Boda

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Hace ya unos minutos que la música había cesado, dando inicio a la ceremonia.

Todos los familiares y amigos estaban sentados en las bancas, mirando con sonrisas orgullosas, alegres, nostálgicas y hasta algunos con lágrimas en los ojos a los dos hombres que el día de hoy se casaban.

Y es que no era para menos, estos dos hombres eran Gilbert Beilschmitd y Lovino Vargas.

Dos personas complicadas y totalmente diferentes.

Uno el cual se creía el dios de todo, el más poderoso y asombroso ser que nunca existió y que con su sola presencia todos iban a tener que arrodillarse a sus pies. Era una persona arrogante desde el primer día que vio la luz del sol, y no solo eso, sino también egocéntrico y narcisista. Le gustaban las peleas y solía meterse en líos cuando era adolescente. Y lo más irónico de todo, no le gustaba el hecho de estar atado a alguien y el matrimonio.

Por el otro lado tenemos a un italiano gruñón, malhumorado y malhablado, que prácticamente odia a todo lo que se mueve si antes no se tomo mínimo una taza de cappuccino. Su carácter es más bien explosivo, aunque también siempre trata de ocultar tras palabras hirientes como se siente realmente. Solo, quizás. Él, a diferencia del autoproclamado prusiano, no odiaba el matrimonio...sino a los alemanes en sí.

Y ahora te preguntaras: ¿Cómo es que dos personas tan diferentes se están por casar? ¿Lovino con un alemán, a los cuales odia? ¿Gilbert atándose a una relación, a pesar de que, anteriormente, decía odiarlas?

Nunca nadie supo si se conocieron de casualidad, si se juntaron por conveniencia para no estar solos o qué, pero el verlos ahora, parados uno frente al otro, mirándose con todo el amor del mundo hacía a todos pensar "¿Qué importa? Si son felices, eso es lo que cuenta".

Ahora, todos estaban concentrados en lo que decía el sacerdote, aunque la atención de algunos fue a parar a la pareja.

Gilbert parecía un niño pequeño a punto de obtener algo que tanto quería desde hace tiempo, moviéndose un poco en el lugar, impaciente. Mientras Lovino trataba de aguantar la risa.

Murmullos se escuchaban de parte de ellos.

- ¿Puedo besarte de una vez? Esto se está tardando una eternidad, ugh. Por favor, quiero besarte ahora...- se quejaba el prusiano, aunque sólo el italiano, el sacerdote y  pocas personas que estaban cerca lo escucharon.

- Sólo espera un poco más, tonto. Has estado todo el día sin besarme, unos minutos de más no te harán daño- respondió en un tono igual de bajo que su pareja, queriendo parecer enojado pero, lamentablemente, sus labios lo traicionaron curvándose hacia arriba.

El sacerdote largó un suspiro cansado pero, sonriente, dijo las tan esperadas palabras para todos.

"Puedes besar a tu pareja".

- ¡AL FIN! –no evitó gritar, sacando algunas risas de algunos familiares y amigos y, con rapidez, se apoderó de los labios de Lovino. 


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No suelo dejar comentarios a menos que sea importante(?ke

Y solo vengo a decir que lo mas probable es que el próximo drabble este relacionado a este uvu

Ahora si, nos leemos pronto!

Gracias por leer ♥

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