Capítulo I

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Y ahí estaba yo, frente a un espejo y observando cómo Lupita iba dando forma a mi cabello rebelde, mechón tras mechón pasaba por las tenazas que lo iba dejando lacio.

1 hora y unos pocos minutos después por fin estaba el peinado, sencillo pero que le resultó un poco complicado de hacer; el maquillaje duró menos de lo que esperaba pero quedó como quería, ahora sólo faltaba darme prisa para llegar a mi casa y evitar que la lluvia me sorprendiera en el camino.

Después de ponerme el vestido y las zapatillas sorprendentemente altas que mi mamá me ayudó a escoger para la fiesta de esta noche, nos pusimos en camino, con mi hermano al volante y la lluvia que decidió aparecer, justo esta noche.

-¡Pero que lluvia! Debimos salir antes de casa- Decía quejándose mi hermano, una y otra vez -Pero la niña Fernanda estaba arreglándose-

-Ya tendrás hijas y serán igualitas a mi -Le decía yo burlándome

¿La fiesta? Bueno, era de una amiga, que digo amiga ¡Hermana!, Fany. Llegó a vivir en la casa de sus abuelitos, que son mis vecinos, con su hermano y su mamá cuando ella tenía 7 años y yo 10. Mi familia tenía una relación cercana con su familia por lo que al primer día que llegó no dudé en invitarla a jugar.

Hoy esa niña cumplía 15 años, al principio no quería algún tipo de fiesta pero, 3 meses antes se decidió y aun que tuvimos que correr por apartar las cosas, logramos que la fiesta se desarrollara como ella quería, con su familia y amigos más cercanos.

Al llegar a dónde sería la celebración religiosa, la lluvia había cesado y hasta unos rayos de sol aparecían, entramos al sitio, (donde había muy pocas personas), pero entre esas personas estaba él, en ese instante noté su presencia, tal vez entonces sabía como acabaría esta historia.


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