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Llegué al supermercado que Jefazo me había dicho. Mis intensiones de escapar se habían desvanecido al momento, cuando me di cuenta de que no tenía idea de dónde estaba.

Nunca había visto antes aquel lugar, y a decir verdad, no me daba muy buen rollo. Si me escapaba y me quedaba de noche por las calles oscuras y sola lo pasaría fatal.

En aquel lugar el aire acondicionado estaba muy alto y tenía frío. Caminé por los distintos pasillos mientras me tomaba el chupa-chups que el simpático de Joe me había regalado.

Conejo Joe me estaba empezando a caer muy bien.

Pelo moco y Jin eran muy simpáticos y me cuidaban mucho, también.

Jimin no me hablaba.

Y Jefazo... Bueno, sin más. Un poco caraculo y rubia, pero bueno, supongo que como jefe que era tenía que hacer el papel de malo en la película.

Llegué hasta el estante de higiene femenina y cogí un paquete de compresas, de la marca que siempre usaba. Sonreí porque me iban a sobrar como 25 pavos, así que me podía comprar más cosas ya que Yoongi no tiene por qué saber cuánto valen las compresas. En el caso de que lo supiera, sería muy raro.

Giré sobre mis talones con una sonrisa malvada en los labios y casi me da un infarto. Un chico estaba justo delante de mí, mirándome.

Tenía el pelo de color rojo y parecía muy suave. Llevaba unas gafas de sol redondas muy grandes y una chaqueta de cuero marrón. No hacía falta decir que era mucho más alto que yo. Lo que más me inquietó era que también tenía un chupa-chups metido en la boca. Era como una mezcla de Willy Wonka y un Beatle.

Nos miramos fijamente durante unos segundos sin decir palabra, hasta que me moví a un lado, pasando de él, y caminando hasta la cajera. Unos cuantos pasos me hicieron falta para darme cuenta de que me estaba siguiendo.

"¿Me estás siguiendo?" Le pregunté dándome la vuelta y levantado una ceja.

"No."

"Pues lo parece."

"Da la casualidad de que vamos por el mismo sitio." Se encogió de hombros con una fina sonrisa en los labios.

Le ignoré y seguí mi camino. La cajera me cobró y salí del supermercado. Wonkatle (no se me ocurrió ningún otro apodo mejor lo siento) seguía a mis espaldas. Me di la vuelta otra vez y nos quedamos cara a cara un minuto más.

"Me llamo V." Me dijo.

"Park Bom."

Nos estrechamos la mano.

"¿Me estás siguiendo?" Pregunté de nuevo.

"No."

Levanté una ceja. "¿Te ha mandado Yoongi para que me vigiles?"

"Nope."

"Sí."

"No."

"Sipe."

"Nope."

"Sí."

"No."

"No."

"Sí."

"¡AJÁ! ¡HAS CAÍDO EN LA TRAMPA!" Le señalé con el dedo índice y adopté una postura dramática. Para mi asombro el chico se llevó las manos a la cara y se quejó de su error. "¡Sabía que Jefazo no me iba a dejar salir sola! ¡Lo sabía!" Me dije para mí misma mientras chocaba el puño contra la palma de mi mano.

Ahora me sentía super engañada y decepcionada porque resultaba que mis nuevos amigos no eran lo inútiles que yo me pensaba.

"Ahora que has descubierto este gran secreto tenemos que volver." V me dijo. "Y por cierto, veo que J-Hope me ha vuelto a quitar mis chupa-chups."

Dear diary (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora