente quería creer.

El EspejismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora