Capítulo 12

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*En multimedia las mosqueteritas.*


Estoy acostada durmiendo como en una carpa, me puedo mirar a mi misma desde arriba. ¿Esto sentiremos cuando morimos? No lo sé.

Siento que alguien comienza a mover el picaporte de la puerta, se abre y finalmente entra Henry. Al verlo mi cara pasa de tener paz como mientras dormía a una cara de cansancio y resignación. ¿Qué me pasa? Si yo lo amaba.

¿Por qué parece que no quisiera que me toque?

El comienza a besarme y tratar de que yo lo disfrute, pero me niego. Le pido por favor que no. Me comienzo a sentir mal de la manera tal que empieza a sentir nauseas.

Él me sigue besando sin importarle que yo me remuevo debajo suyo, prosigue besándome el cuello y desvistiéndome mientras yo solo miro hacia un costado con la mirada perdida.

El sigue y ni mi mirada sigue en este lugar. Me siento tan mal.

Él hace lo que quiere con mi cuerpo mientras yo sólo miro hacia ese punto en particular que de seguro no es para nada especial, pero me hace no sentir lo que hace. Él disfruta como si no viera lo que me pasa a mí o como si no se percatara de a situación, me penetra gozándolo y yo sólo me posiciono para que lo haga, sin mirarlo. Sin tan sólo demostrar un ápice de algo en mi cara. Como si estuviera tan vacía como una muñeca.

Sigue igual hasta que él termina y ya solo me muevo para devolver mi ropa interior a su lugar. Tan solo quiero dormir y por ello me vuelvo a posicionar en mi cama para seguir haciéndolo. Como si fuera algo normal.

Mientras cierro los ojos lagrimas corren por mi cara y trato de que no me vea sabiendo que si él lo descubre nada bueno saldría de ello.

¿Qué peor puede ser a que me utilice sin mi consentimiento para saciar sus ganas?

Y con esa pregunta resonándome en la cabeza me despierto sintiendo náuseas y obligándome a correr hacia el baño. Aunque me lleva un rato encontrarlo porque no estaba en mi casa, todavía estaba en el hospital. Cuando lo encuentro y puedo vaciar mi estómago comienzo a llorar, no entiendo que fue eso que soñé, pero pareció tan real como las imágenes que veo desde que encontramos a Romi.

Me levanto y tiro la cadena con la esperanza de que se lleve con el vómito todo esto que estoy sintiendo. Camino hasta el lavado y puedo ver mi imagen reflejada en el espejo y lo que veo me entristece más todavía. Estoy hecha un desastre y mis ojos ya no tienen esa luz que tenían un día atrás, algo cambio en mí y no puedo saber qué. Salgo del baño y me encuentro a Las esperándome y Luni llegando hacia nosotros, se les nota en la cara la preocupación, pero no puedo contarles. No ahora que Romi es la prioridad y, además, quiero primero entender yo que es lo que está pasando, que es lo que mi mente me quiere decir.

Amor ¿qué te pasa? ¿Estás bien? — Las se nota muy preocupado y yo tan sólo lo miro tratando de poner mi mejor cara.

Si amor, no es nada, es que soñé con cosas asquerosas y me desperté asustada y con nauseas así que corrí por eso al baño. Pero ya estoy mejor ¿sí? — lo abracé porque sabía que sus brazos me iban a brindar tranquilidad y así fue por suerte, me sentí mucho mejor.

Si amor, no es nada. Es que soñé con cosas.

Amiga ¿en serio estas bien? Me asuste cuando saliste corriendo Luni me conocía muy bien y sabía que había mentido un poco, pero no iba a darle el gusto y contarle ahora.

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