Eddsworld AU

♀ Chicas AU

Levantarse es difícil, pero arreglarse es aún más. Dejo mis sabanas a un costado mientras que me coloco mi bata rosa y pantuflas que combinan con ese color. Me acerco al espejo, que esta frente de mi cama y con algunas maniobras, arreglo mi pelo rojizo a la perfección. El baño es esencial en una mujer hermosa como yo, una ducha rápida, ropa linda y perfume, hace que el día se vuelva especial. Baje con emoción para ver si el desayuno ya estaba listo, pero me equivoque, lo que estaba arriba de la mesada no era ni siquiera comida, se lo puede considera también como... grasa.

- Hola Ell ¿Que am... haces?

- ¡Matilda! Ya despertaste, que alegría. Preparaba el desayuno, unos bacon con huevos y tostadas, un buen desayuno ingles~

- Ah... que... rico ¿Y para beber?

- Pues tengo leche y una cola.

- No tengo tanta hambre ¿Podrías prepararme un simple cereal? Yo despertare a Tamara.

Me retire de la cocina con nervios, como bajar todas esas grasas, a que Tamara me comprenderá. Abrí la puerta dando un lindo canto para despertarla, al parecer ya se encontraba levantada y... en ropa interior. Tape mis ojos con vergüenza.

- Tamara, buenos di...

- ¡NO SABES TOCAR! ¡ME ESTOY CAMBIANDO!

- Lose ~ solo te quería avisar que ya está el desayuno servido.

Cerré la puerta con dificultad, porque tenía mis ojos tapados, ese sostén no combinaba con sus pantys, me ríe por ese comentario interno y fui con Ell nuevamente.

- Ya preparaste mi... ¡AAAH! ¡¿Qué es eso?!

- Tu cereal.

¡Eso no era cereal! Era un océano de calorías ¿Porque puso su cereal azucarado? Yo tengo uno dietético

- ¡Se acabó! De a partir de ahora comenzaremos un nuevo estilo, tanto en vida como... en la moda.

- No me apunto.

Apareció Tamara con un buzo, probablemente sucio, en la cocina, sentándose en la mesa como si nada había pasado, ahora que la noto, está un poco más gorda.

- ¿Porque tenemos que cambiar? Me gusta como soy.

- Ell, créeme, esto en el futuro te hará mal.

Comencé a tirar todo lo que veía que contenía calorías y agarre a ambas para llevármelas de compras.

- Comencemos con la comida, todo lo que sea saludable y dietético. Seguimos con la vestimenta y luego...

- ¡Oh no! No voy a cambiar mi forma de vestir, solo por un capricho tuyo.

- Solo digo cambiar la ropa, no tu forma de ser. Por ejemplo: Tu corpiño de ajedrez no combina con tu bombacha rayada.

- ¡Deja de espiarme cuando me cambio!

Entramos a un supermercado a comprar comida nueva, la mayor parte de todo lo que agarraban debía desecharlo, pues no entendían el concepto de "dieta". El segundo lugar, es donde más me gusta estar, el centro comercial, se encontraba tanta ropa a causa de la nueva temporada de verano que se ponía de moda.
Ell no estaba para nada cómoda con la ropa que le mostraba, pero yo sé que cuando se la pruebe va a cambiar de opinión. Le entregue demasiadas prendas para que eligiera la más cómoda.

- ¿Y cómo te fue?

- MMh... lo único que encontré fue esto.

Salió de los vestidores con unas calzas tan insulsas y una remera muy fea, no podía dejar que se ponga eso, no le quedaba bien, estaba muy desprolija.

- ¿Y la ropa que yo te di?

- No me gustaban, no eran yo.

- Pero Ell, hay veces que es mejor no ser uno mismo, y menos si se ve asi...

La expresión de Ell se frustro, no pensé que se lo iba a tomar muy enserio, intente corregirme pero cada vez era peor, vi como una pequeña lagrima le salió de sus ojos y agarro su ropa para cambiarse lejos de mí, mire a un costado que se encontraba Tamara viéndome con decepción y la siguió, dejándome a mí con un sabor agrio en la boca. Me quede pensando, no puedo creer lo que dije, no puedo creer que las quise cambiar cuando ellas son grandiosas así... ¡QUE VERGÜENZA! Tenía que hacer lo posible para que me perdonen.

Volví a casa, abriendo la puerta lentamente para ver si todavía se encontraban allí, pues si se encontraban sentadas en el sillón mirando la tele, entre con muchos nervios y me puse en frente de ellas, por detrás de mi espalda les entregue una caja de donas, esas que tanto comíamos juntas... antes de mi comportamiento . Ellas me miraron todavía con furia en su interior.

- Lo siento chicas, quise... cambiarlas y hacerlas como yo, una chica que solo se preocupa por lo estético y por lo que la gente ve... Pero, ustedes son perfectas como son, tanto como sus actitudes, como lo estético.

Me senté junto a ellas secándome el ojo para no lagrimear, es horrible ver a una dama llorar, pero no me importo soltar toda la presión que llevaba conmigo cuando ellas me abrazaron, otra de las razones que eran las mejores, es que perdonan todas mis estupideces.

- No te preocupes Matilda, ya sabemos cómo perdonarte.

- ¡¿De verdad?!

Sonreí con emoción... aunque... perdonarme costaba muy caro.
Me encontraba con ropa deportiva, para nada linda, en el patio trasero, esperando que las demonio terminaran su venganza. Vinieron con botellas llenas de mezclas con olores asquerosos y muchas cosas pegajosas, me tape lo que más pude gritando con todo pulmón mientras que Tamara y Ell me bañaban con cosas podridas.

- ¡ NO EN MI CARA!