Al entrar a la sala de interrogatorio, se posicionó delante del detenido, quien tenia las manos esposadas, sobre su cabeza, mirando el suelo.
Cristóbal, se aclaro la garganta para que el tipo volteará a verlo.Cuando Cristián elevó su cabeza y sus miradas se cruzaron Cristóbal abrió sus ojos claramente sorprendido.
Pues no esperaba encontrarse con su mejor amigo, no en esa situación.–¿Cristián?- no pudieron salir otras palabras de su boca.
–Cristóbal- dijo al tiempo que sentía un gran alivió, pensó que alguien ahí lo escucharía y tal vez lo creería inocente, pero a la vez algo en la mirada de su amigo lo hacia desconfiar.
Otro oficial entró, Sanchez, quien también era muy bueno en eso de los interrogatorios, se posicionó alado de Cristóbal, y ambos tomaron asiento...
En la mirada de Cristóbal no había señales de creerlo culpable, pero tenia que seguir el protocolo e interrogar a quien tenia enfrente, fuera quien fuera.
Cristián se encontraba muy nervioso, no sabia que pensar, hacia años que no veía a Cristóbal, no sabia cuanto había cambiado y si ¿Lo creía culpable? Tenia miedo, comprendió al fin.
–Yo soy el oficial Ignacio Sanchez- al oír el nombre del policía sintió un nudo en la garganta recordando a su padre.- Y el es el oficial...
–Cristóbal- Sanchez se sorprendió al ver que Cristián conocía a su compañero.
–Veo que se conocen, pero dejemos de lado las presentaciones y vayamos a los hechos... Esta mañana se le detuvo por que en su poder había...
–Lo se, pero eso no era mio- Cristián deseaba que entendieran que era inocente. Temía por su libertad.
–¿Como hizo para transportar todo eso sin ningún problema?- quiso saber Sanchez, no lo dejaría tranquilo aunque jurara que no tenia nada que ver.
–Ya le dije que no he sido yo... Tal vez tome la maleta equivocada ¿Que se yo? Se supone que en el aeropuerto hay cámaras ¿No?
–¿Donde están tus cómplices? Alguien como tu no debe de trabajar sólo, ¿A donde llevarías el cargamento?... Sera mejor cooperar con nosotros, así no te ira tan mal.
En todo ese tiempo Cristóbal no había abierto la boca, solo observaba y escuchaba cada palabra que ahí se decía.
–No tengo ningún cómplice, yo no he hecho nada, vine...- su voz se cerro al recordar el porque había vuelto- por que mi padre murió, quería saber como estaba mi madre. Me encontraba fuera del país terminando mis estudios, pero al enterarme de su muerte deje todo para estar cerca de ella, mi madre me necesita.
Cristóbal conocía bien a la familia de su amigo, sabia lo unidos que eran, pues su familia no era muy diferente.
También podía imaginar el sufrimiento de Ines...El interrogatorio termino, Sanchez no podía sacar a Cristián de la misma historia, puros cuentos creía él, Cristóbal no creía que fuera culpable, y Cristián no podía más.
–Es inocente...- decía Cristóbal a Romero, quien prestaba atención desde afuera- no debes dejarte llevar solo por que lo conoces, sabes bien que aquí no hay familiares, amigos o conocidos. Si cometieron algún delito deben pagar- sabia bien lo que decía, pues el lo vivió en carne propia. ¿Con quien? Su hermano menor, quien equivoco el camino.
–Lo se, pero algo en mi interior me dice que así es.
–Se de lo que hablas, pero si en realidad es él, cometeriamos un grave error al soltarlo.
No dijo más, giro su mirada para poder ver atraves del gran vidrio que dividía la sala, viendo a su amigo, quien parecía intranquilo.
Las horas pasaban y nadie entraba a decirle que podía irse, que era libre. Inocente... Cristián llego a imaginarse con esos trajes naranja que los reclusos solían llevar en las películas que veía, sus manos comenzaron a temblar, el no quería terminar así, pero ¿Como podía probar su inocencia?
–Es inocente, no es a quien buscamos- Cristóbal no dejaba de repetirle a su jefe, su superior, que Cristián era inocente, aun no lo convencía del todo. Parecía querer ceder, pero algo lo detenía.
–Lo dejaremos en libertad- al oír eso sintió un gran alivio- pero sera bajo tu responsabilidad, y espero que no te equivoques por que de lo contrario, tu puesto estaría en grave peligro.
Cristóbal al oír esto quedo sorprendido, pero confiaba en la inocencia de su amigo, lo conocía bien, sabia que esperar de el.
Cristián ya se encontraba en una celda pendiente de cada oficial que pasaba. Esperando que fuera la suya la que se abriera y no las continuas.
Estaba sentado en una silla vieja que ahí había, cuando vio la sombra de alguien acercarse, se levanto al ver que era Cristóbal...
–Debes ponerte feliz, eres libre- lo dijo con una gran sonrisa en el rostro.
–¿Si? Creí estaría aquí toda la vida- soltó el aire de apoco, sintiendo que el alma le volvía al Cuerpo.
–Debes saber, que las investigaciones continúan y no puedes salir del país. ¿Entiendes?
Él asintió, desde luego pensó en sus estudios, pero sabia era mejor estar libre, que ahí encerrado entre esas cuatro paredes.
–Vaya reencuentro, ¿Sabes? habría preferido verte, no se, en una fiesta, que esposado.- se lo decía ya afuera de la comisaria.
–Ni me lo recuerdes, ahora solo pienso en una cosa...
–Ines- dijo Cristóbal y Cristián asintió con algo de tristeza en su mirada- mi madre me comento lo de tu padre, lo siento mucho.
Tras despedirse cada uno siguió su camino...
Cristián, andaba por las calles de camino a su casa, miraba todo como turista, como si nunca hubiera estado en esos lugares... Se sintió en casa de nuevo.
De pronto sintió un gran golpe en su nuca, de inmediato perdió el sentido. Al despertar sintió esa sensación incomoda en sus manos, estaba atado.
–Llama al jefe, dile que ha despertado- escuchó como un hombre le daba la orden a otro.
Unos minutos después la puerta se abrió y un hombre de estatura media,ropa extravagante, con la que quería dar finta de alguien importante, poderoso... Al menos esa era su intención, entró,llevaba unos lentes oscuros y al estar frente a Cristián se los quito, con una sonrisa en su rostro se dirigió a el...
–Vaya, vaya... Despertó la bella durmiente.
–¿Que quiere de mí?- pregunto confundido, jamas en su vida lo había visto, pero parecía, que el tipo lo conocía muy bien.
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INFILTRADOS
ActionCristián y Cristóbal mejores amigos desde la infancia, inseparables decían sus padres, o eso fue hasta que el destino los obligo a ir por rumbos muy distintos... Cristián que tan solo era dos años menor, de buen corazón y sentimientos nobles, al ver...