7.2: Sara

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Sara miró alrededor, ligeramente confundida. 

  — Oh, ya estás despierta —Luna sonrió, mirando a su hermana. 

Sara la miró, aún más confundida.

— ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué estás aquí? 

— Llevas un año en coma, Sara.  Alguien te atropelló...

Sara miró al hospital en el que se encontraba, sentándose con dificultad.

  —¿Un año? 

  — Sí, un año —la familiar voz de Crowley le habló suavemente—. Siento haberte atropellado... 

—Crowley... —Sara lo miró, sorprendida—   ¿De qué hablas? Tú ni siquiera tienes coche...

  — ¿Cómo sabes mi nombre? Y sí, tengo uno, te atropellé con él...

— Pero si eres un demonio... 

  —¿Un qué? —Crowley la miró, confundido— Los demonios no existen, querida...  

  —Y si existieran, no creo que él lo fuera. Te ha estado trayendo flores todo el año...

Crowley se sonrojó y desvió la vista.

— B-Bueno... Me sentía culpable... Además, quería invitarte a un café cuando despertaras. 

Sara sonrió, ligeramente sonrojada, antes de aceptar la invitación.

Nada más darle el alta, Crowley la llevó a una cafetería. Sara descubrió que era un buen tipo, y que al parecer todo lo relacionado con monstruos, ángeles y demonios que sabía eran fruto de su imaginación. Tras un par de meses, decidieron formalizar su relación. Sara decidió escribir un libro, que se vendió terriblemente bien.

Las cosas iban perfectamente... Pero una parte de Sara sabía que había algo raro en todo aquello. Los recuerdos parecían demasiado reales, y de alguna forma la semihumana sabía que aquel no era "su" Crowley. Había algo extraño en todo ello, pero Sara se sentía feliz, más feliz de lo que había sido en años, y por mucho que hubiera una parte de ella que le gritaba que aquel no era su lugar, simplemente no lograba reunir el valor para irse... Hasta que algo extraño ocurrió.

  — ¿Sara? —Crowley la agarró por los hombros. Había algo extraño en él, y su voz sonaba amortiguada—  Sara, escúchame. Esto no es real.


Continuará...

De dioses paganos y cruces de caminosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora