Unconscious

Capítulo 23

No tengo noción del tiempo y lo que más quiero es despertar y poder saber que me paso, por lo que percibo hace rato las chicas se fueron con mi diario y me da terror lo que pueden hacer con él, no quiero que actúen y todo salga mal, pude que él cumpla con la amenaza que siempre me hizo y lastimar a Pía, no podría soportarlo.

¿Alguien le habrá avisado a Las o a mamá? Me parece raro que no estén acá, que no entren a verme, los necesito para poder volver porque evidentemente no puedo. Necesito poner todo en orden en mi mente, ya que nadie viene a verme voy a aprovechar el tiempo. Por lo que pude unir en mi mente estuve con Henry pero no fue mi primera vez, porque esa la tuve con el bastardo de mi padre y no puedo especificar la edad, por lo que vi en mis sueños era pequeña, unos 10 u 11 años, pero mejor no saberlo.

Pero en fin, mi primera vez por decisión propia fue con Henry y pudimos vernos unas dos o tres veces más pero en nuestra esquina, le conté sobre lo de mi padre y luego desapareció; y por lo que dijo mi padre no lo volveré a ver, lo único que espero es que lo haya mandado lejos con amenazas y no lo haya matado, la última vez que lo vi fue en mi cumpleaños estando con una desconocida. Después de eso empecé a pedirle a mamá que me ponga cerradura en mi habitación y así evitar que él entre por las noches, y lo logre un mes después, unos días después de ese episodio que leyeron las chicas en el garaje. Desde ahí todo cambio y no sé porque, tal vez pudo comprender que no quería ser más su niñita, pero lo que sí sé es que me dejo en paz y pude tener una relación normal con Las.

¿Entonces lo que paso básicamente es que mi mente para protegerme de lo que estaba pasando me hizo vivir dos realidades? Es lo que puedo deducir, pero en este momento lo único que quiero es que esto termine ya. Quiero levantarme y poder seguir cuidando a Pía de mi padre, seguir estando con Las, y seguir disfrutando mis días con mis amigos. Tengo dieciséis años, no quiero seguir preocupada o enloqueciendo por todo esto, la idea del escape que por lo que veo la soñé o algo parecido no estaba mal, pero aceptar que no era posible lograrlo con las pocas herramientas que teníamos. O sea, tendríamos que tener demasiada suerte para que en otro país les den trabajo digno, o simplemente trabajo a chicos de nuestra edad, como también irnos a otro país y burlar todo tipo de control con otra identidad era algo que tal vez no llegaríamos a hacer.

En fin, todo fue producto de mi mente, lo único que me gustaría que fuera verdad es poder ayudar a Lucho a escapar de su padre, tal vez hay una manera de ayudarlo, pero en este momento no puedo, debo ayudarme a mí misma primero, luego veré como ayudarlo a él.

Vuelvo a escuchar pasos cerca de mí, espero sea mamá, Las o las chicas que me vienen a contar sobre sus planes con mi diario, quiero saber que está pasando por fuera de estas paredes que me rodean. Alguien toca mi brazo, donde por lo que percibo está el suero conectado a mi cuerpo, me acaricia la cabeza suavemente, percibo un olor fuerte a desinfectante o alcohol, muy común de hospitales, debe de ser mi enfermera. Siento su respirar cerca de mi oído y puedo escuchar una voz de lo más dulce hablarme, ella debería estar cantando y ser famosa.

— Niña tienes que ser fuerte, ya todo está mejorando, no tienes idea de la revolución que hay afuera de estas paredes solo por ti. Está lleno de gente que quiere verte y está dándote fuerzas, así que deja de dormitar y abre esos ojitos — vuelve a acariciar mi cabeza lentamente — Ha, también hay un chico que está desesperado por verte, pero no puedo dejarlo entrar por ahora, estas muy débil, así que si quieres verlo debes reponerte. No te preocupes por lo demás, el maldito que llevo a que termines así todavía no llego, está siendo buscado. Tremenda amiga y hermana tenés, me parece que después de todo lo que hicieron le debes el volver a sonreír ¿no? — Sonrió por dentro mío porque por fuera no logro hacerlo, Las está acá junto con los demás, quiero ver a mamá, a las chicas. Si es verdad lo que dice la policía les creyó, gracias a Dios porque si no el bastardo iba a lastimar a Pía sin dudarlo.