Adiosito.

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Capítulo 56.

—Qué te pareció eso, ¿eh? —tomé a mi hija de los brazos de Roman—. ¿Mami lo hizo bien? —besé su mejilla y ella asintió—. Si, mami lo hizo por ti.

—Oye, tenemos que hablar —un fuerte manotazo me hizo girar.

—¡Oye, que te pasa! ¡no me toques así! —le volví a entregar Sunshine a Roman cuando sabía que era Seth. Roman me hizo un gesto de que mejor se marchaba porque sabía lo que se aproximaba. Le guiñé un ojo en aceptación—. ¿Quieres pelea? ¿eso quieres? —hice sonar los huesos de mis dedos cuando me giré.

—¡Le has lastimado la tráquea! ¡quien te crees que eres! —me gritó.

—Bájame el tonito tarado, yo no te he gritado —lo apunté—. Además, tu novia fue quien se apareció atacándome primero. Sabes lo que pienso del ataque por la espalda, al menos le hubieras advertido que yo convierto en una perra ante esos truquitos —lo miré como psicópata, al menos algo había sacado de Ambrose después de meses de convivir con él.

—Tú eres quien no acata las reglas y por tú culpa ella tuvo que hacer su debut antes de tiempo.

—¡Puta que pena Rollins pero es mi momento! ¡no el suyo! —me acerqué amenazante.

—¡Eres tan egoísta y...

—¿Egoísta? ¡mira quien habla de egoísmo! —comencé a gritarle a través de sus gritos, estábamos frente a frente, como en algún momento lo estuvo Stone Cold y Vince McMahon, gritándonos cosas a todo pulmón, no podía entender lo que me decía y estaba segura que él tampoco lo entendía.

—¡Ya basta! —la voz de Foley se hizo más fuerte que la nuestra—. ¡Los dos a mi oficina, ahora mismo! —nos separó—. ¡Y no se atrevan a seguir discutiendo! —me miró a mi y después a él.

—Esta bien, sólo no me toques —levanté los brazos y comencé a caminar a su oficina. Ambos caminaban detrás de mi.

Llegué a su oficina y no entré, esperé a que él pasara adelante y abriera la puerta. Puedo ser la peor de todas, pero tengo mis modales bien aprendidos.

Al parecer leyó mi mente, porque eso fue lo próximo que hizo y me dejó pasar antes que a Rollins, le mostré la lengua adentrándome a la oficina y me senté en uno de los asientos al frente de su escritorio. Él se sentó en el otro y Foley al otro lado, suspiró cansado y juntó sus manos sobre la mesa tratando de buscar las palabras adecuadas para decir en una situación como esta. Sabía que no encontraba como comenzar a preguntarnos que fue todo eso.

—Violett... —me miró separando sus manos—. ¿Qué fue todo eso? ¿qué... qué fue eso? Porque realmente no lo entiendo, no creí que fueras así.

—Lo siento que tengas que haberlo visto de esta manera, pero cuando se meten conmigo la cosa se pone seria y termina en estas condiciones —traté de ponerme seria pero Rollins soltó una carcajada incrédulo, como si no fuese gran cosa, levantando los pies sobre el escritorio de Mick.

—Seth —le llamó la atención—. Luego hablaré contigo, ahora cállate.

—No he dicho nada —se encogió de hombros haciendo un puchero con humor.

—Sólo cállate —me volvió a mirar—. ¿Sabes lo qué has provocado esta noche, Violett? Esto se puede tomar como un intento de violar el bienestar de una de las luchadoras debut, si Stephanie lo ve como todos los demás apreciando esa demostración en el ring podrías incluso estar fuera hasta nuevo aviso.

—No me sorprende, ya me ha sucedido y sé como librarme de eso —miré mis uñas como si no fuese gran cosa—. No sería nada nuevo, mucha boca pocas nueces.

Breaking Down ✧ SR. » II «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora