Aún se encontraba a la expectativa, deseaba de una vez, saber por que estaba ahí, atado de pies y manos,
-¿No piensa contestar?- lo reto, tenía miedo, pero no se lo iba a demostrar.
-Tú, tienes algo que me pertenece- se acerco a él dando pasos firmes, con mirada amenazante.
-No sé de que habla, en mi vida lo había visto.-le daba vueltas al asunto y por más que pensaba, no recordaba haber visto a ese sujeto en toda su vida...
-La maleta, ¿En donde esta?, la quiero de vuelta.- Cristián abrió los ojos de la sorpresa, ahora entendía.
-No la tengo...
-¡Mientes!- uno de ellos impacto su puño contra la cara de Cristián, quien comenzó a sangrar por la nariz
-¡No, no lo hago!...
-Mis hombres te vieron salir con ella.
-¿Sí? Y ¿Se quedaron al final?- el tipo no comprendía a que iba esa pregunta.
-¡¿Se dieron cuenta que por su culpa me arrestaron?!- les gritaba con tanto coraje, enojo.-Yo no tengo su maleta, ahora es evidencia... Esta en manos de las autoridades.
Ahora el sorprendido era ese tipo, que claro no estaba enterado de lo sucedido, sus hombres al ver quien tomaba la maleta, decidieron salir y avisar a su jefe. Se giro hacia estos, quienes lo veían con miedo.
-¡Son unos ineptos, inútiles! ¿Como no notaron a la policía?
-L-lo s-siento...
-Ah, callate - al tiempo que ordenaba silencio, impacto su mano contra la cara de aquel hombre, dejando una marca con un gran anillo que portaba.
-En cuanto a ti, quiero mi maleta, no me importa que no la tengas, si no quieres que busque a tu familia...
-No se atreva ni siquiera a poner sus ojos...
-Aquí, el que da la ordenes soy yo. Así que ya sabes... Tienes un día- ya se dirigía a la salida cuando se volvió hacia sus cómplices.-Ya saben que hacer.
Otro golpe, esta vez sintió como le escurría algo por el cuello. ¿Sangre? Sentía los párpados pesados...
Despertó tirado en el mismo lugar de donde se lo habían llevado.
¿Que iba a hacer? No quería poner en peligro la vida de su madre... De inmediato pensó en Cristóbal.
Decidió llamarlo, debía informarle lo ocurrido, tal vez eso serviría para limpiar su imagen, y se dieran cuenta que era inocente, que no mentía.
Lo cito en una cafetería que estaba cerca de la comisaria, pues Cristóbal estaba de turno y no podía salir así como así...
-¿Que te pasó?- Cristóbal, al verle la cara se preocupó, pues cuando se despidieron, no tenia un solo moretón en su rostro.
-Los dueños de la maleta... Quieren que la devuelva.
-Pensé... ¡Dijiste que no lo habías hecho!...
-¡Y no lo hice! Los tipos me vieron tomarla, y ahora la quieren... Si no la entrego irán tras mi madre.
Cristóbal, se llevo las manos a la cabeza, sabia que con ese tipo de personas no se jugaba...
-Me han dado un día, ¿Que voy hacer?- Cristóbal veía pánico en la mirada de su amigo.
-Tenemos que avisarle al comandante, él te podrá ayudar más que yo- Cristián asintió al instante, debía proteger a su madre como fuera y de quien fuera.
Al llegar a la jefatura , se encerraron en la oficina del comandante, Cristián, le narro los hechos sin exceptuar nada.
-Pues si quieren la maleta, hay que dársela- Cristóbal,veía a su jefe con el ceño fruncido, no entendía que era lo que quería decir.
-¿Como dice?- Cristián se encontraba igual de intrigado que su amigo.
-Debes entregar la maleta...
-Y que si pregunta como la obtuve- quiso saber ya preocupado.
-Solo hazle saber que tienes amigos, que te harina cualquier favor.- el comandante se encogió de hombros, pero a Cristián no le parecía tan sencillo hacer lo que le pedían.
Aún con la duda, decidió aceptar, tenia que proteger a su madre y tal vez esa era la única manera... Sabia que su amigo no lo dejaría solo, confiaba en él.
Esa misma tarde el comandante arreglo todo para que evidencias dejara la maleta en sus manos.
-¿Como sabrás donde entregarla?- quiso saber Cristóbal, que aunque mostraba una mirada calmada, en su interior había intranquilidad, nerviosismo.
-No sé, solo me advirtió acerca del tiempo, estoy nervioso.
Cristóbal palmeo su espalda.
-Todo saldrá bien- esto también lo decía para si...
Ya iba de camino a su casa, volteando cada dos por tres, no sabía que esperar de esos tipos, pues sabia no eran unas blancas palomas, sentía que su corazón iba a mil, sentía pánico de lo que pudieran hacerle a su familia.
Las horas pasaban y no había señales de esos delincuentes, Cristián no sabia si estar feliz o cada vez mas alarmado.
De pronto el sonido de su móvil lo alerto. Con voz ahogada contestó.
-D-diga...
-Espero y ya la tengas en tus manos- decía la voz al otro lado del móvil. Sentía sus manos sudar.
-Si... Aquí la tengo.
-Bueno mañana...Tendrás noticias.- y la llamada se cortó.
No pudo pegar el ojo en toda la noche, ansiaba salir de ese problema.
Al primer rayo del sol, ya se encontraba ansioso...
Y al recibir las instrucciones, se puso en camino, quería acabar lo mas rápido posible con ese asunto.Al llegar al lugar marcado, esperó impaciente... Conforme la horas pasaban sentía su respiración acelerada.
-Veo que has cumplido- aquel hombre se acercaba, con otros dos a su lado- ¿Como lo has hecho?
-Tengo amigos...
-Lo se, ¿Sabes? Ahora se todo acerca de ti, donde vives, que comes... Lamento la muerte de tú padre.
Cristóbal abrió sus ojos aterrado, ya sabían quien era, donde vivía...
Al instante pensó en Ines, su madre.-Se lo que estas pensando, pero descuida, si haces lo que te pedimos nadie se acercara a tu madre...
Cristián analizaba cada gesto, movimiento y palabra que ese hombre decía... Y aunque aun no se graduaba era bueno en eso.
-¿Que quiere decir? No entiendo a lo que va.
-Quiero que trabajes para mi... Que formes una alianza conmigo... Con tus contactos me seras muy útil. Es evidente que alguien importante ahí adentro te protege.
Tal parecía no sabían que Cristóbal era su amigo...
Pero ¿Que haría? ¿Debería aceptar eso?
-Tienes tiempo, solo piénsalo- los hombres se dieron la vuelta y se marcharon.
Dejándolo ahí, sentía alivio, Por ahora estaría a salvo.
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INFILTRADOS
AcciónCristián y Cristóbal mejores amigos desde la infancia, inseparables decían sus padres, o eso fue hasta que el destino los obligo a ir por rumbos muy distintos... Cristián que tan solo era dos años menor, de buen corazón y sentimientos nobles, al ver...