Eddsworld AU

AU Escuela Part 3

El pensar que todo cambiaría luego de lo ocurrido ayer por la tarde, me hubiera percatado de no irme solo a mi hogar, traumado de alguna manera, siempre ando atento para no encontrarme a ningún brabucón que me moleste en mi camino. Reconozco que fue mi primera "pelea" y no esperaba algo así, tenía planeado no contarle a nadie de aquel encuentro.
Al día siguiente dentro de mi salón, me senté en mi banco y saque mi carpeta donde había más hojas dibujadas que de las que debían tener anotaciones de las clases, era un desastre, no soy ordenado cuando se trata del colegio, hojas dispersadas por toda mi mochila y arrugadas por diferentes razones, lo único bueno que podemos sacar de esta situación es que siempre tengo la tarea hecha. Tom se acercó para saludarme y se dio cuenta de los garabatos que tenía esparramados sobre la mesa.

– ¿Los hiciste tú?

– ¿Y-YO? ... pues si...

Esperar a que me dijera una crítica de mis dibujos, me hacía sentir tan mal, ya me habían dicho cosas peores, pero que salga de alguien que conozco, sabía que dolería.

– Son geniales, tienes un buen estilo de dibujo Edd...

– ¡¿Lo crees?!

– Si no lo hiciera, te diría que te dediques a otra cosa.

Por poco que lo conocía, se notaba que clase de personalidad tenia, era una persona franca, que no le importa los sentimientos de los demás, sino tu bien, Aunque su forma de guiarte por el buen camino es un poco ruda. Una sonrisa se formó en mi boca y en mis mejillas se notaba un pequeño sonrojo, agradecí el cumplido mientras que continuaba ordenando mi desastre, me quede pensando unos segundos y lo mire a los ojos. No, no tendría sentido que le preguntara.

– ¿Porque te quedaste viéndome?

– Ssssolo... tenía las ansias de preguntarte cómo dibujabas... pero recordé que elegiste arte por la facilidad.

– Si... yo no dibujo. Hay muchas más razones por la que elegí esta materia. Me gusta todo lo que se relacione con la animación, muchos me aconsejaron seguir el estudio de la producción, tal vez por mi forma de ser.

Mientras me comentaba esa revelación que nunca me la hubiera esperado, se sentaba en su asiento detrás mí, comenzó a sacar sus útiles que eran tan solo una lapicera y una hoja, para luego recostarse sobre estos. Matt se asomó al cuerpo ya sin vida de Tom y empezó a hacerle caras mientras se sacaba un par de Selfies, no pude evitar largar una pequeña sonrisa y unirme a las caras raras.

La hora de arte había comenzado y la profesora se presentó. Se llamaba Kim, una mujer rubia de pelo largo y liso, joven por su cuerpo y por su edad, llevaba una remera roja y unos jeans con pata de elefante, era perfecta. Pidió que nos presentáramos con un dibujo, iba a tratarse de un test psicológico, la consigna: Dibujarnos con las cosas que nos gustan.

Dibujarme fue fácil, estaba yo con mi sudadera verde que la uso siempre al salir o cuando estoy en mi casa, en mi mano puse una lata de Cola, era aquella lata que me daba suerte desde que la recogí, puse mucho esfuerzo en el fondo, porque eso es lo que más identifica a una persona, coloque mi casa a mi madre y a mis tres nuevos amigos, si eso estaba bien... era gracioso el dibujarlos porque podía destacar las cosas que veía en ellos. Coloque mi lápiz sobre la mesa, que de todas formas rodo hasta caer al suelo y perderse, suspire cansado, ahora debía buscarlo por el suelo, salí de mi asiento mientras que pasaba por los bancos para encontrar ese estúpido lápiz, ¿Dónde se había metido? ¡AHÍ ESTA! Se encontraba entre los asientos de Tord y Tom, me arrastre hasta allá y agarre mi lápiz con cuidado al levantarme no pude evitar mirar sus dibujos, primero observe el de Tom, una hoja blanca y con una gran mancha de baba, que bien el chico seguía dormido... era hora de ver el de mi otro amigo amargado. Lo que acababa de ver nunca me lo iba a sacar de la cabeza ¿Eso era lo que le gustaba? En su hoja se encontraba la maestra besando a otra mujer semi-desnuda mientras que él se encontraba en una esquina con un arma, un escudo comunista y un sombrero militar ¿Qué clase de mente retorcida tenia? Debía admitir que él se había dibujado bien.