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Aquello era como si Elsa de Frozen se hubiera cabreado conmigo. Entre chillidos apagué el grifo. Empecé ha tiritar y escuché la voz de Jefazo desde fuera del baño.

"QUÉ TE PASA."

"EL AGUA ESTÁ FRIÍA."

"NO HAY AGUA CALIENTE, TE TIENES QUE AGUANTAR."

Dije palabrotas entre dientes que no pienso especificar porque soy un caballero y estuve dudando durante un tiempo si de verdad era lo suficientemente valiente para ducharme con agua fría.

Por supuesto que la respuesta era que sí. Soy valiente, soy la mejor.

Empecé a dar saltitos y a mover los brazos arriba y abajo para entrar un poco en calor. Bailé, respiré hondo, y una vez que abrí el grifo puse mi pie bajo el chorro de agua y esperé porque claro a lo mejor mis nervios se confundían y hacían que el alguna tuviera unos grados de más.

Total que al final eso no pasó y sin llorar ni nada me metí bajo el agua y me lavé rápidamente soltando palabrejas allí y aquí.

Cuando salí me sentía como una nueva persona, era como si me hubieran dado un masaje y me hubieran absorbido toda la energía. Duró poco porque justo me di cuenta de que no había traído ninguna toalla. Cagada de las grandes.

El plan A era el de coger la ropa y salir corriendo por el pasillos hasta mi habitación y esperar a que nadie Me viera. Pero los planes A nunca funcionaban y eso era algo comprobado en todas las películas donde había planes.

Procedí a seguir el plan B, que era pedir ayuda.

Me deslicé hasta la puerta y abrí lo justo para poder asomar la cabeza con cuidado de que no se viera nada. Miré hacia los lados en aquel oscuro pasillo esperando encontrarme con alguien que me salvará la vida. Para mi sorpresa y alivio a mi lado derecho me encontré con un Jimin paralizado que me miraba con sus grandes ojos tras las gafas.

En los segundos que pasamos en silencio noté como su cara se ponía roja al igual que la mía. Se me trabó la lengua de la vergüenza, pero luego conseguí reaccionar. Al igual que él, ya que de repente se llevó las manos a los ojos e hizo el intento de huir.

"¡Jimin, para el culo!" Grité "¡Necesito una toalla!" Vi como el chico se paraba y aunque estaba de espaldas a mí seguía tapándose los ojos con las manos. Le vi desaparecer por una de las habitaciones y pensé que aquel era mi fin. Me iba a coger un resfriado. Me iba a entrar fiebre. Me iba a morir de hipotermia.

Entonces Jimin apareció con una toalla blanca en una mano y con la otra todavía tapándose los ojos. Cogí la prenda y rápidamente metí mi cabeza de nuevo en el baño no antes sin dar las gracias al chico.

***

Me había vestido y tirado en la cama de mi habitación. Estaba cansada a pesar de que no había hecho absolutamente nada, pero no quería apagar la luz. Me daba miedo aquel sitio, como me quedara a oscuras empezaría a imaginar cosas.

Sentía un cosquilleo raro por todo el cuerpo, como si en cualquier momento me fuera a desvanecer, y de vez en cuando movía los pies en el aire para intentar que desapareciera aquella sensación, pero no lo hizo.

De repente me asusté, dejando escapar un chillido cuando la luz se apagó. De inmediato se volvió a encender, y me encontré a Yoongi en la puerta mirándome con los ojos entrecerrados y una mano posada sobre el interruptor de la luz.

''¡No hagas eso!'' le grité, echando humo por las orejas. Vi como se rió de mi, antes de volver a poner su expresión de viejo amargado.

''Tenemos que apagar las luces de noche, norma de la casa.'' me dijo, ''¿tienes miedo a la oscuridad?''

Dear diary (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora