Algo Que Temer

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-Claramente recuerdo haberte dicho que si se te ocurría traicionarme no saldrías bien librado de esto- Cristián veía pálido la escena apenas y podía creerlo, su madre se encontraba tendida en el suelo empapada en sangre.

-¿Que hizo?- Con un dolor aniquilante dejo salir un grito desgarrador que inclusive te dolía el oírlo. Se arrodilló frente a su madre y dejo salir todo su dolor.

Mamá!- Sollozo a su lado hasta que no pudo más...

Se levanto furioso y se fue contra Ezequiel, encarandolo con furia, se acercó a él, quien no se inmutó ante su acto. Y le miro desafiante...

-Te advertí que no soportaba las traiciones- Sin decir mas saco su arma y la apuntó hacia él... Apretó el gatillo.

Cristián abrió los ojos agitado, sudoroso y con un nudo en la garganta, se llevo sus manos a la cabeza y apretó con fuerza. Ya a estas alturas la desesperación que sentía estaba al limite.

Tomó un baño, para intentar dejar ir todas las sensaciones que tenía. Miedo, terror, angustia, ira. Pero estas no se alejaban ni un poco.

Al bajar a desayunar y ver a su madre sintió como el corazón le latía a mil. Verla le dio tranquilidad la cual esperaba mantener hasta el final...

Los siguientes días fueron tranquilos, sin ninguna novedad para él. Lo que agradecía infinitamente...

Pasaron al menos ocho semanas desde el regreso de Cristián, se había dedicado a buscar empleo, no tardo mucho en encontrar alguno. Para su suerte habían borrado sus antecedentes penales...

Los siguientes casos asignados a Cristóbal consumían bastante de su tiempo, le habían asignado el caso de una menor desaparecida y otros más que apenas y podía con ellos.

-¡Cristóbal a mi oficina!- Víctor, el comandante de Cristóbal lo llamo y todos pudieron notar que algo no iba bien.- ¡Ahora!

Cristóbal lo vio un tanto intrigado y sorprendido, no tenía idea que era lo que pasaba.

-¿Qué pasa?- Al entrar en la oficina vio en la cara de Víctor descontento.

-Toma asiento.-le señalo una silla y sin vacilar  hizo caso-Hace días que investigas este caso y no has traído nada en concreto, los padres de la niña se muestran descontentos.

-Se que estamos tardando, pero hemos encontrado muchas pistas y eso nos ayudará no solo a encontrarla a ella...

-Solo quiero que lo hagas y pronto, no hagas que me arrepienta por haber puesto este caso a tu cargo... ¿Entiendes? Las próximas horas son esenciales ya que si no se localiza a la menor tal vez no lo hagamos nunca.

Cristóbal frunció el ceño no le habían agradado las palabras de su comandante; era cierto que era elemental encontrar a esa pequeña. Y jamás se daría por vencido tan fácilmente.

-Entiendo que los padres de la niña están desesperados, y hago cuanto puedo por encontrarla lo más rápido que puedo. Y ten por seguro que lo lograre, nunca me rindo en este tipo de situaciones.

-Lo se y es por eso  que te elegí a ti para el trabajo, tienes todo mi apoyo, sin embargo los padres son quien te están presionando, quieren a sus hija de vuelta lo mas rápido posible.

-También lo quiero así.

Enseguida salio de la oficina, había notado  que algo no andaba bien con Víctor, se le veía preocupado, molesto e incluso podía verse le temeroso, pero no atinaba a pensar el porque. En algo si estaba de acuerdo con él y era en encontrar a esa pequeña con la mayor rapidez posible 

La verdad era que tanto él como todos deseaban por  fin resolver cualquier caso aún si este era el mas complicado y difícil o imposible de hacerlo. 

Sobre este caso en especifico, se habían encontrado varias pistas, sobre casos muy parecidos  en otras ciudades y estados, varias niñas habían desaparecido en circunstancias similares y todas las pistas apuntaban a un sospechoso  que había recibido el apodo del camaleón.

-He Cristóbal, se me acaba de ocurrir una idea, tal vez no te agrade oírla, pero podrida ser nuestra oportunidad de encontrar a la niña- A Romero le cruzaba algo por la cabeza, él era así, ingenioso, inteligente y suspicaz, siempre podía encontrar alguna salida a algún problema, por lo cual era el hombre de mayor confianza de Cristóbal. 

-¿Por que no querría escucharla, es tan mala?- Romero rodó los ojos, y Cristóbal  rió- Ya  anda dímela.

-¿Por que, no le pedimos a tu amigo, Cristián, que nos ayude a investigar con esos tipos?

Por un momento la sonrisa de Cristobal se esfumo, y permaneció serio por un instante, Romero se arrepintió de haber dicho aquellas palabras.

-¿Piensas que el camaleón pueda tener conexión con esa gente?

-Podría ser, no estoy seguro, pero hay que agotar todas las posibilidades- Cristóbal sabia que en eso Romero tenia razón y si tenían la posibilidad de investigar mas a fondo no deberían desperdiciar esa opción.

-Tienes razón, me pondré en contacto con Cristián.

Esa misma tarde Cristián volvía a casa después de un largo día de trabajo, se quedo helado al ver quien estaba esperándolo ahí. 

En la estancia de su casa se encontraba Ezequiel, sentado alado de su madre, mantenían una conversación bastante entretenida, pudo notar que ella estaba disfrutando la compañía de ese tipo, lo que lo lleno de intranquilidad.

-Hijo que bueno que llegas, Javier te ha estado esperando, desde hace ya mucho tiempo- Cristián frunció el ceño al principio no comprendió, ¿Como no se lo imagino? Aunque era muy evidente, Ezequiel jamas daría su nombre real.

-Bueno, me despido ya que solo he venido a recordarle ciertas cosas a su hijo que creo ya le quedaron claras, espero tengan una linda tarde.

Cristián quería irse contra él, golpearlo hasta cansarse, pero en todo momento pensaba en Inés, no quería ponerla en peligro, ademas no había mucho que pudiera hacer  en contra de alguien que siempre tenia apoyo, en cambio él estaba solo.  

  -Usted, prometió que no se acercaría a ella, no mientras yo los mantuviera al tanto de lo que me enterara, y hasta el momento no le he fallado.

-Lo se muchacho, y he cumplido mi promesa, o ¿Acaso le he hecho algo a tu madre? ¿Le has visto algún rasguño? Solo he tratado de ser cordial y hacerle una pequeña visita de cortesía- Ezequiel miraba a Cristian con una sonrisa de burla, que solo lograba ponerlo mas furioso, pero se sentía inútil, incapaz de hacerle frente, no sin poner en peligro a su madre.

Antes de marcharse Ezequiel no dudo en volver a recordarle todas y cada una de las amenazas que ya le había hecho alguna vez, en esta ocasión haciéndole ver que ya había adquirido la confianza de su madre. Y estaba mas cerca de ellos de lo que alguna vez imagino.

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