Y con el arma en una mano y el teléfono en la otra salí corriendo de allí, y cuando llevaba unos metros recorridos volví la mirada atrás la mire, no sabiendo si la volvería a ver y pude leerla los labios en los que me decía que corriera por lo que me dí la vuelta y sin mirar atrás eche a correr hacía la espesura del bosque...
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No se por cuanto tiempo estuve corriendo. El único indicio que tenia era que el sol ya no brillaba por encima las frondosas copas de los arboles sino que ahora se iba ocultando.Mas paré por inercia que por cansancio, ya que la adredalina corria por mi corriente sanguineo por lo que apenas estaba cansada o adolorida por las heridas que tenía.
Me sente apoyandome en el tronco de un arbol e intentando calmar mi corazon, me concentre en mi habilidad. Cerré los ojos y fue como si un mapa tridimensional del bosque se abriera ante mi, aunque eso no me permitia saber donde estaba, si me dajaba saber la posición de las personas en un radio de varios kilometros, y la persona que mas cerca había de mi podía sentir se encontraba como a unos 7 kilómetros y por lo que podía captar no presentaba ninguna amenaza para mi.
Al no notar ningún mal cerca seguí caminando e intentando concentrarme en las emociones, sabía que esto a largo plazo sería fatal para mí, pero no quedaba otra opción, no podía permitirme que me encontrarán.
Ya el sol se había ocultado por completo y los sonidos de la noche inundaron el bosque, muerta de frío seguí caminando en busca de una casa o algo donde poder resguardarme del frío y de los animales que pudiera haber en el bosque. Notaba como mis energías poco a poco iban menguando y sabía que si no encontraba pronto un sitio donde descansar, acabaría desmayando me, y eso no sería nada prudente.
Cuando ya estaba apunto de rendirme y dejarme vencer por el cansancio, vislumbré en un claro una pequeña casa destartalada, que seguramente en su tiempo habría servido de refugio para los cazadores, pero ahora mismo para mi se presentaba como la mejor de las casas.
Prácticamente de la felicidad fui corriendo hacia la casa, en cuanto llegué a la puerta, la abrí y vi que el exterior no engañaba, estaba totalmente deshabitada y en pésimas condiciones aunque por suerte pude ver que había una cama con un colchón roído, pero una cama al fin y al cabo.
A penas pude dar dos pasos cuando, y sin preocuparme de lo que pudiera haber en esa cama caí totalmente dormida en ella.
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"Tengo una muñeca vestida de azul, con su camisita y su canesú... " cantaba la canción mientras jugaba con mi muñeca de trapo.
Estaba en la que había sido mi habitación desde que tengo memoria, era una habitación muy bonita, pintada de rosa con una cama de princesas y muchas muñecas con las que jugar, incluso había una televisión donde veía los dibujos.
Estaba con mi muñeca Lucy, la cual un señor de blanco me la había regalado, una de las veces que había venido a verme, ese señor siempre venía a verme por las noches, y siempre me miraba con una mirada que no me gustaba y sonrisa. Todas las noches me preguntaba como estaba y si me encontraba mal por las pupas que me hacían en la sala blanca.
Si me quejaba del dolor el me decía que las niñas fuertes no se quejaban y acababa regañando me y gritándome, por lo que aunque fuese mentira, yo le decía que no me había dolido. Él como recompensa me regalaba una muñeca. Sin embargo cuando me acariciaba la cabeza, me sentía como enferma y me empezaba a doler la tripita y era como si me sintiese mal. Yo no le decía, ya que a lo mejor se enfadaba y me traía más muñecas.

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Libro 1. Vivian
Fiksi IlmiahPrimer libro de la Saga Sin Identidad Primer libro: Viviana Segundo libro: Scarlett Tercer libro: Abby Cuarto libro: Eva Esta historia es solamente mía, prohibida su copia, plagio o adaptación de esta y futuras novelas de la saga.