Las felicitaciones en casa no se hicieron esperar, cuando Cristóbal narraba cada momento del operativo, veía en el rostro de su padre la emoción reflejada, aunque en el de su madre el miedo, saberlo en peligro siempre la ponía mal, pero él sabia lo orgullosa que estaba de él.
–Siempre supe que serias el mejor en esto- decía su padre con una sonrisa en el rostro.
–Habría sido un mejor médico- su madre contraatacaba las palabras de su padre, pues ella siempre deseo que fuera el mejor doctor que pudiera haber, sin embargo Cristóbal amaba el camino que escogió.
–No comiencen por favor.
La cena en esa casa era el momento mas ameno que alguien pudiera tener, jamas habría alguna discusión, que arruinara el momento. ¿Como lo conseguían? Ni ellos lo sabían pero era algo realmente agradable.
–¿A quien creen que me he encontrado hoy?
–Todos dirigieron su vista hacia Milagros, la madre de Cristóbal, esperando que continuara.
–Ines- si bien recordaban los dos, Ines era la madre de Cristián, el mejor amigo de la infancia de Cristóbal. En aquellos tiempos eran inseparables, uno no podía dar un paso si el otro no le seguía.
– Y ¿Como ha estado?- quiso saber Rodrigo, el padre de Cristóbal, quien permanecía atento a la conversación un poco pensativo.
–Pues nada bien,- dijo con un poco de pena en su voz–Ignacio murió, hace apenas unos dias-las miradas de sorpresa no se hicieron esperar... Ignacio era el padre de Cristián.
–¿Como?- pregunta Rodrigo aún muy sorprendido.
–Tal parece que le dio un paro cardíaco.
–Imagino como han de estar...- decía Rodrigo tomando de la mano a Milagros.
–Y...¿Cristián?- pregunta Cristóbal, ansioso por saber de su mejor amigo, pues hace años que perdieron toda comunicación.
–Ines me contó que se fue a estudiar a otro país, no me dijo cual, pero dice que allá, encontró un buen trabajo.
–Me da gusto por él- decía Cristóbal, con una sonrisa en su rostro... Aunque aun sorprendido por la noticia.
Cristián, realmente se fue con la intención de terminar sus estudios en una de las mejores universidades del mundo, pues el era muy brillante, el mejor de su clase de hecho. No había materia complicada para el, Pero el destino puede ser muy caprichoso y se ensaña con quien no se lo merece. Cristián viajó, con el animo de saberse por fin un profesional, sabia que era su oportunidad. De poder sacar adelante a su familia, si se graduaba con honores no habría lugar donde se negaran a darle un buen trabajo. Decidido, buscó un trabajo que le permitiera seguir con sus estudios y poder pagar el alquiler de su pequeño departamento.
Sin imaginarse las pruebas que la vida pondría en su camino, el no era de rendirse a la primera, sí se caía, con esfuerzo se volvía a poner en pie.
–¡Rápido! No hagas que me arrepienta de haberte contratado- le gritaba Jorge, su jefe, llevaba al menos dos meses con este empleo y el mal carácter de Jorge no había cambiado, lo seguía tratando como el primer día.
–Si, ya voy...-el cansancio comenzaba a llegarle, pues sus exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina y debía estar preparado. No dejaba de estudiar. Se desvelaba mucho y comía poco. Pero sabia que el esfuerzo valdría la pena.Todo este tiempo estuvo al pendiente de sus padres, cuando podía les enviaba efectivo, tenia buena condición física. Hacia una que otra entrega a domicilio, cuando su bicicleta se dañaba y la entrega era cerca, lo hacia corriendo.
Pero cuando el tiempo paso y no recibía razón de sus padres, con algo de temor llamó a un vecino que sabría le daría información. Se hundió al escuchar la noticia... Su padre había muerto, y nadie le avisó. Sintió un gran golpe en su interior, no le cabía en la cabeza que nadie le escribiera o lo buscará para tratar de comunicarle lo ocurrido. Sabia que tenían sus razones, que claro no lograba comprender.
Así que sin mas remedio dejo todo para viajar de vuelta a el lugar que lo vio nacer. No le importaba nada, excepto, saber como se encontraba su madre.
Nunca se imagino que en ese viaje su vida tomaría un rumbo totalmente opuesto a lo que el quería.
Todo parecía marchar bien cuando abordo su vuelo, y el camino a casa no fue tan malo como lo fue cuando se marcho de ahí, todo iba de maravilla.
El avión aterrizó sin problema alguno, y cuando se disponía a tomar su maleta, se acerca a él un guardia con un perro policía, este al oler la maleta comenzó a gruñir y a ladrar sin parar, de pronto se vio rodeado de policías...
Estaba muy confundido, escuchaba como lo oficiales, hablaban por clave con sus radios, no entendía nada, de pronto sintió algo frío en sus muñecas...–Queda usted detenido, por trafico de armas...- al escuchar esto Cristián se paralizó, ¿Era enserio? Si en su vida había tomado una- Tiene derecho a permanecer en silencio, cualquier cosa que diga podría ser usada en su contra...
Dejó de escuchar no era posible esto. Sintió como sus pies comenzaban a avanzar, estaba siendo llevado hacia una patrulla... A su alrededor la gente no dejaba de mirarlo y hablar en susurros.
No podía articular palabra alguna ni emitir ningún sonido, aun estaba impactado por las acusaciones recibidas.
–¿A donde me llevan?- quiso saber estando ya en la patrulla.
Pero los oficiales ni la mirada le dirigían.
Estando ya en la sala de interrogatorio, pasaba saliva con dificultad, jamás había cometido un delito, vamos ni travesuras hacia cuando era pequeño.
No sabia como se había metido en ese problema...
–Esta en esta- Romero le señalaba a Cristóbal el lugar donde se encontraba el criminal que debía interrogar.
Asintiendo tomó la manija de la puerta decidido a sacarle la verdad como fuera...Se le había informado que era un traficante de armas muy peligroso, le estaban rastreando desde hace ya tiempo, habían averiguado sus movimientos y como se las arreglaba para cometer sus delitos. Sin embargo no tenían una descripción clara del sospechoso...
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INFILTRADOS
ActionCristián y Cristóbal mejores amigos desde la infancia, inseparables decían sus padres, o eso fue hasta que el destino los obligo a ir por rumbos muy distintos... Cristián que tan solo era dos años menor, de buen corazón y sentimientos nobles, al ver...