Ya habían pasado unos días desde el destierro de Ben y Thomas aún no conseguía quitar esa sombría mirada de su cabeza. Le daban escalofríos de solo regresar en sus recuerdos hasta ese momento, cuando el recién pinchado le hubo saltado encima con la intención de matarlo.
Podía jurar que hubiera preferido enfrentarse a uno de esos asquerosos Penitentes que rondaban por el Laberinto durante las noches antes que hacerle frente a Ben. Los horrendos rugidos de aquellas criaturas le sabían más dulces que las palabras que el Habitante había pronunciado antes de saltarle a matar.—"Yo te ví. Todo esto es tu culpa."
¿Cómo puede ser mi culpa? ¿Dónde me vio? ¿Qué me vio hacer? ¿Por qué quería matarme? Pensaba una y otra, y otra vez. Eran preguntas con miles de posibles respuestas pero nada claro; nada conciso; nada palpable. Eso lo tenía más que preocupado, y no sólo a él, a todos en el Área en realidad.
Alby también había sido picado y, aunque él ya estaba recuperándose con las dosis de suero que le daban los Docs, no quitaba de su mente aquella noche en la que casi mueren en las garras de esos espantosos bichos metalizados.Ya era de madrugada y él no lograba pegar ojo. Estaba inquieto y no era para menos; sus pensamientos iban de un lado a otro jugando carreras entre sí, confundiéndolo, amedrentándolo todo el maldito tiempo. A cada segundo una nueva puerta se abría en las profundidades de su mente, una nueva tanda de preguntas y teorías confusas lo arremetían con violencia y, sin oportunidad alguna de evadirlas, Thomas sólo atinaba al intento de ordenar sus pensamientos —sin mucho éxito en realidad—.
La incertidumbre en su mente lo acorralaba a un sinfín de hipótesis; una mas extraña que la otra, una posible respuesta le derivaba a otras cuestiones más y todo aquello le revolvía el estómago. No podía entender cómo podían existir tantas preguntas mierteras que no tengan ni siquiera algún atisbo de respuesta. Sentía ganas de llorar, de correr, de gritar, de buscar a los Creadores y matarlos uno por uno. Sentía miles de cosas y lo peor es que sabía que no podía hacer nada; los días pasaban y Thomas no se costumbraba a la incertidumbre, a los interrogantes incrustados en cada rincón de su cerebro. Todo era asqueroso.
El castaño pegó unas vueltas más en su lugar y se propuso a sí mismo dejar de pensar, dejar de preocuparse y dormir de una buena vez. Si sus pensamientos seguían carcomiendo su cabeza probablemente se volvería loco, —si es que no lo estaba ya, no podía asegurarlo—.
Así fue. Thomas dejó de lado sus ocurrencias y se echó en los brazos de Morfeo en busca de un merecido descanso tras una larga jornada entre los muros malditos que rodeaban el Área. Hacía ya muchos días en los que no conseguía gozar de un buen reposo y por el momento era lo que más necesitaba; cada hueso de su cuepo le estaba pasando factura.
Al día siguiente debía volver al Laberinto con los demás corredores y si no reponía sus fuerzas en lo que quedaba de la noche, no podría rendir lo necesario para recorrer ni la mitad del trayecto pactado, desmayarse de cansancio en medio de algún pasillo no formaba parte de sus planes.
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El canto irritante de unos molestos pajaritos y otros ruidos provenientes de los corrales de los animales sacaron al castaño bruscamente de su sueño. La claridad del día penetró entre sus pestañas y Thomas supo que había dormido de más.
Pasó rápidamente sus manos por su rostro, aún bostezando, y fregó sus ojos por unos segundos para despavilarse; seguidamente, se colocó sus botas y al terminar se encaminó en busca de agua fresca para terminar de despertarse por completo.
En el trayecto, divisó que Sartén y otros Habitantes estaban ya despiertos. Supuso que el insomnio de la madrugada le hubo pasado cuenta en la mañana y le había impedido despertar más temprano. Entonces, quiso apresurarse para no perder más tiempo; ya estaba familiarizado con aquella esfusiva manera de hacer las cosas, correr entre pasadizos y cumplir horarios al volver le estuvieron educando y amoldando a las diligencias.
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Detrás de los Muros /Newtmas/
FanfictionLuego del destierro de Ben y el incidente con Alby: Minho y los demás corredores se rehúsan a volver al Laberinto. El Encargado ha decidido retirarse de su cargo dejando al no tan experto Thomas al mando. Newt no quiere dejar solo a su amigo y reto...