Romeo y Julieta II

82 6 0
                                    

(Esta parte es una narrativa desde la perspectiva de Julieta, en este momento Romeo se cuela en la casa de los Contini tras los sucesos ocurridos dos noches antes, el familiar de Julieta está herido tras ser apuñalado en la pierna por Iván y su herida se ha infectado, lo más fijo es que no paso mucho desde que tenga que dar cuentas al de arriba.)


Permanezco echada en mi cama mientras leo: "un paso para besarte". Escucho a mis padres discutir sobre mi primo y culparse mutuamente por su estado, cada vez lo hacen más alto, así que yo decido subir el volumen de la música, la letra de la canción "Love Story" retumba ahora con fuerza entre las paredes de mi habitación, con la dulce música sonando, puedo dedicarme de nuevo al libro que está en mi regazo.

El protagonista se acerca y coge de la muñeca a la chica de la que está enamorado... Le da la vuelta, con suavidad le sujeta por la cadera y la mira con intensidad a los ojos... bellos como la selva misma... Él comienza a acercarse a sus labios y ella mira a sus labios...

Y mi madre entra sin picar en mi habitación.

-¡Julieta! ¡baja esa música! y ya que estás ve a ver como está tu primo, lo escuchamos divagar desde el tercer piso...

- Está bien mamá... ¿El medico ya le ha dado algo para el dolor?- Digo mientras dejo el libro con delicadeza sobre mi cama y apago la música del reproductor.

-Sí... pero parece no hacerle mucho efecto... La herida parece habérsele infectado...- Un escalofrío recorre cada milímetro de mi espalda.

-Voy a verle, ahora vuelvo, mamá.

Salgo por la puerta después de mi madre, esta vuelve a donde está mi hermana, la pequeña juega con mi padre y este mantiene una tierna sonrisa hasta que cruza la mirada con mamá, tras eso recupera cierta compostura y le hace un gesto a la pequeña para que vaya con su madre, él coge con tranquilidad un periódico y lo comienza a leer con parsimonia.

Comienzo a subir las escaleras hasta la tercera planta, donde Carlo "descansa", a cada escalón que subo escucho más y más a Carlo divagando, hablando solo, casi gritando. Cuando llego a la altura de la puerta de su cuarto comienzo también a oír otra voz, esta es más suave y melodiosa que la de mi primo, esta voz le repetía una y otra vez que sentía lo ocurrido, Carlo en cambio repetía una y otra vez que no quería oírle y que cuando se recuperase iría a por él y a por el otro que le clavó su cuchillo en la pierna.

¿SU cuchillo? Él había dicho que le habían atracado y no recordaba la cara del ladrón, que todo había sido muy rápido.

Tras paso la puerta rápidamente y digo con voz tímida:

- ¿Quién eres y qué haces aquí?

La cara de mi primo Carlo palidece por un momento para acto seguido cambiar a una pérfida sonrisa.

- Es un Panettiere, se ha colado por la ventana, ¡Es el mismo que me clavó el cuchillo!

- ¡Eso es una enorme mentira!- Dijo el chico sentado en la ventana, su pelo era rubio oscuro y sus ojos oscuros como la noche, me miraba a los ojos con una mirada cálida y sencilla. Sentí como si algo flotase dentro de mi estomago mientras le miraba.- Puede que sea cierto que sea descendiente de Panettiere, pero yo no fui el que le clavé el cuchillo, ¡ha de creerme! Él fue el que me atacó en las calles por la noche junto a un amigo, mi "hermano" solo me defendió de él.

- No sé muy bien a quién creer... ten en cuenta que te has colado en mi casa.

El joven agachó la mirada y se rascó con el dedo indice en la mejilla.

- Sé bien que no he hecho algo bueno... Pero quería disculparme con él por lo ocurrido... la culpa no me ha dejado dormir por la noche, no todos somos como él, unos embusteros que no saben cuando parar.- Mata con la mirada a mi primo, este traga pesadamente saliva.

Sus palabras me sonaron creíbles y su mirada reflejaba un claro  arrepentimiento por todo.

- ¿Algo que decir al respecto, primo?- Miré con frialdad a Carlo el cual enmudeció y quedó boquiabierto ante la muestra de sinceridad del chico.- Me lo imaginaba... Disculpa... ¿Puedo saber tu nombre?- Miré hacia el chico sentado en la ventana para contemplar como sus mejillas se encendían en un tono rojizo.

-¿M-Mi nombre? ¿Como una dama tan bella y agradable como tú quiere saber el nombre de un extraño como yo?

Ahora era mi cara la que ardía ante sus palabras, el chico no tenía muchos pelos en la lengua que se dijera.

-Mera curiosidad...- Dije apartando la mirada. Cada vez aumentaba esa sensación en mi estomago.

- Mi nombre... Mi nombre es Romeo, un placer.- Dijo mientras hacía una reverencia sonriendo de oreja a oreja.

Mi primo no era capaz a entender nada de lo que estaba pasando y nos miraba boquiabierto.

- Yo soy Julieta... El placer es mío.- Dije guiñándole el ojo.

En ese momento se escucharon pasos provenientes de las escalera, ¡Alguien subía! Si ven a Romeo se va a armar.

- Romeo, vete ahora, antes de que se abra la puerta, espero verte otro día.

- No dudes en que nos veremos de nuevo mi "lady".-Y saltó por la ventana para desaparecer sin dejar rastro.

Lo siguiente que pasó fue que mi padre entró por la puerta, Carlo intentó decir todo lo ocurrido pero yo deshice sus palabras diciendo que estaba delirando y que no sabía ni lo que decía, así que mi padre no se enteró de ese pequeño..."Percance" con Romeo.

historias cortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora