Un buen viajero no tiene planes fijos ni la intención de llegar - Lao Tze
Una noche de Lunes a las 11:11p.m. Sylvia se encontraba en su cuarto oscuro, desvelada y con una buena cantidad de droga en sangre cuando oyó un ruido extraño pero hermoso a lo lejos, sonaba como el tintinar de pequeñas campanas tocando una suave y placentera melodía que transmitía paz a los oídos, pensando que provenía de afuera se asomo por la ventana pero solo encontró la oscuridad de la noche, se acerco a la puerta de su cuarto, entre abrió esta, esperando encontrar a su hermana pequeña Emily o a su madre, pero nuevamente no vio nada. Volteo, cerrando la puerta y dispuesta a volver a su cama, pero en ese momento algo capto su atención, un pequeño destello procedente del rincón derecho de la pared en la que se encontraba su ventana, sorprendida y con la curiosidad en sus venas se acercó lentamente y pudo captar una pequeña abertura, como si se tratase de una puerta a lo desconocido, se apoyo en esta y poco a poco empezó a abrirse destapando un brillo aun mayor. Al abrirse por completo ella se vio enfrentada a un hermoso paisaje plegado de preciosas cascadas de agua cristalina, verdes praderas y arboles corpulentos, el aire era tan puro y aun se escuchaba ese bonito tintinar. Sylvia volteo y pudo notar que aún se veía su cuarto sombrío, solo que parecía alejarse con lentitud, giro nuevamente y pudo distinguir una extraña figura negra admirando el paisaje. El tintinar de las campanas se detuvo, confusa quiso preguntarle a esa silueta por el lugar y por el sonido que ya no se escuchaba, pero esta hablo:
- Es un lindo paisaje ¿Verdad?
- Si lo es – dijo manteniendo su confusión - ¿Qué es este sitio? ¿Acaso morí y este es "Mi paraíso"?
- No – dijo entre risas – Esto es Tabletki.
- ¿Tabletki?
- ¿Por qué haces tantas preguntas?
- No lo sé, porque quizá hasta recién estaba en mi cuarto y ahora estoy en Narnia durante la primavera hablando con un desconocido.
- Cierto, fui descortés – volteo a verla, ese desconocido era un chico de aproximadamente su edad, tenía ojos azules, cabello negro con flequillo cubriéndole un ojo y tenía un look gótico – Me llamo Dominik.
- Me llamo Sylvia.
- Hola Sylvia.
- Hola Dominik.
Se produjo un incomodo silencio, sus miradas se cruzaron, entre nervios y sonrisas Dominik volvió a hablar:
- ¿Por qué no vienes conmigo así conoces Tabletki?
- Te lo agradezco, pero debo volver.
- No tienes que volver, ese no es tu lugar.
- ¿A qué te refieres?
- Esa habitación a la que llamas hogar no lo es, tu lugar es aquí en Tabletki.
- Disculpa, pero no me conoces, así que no tienes derecho a decir eso.
- Claro que te conozco, eres un ángel caído, tienes inmensas ganas de volar, pero el increíble miedo de volver a caer.
- Conoces mi nombre, no mi historia – ella se volteo ofendida por la intromisión de ese chico en lo que creía conocer de ella por como lucia, mientras se estaba alejando, Dominik grito:
- ¡Puedo ver tus cicatrices! – ella se quedo perpleja y se detuvo, volteando nuevamente hacia donde estaba él, al voltearse noto que él estaba más cerca que antes.
- ¿Cómo sabes eso?
- Por la misma razón que se porque entraste aquí – señalo sus brazos, ella fijo su mirada en ellos y puedo observar que sus marcas de batalla habían salido a la luz, incomoda las cubrió nuevamente
- No se de que estas hablando, solo vi un destello, me acerqué y aparecí aquí.
- Ambos sabemos que eso no es cierto, por eso te pido, acompáñame, descubre tu verdadero hogar – le estrecho su mano y añadió – o puedes quedarte aquí, volver a la oscuridad de tu cuarto y no poder regresar nunca más. Tabletki no abre sus puertas dos veces para los ángeles caídos. Tú decides.
- ¿Prometes no hacerme daño?
- Lo prometo – al escuchar esas palabras, un fuerte sentimiento de alivio invadió a Sylvia, quien tomo la mano de Dominik y ambos caminaron a través de esas verdes praderas de ensueño.
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El Espejismo
Novela JuvenilUna noche, la joven Sylvia se encontraba en su oscura y fría habitación, entre la desesperación y la angustia, ahogaba sus penas con pastillas y alcohol. Repentinamente y en medio de la penumbra, diviso un pequeño destello proveniente de una de las...