Capítulo 18

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Hace veinte minutos termino la charla y todavía no puedo emitir una palabra ni mover mi vista del horizonte, estoy ida. Mis amigas no entienden que pasa, quiero llorar desconsoladamente pero no puedo, solo me siento incapaz de relacionarme en el momento, así que decido volver a casa, le rogué a Las para que me deje volver sola y aunque tardo en responder positivamente me lo concedió, es el momento justo en mi casa porque mis papas están trabajando. Para volver tengo que tomarme un colectivo, viajar veinte minutos más hasta llegar así que, salgo del colegio sin mirar a nadie escuchando gente que me llama, pero dejándolas atrás. Cuando salgo afuera una brisa me golpea fuertemente y me obliga a frenar y respirar enérgicamente, llenando mis pulmones de ese aire limpio como me gustaría estar limpia.

Camino hasta la parada del colectivo y mientras me dirijo allí busco en mi celular los horarios de la línea de colectivo que debo tomar, porque no lo tome nunca a esta hora, jamás me salí antes del colegio. La aplicación para saber los horarios me informa que tengo que esperar unos diez minutos, los que decido utilizar para relajarme de alguna manera, busco mis auriculares en mi mochila, los conecto en mi celular y busco mi lista de reproducción para los momentos tristes, son los únicos que me relajan por demás.

Me pierdo en mis canciones disfrutando del aire puro que entra en mis fosas nasales, cosa que en el colegio no hubiera podido respirar porque como siempre se interponen las energías de los demás, necesitaba estar sola y perder la noción del tiempo. Siento una presencia cerca de mí y se trata de una mujer que se sienta al lado a esperar algún colectivo, se la ve tan realizada, tal feliz, como si disfrutara la espera al contrario de mí. Dejo de mirarla para que no se sienta observada y no parecer una loca desquiciada o tan sólo una lesbiana perdidamente enamorada de la mujer. Al momento en que alejo la mirada de ella puedo percibir la llegada de mi colectivo, así que busco la plata en mi mochila y me subo al bus.

En el mismo todo sigue igual que antes, estoy como perdida y fuera de mi como un zombie y sigo así hasta que llego a mi parada, me bajo sin mirar a nadie y corro como nunca antes hasta mi casa, saco rápidamente mis llaves y entro ligeramente hasta mi habitación, al entrar pongo seguro, no sé bien desde cuando pude lograr que me dejaran tenerlo pero lo obtuve y me encanta, mantiene intacta mi privacidad salvo cuando esta Las porque mamá no se siente cómoda con ese tipo de intimidad y lo entiendo.

Al llegar a mi cama solo me recuesto y cierro mis ojos, buscando solo la tranquilidad que me puede dar mi música, me vuelvo a perder en ella subiendo el volumen y me duermo lentamente. Me despierto más agotada de lo que me dormí, parece que ni en sueños puedo dejar de pensar, me levanto lentamente y noto que estoy transpirada nuevamente, tal vez tuve otra pesadilla, pero no logro recordar ningún sueño. Sé muy bien que me paso, sé muy bien el porqué de las pesadillas, sé muy bien qué es lo que mi inconsciente quería mostrarme pero que podía destruirme, lo hizo. Lo hizo completamente y por eso no puedo ponerlo en palabras.

Miro mi celular buscando ver la hora en la que me encuentro, pero primero llama mi atención la cantidad de mensajes que recibí, Las está desesperado y las chicas ni hablar. Decido ir por un vaso de agua porque mi boca está seca, no quiero responder esos mensajes porque van a preguntar que me paso y no me siento preparada para hablarlo. Cuando abro la puerta de mi pieza para salir me encuentro con Pía dormida en mi puerta, me desconcierta la situación porque mama la habría despertado y enviado a su cuarto a dormir. La muevo para despertarla lentamente y ella al abrir los ojos se abalanza hacia a mi abrazándome.

Pía ¿qué es lo que pasa? ¿Estás bien?

Yo estoy bien mana, pero que es lo que te paso a vos, me llamaron tus amigas, Las y algunos chicos del colegio preguntando como estabas, que saliste corriendo del colegio y que no se te veía nada bien. Cuando lo supe vine a verte y no respondías, era tarde y nuestros padres ya dormían. Me canse de golpear, pensé lo peor así que me quede esperando a que salgas o despiertes.

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