Capítulo Cuatro.

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Las noches finalmente habían vuelto a ser tibias, gracias a que iniciaba el verano. Ya no veía nubes blancas cuando hablaba, mucho menos sentía los golpecitos de sus dientes chocando entre sí.

-Hermano.- Con unos fuertes golpes en la espalda saludo al recién llegado. Ambos estaban de pie, a la salida del galpón abandonado que hace tiempo se usaba como punto de encuentro por las bandas de la zona.

-¿Con cuanto andas? –Le pregunto Nico al otro. Su nombre era Tony, de padres inmigrantes ilegales, latinos, que habían enviado de vuelta a México cuando él tenía 13 años. Tony tenía nacionalidad estadounidense, quedo a cargo de varios hogares de acogida hasta que tuvo 18 años, a esa altura ya contaba con un par de adicciones y dos idas al reformatorio, por micro trafico.

-Tengo doce pastillas azules de tres gramos y once de las rojas, dos gramos.

-Lo quiero todo.

-Un día esto te va a matar.- Le dijo su amigo, colocando en su mano las pastillas de colores y recibiendo, con una sonrisita, el dinero.- Te lo aseguro, un día de estos te mueres más rápido de lo que te dopas.

-No me jodas, Tony. Hoy no estoy de humor para tus cosas.

-Como quieras, Nick.- Empujo la puerta de cristales tintados.- ¿Entras?

-Luego.- El de origines latinos entró, dejando al italiano de pie y solo.

Suspiro con pesadeaz ates de guardarse las pastillas en el bolsillo, haciendo uso de casi toda su fuerza de voluntad.

Haz lo había cordialmente obligado a prometerle que se encontrarían en el campamento mestizo, el día siguiente, y no podía tener resaca de pastillas para tal evento. Nico realmente no iba a ir, pero Hazel contactó a su padre. Hades tenía una "personalidad" falsa, un mortal que era legalmente padre de Hazel Levesque y Nico Di angelo. Habían declarado a Nico interdicto hace un año, por lo que ahora su 'padre' se hacía cargo de sus asuntos legales, además de poder determinar si era necesaria otra visita a rehabilitación.

"Al campamento o rehabilitación," Había dicho su padre. "Tú elijes, la verdad por tu comportamiento debería ser rehabilitación, si me lo preguntas a mi."

Entró al galpón. Solo ebbería un poco, para irse al dí siguiente por la tarde.

-Hola...-Una rubia teñiada se acercó a él. Tambaleaba de lo ebria, si lengua estaba traposa y sus pies torpes.- ¿Cómo estas?

-Bien...-La observo unos segundos. No estaba nada mal, y tenía que eliminar tensiones.- Soy Nicolas, ¿Tú?

Era gracioso. Todos sus nombres falsos eran variantes de su nombre real, pero aún así nunca lo había podido encontrar después de pasar la noche con ellas.

-Adia...-Pasó los brazos por su cuello.- ¿Quieres ir a hablar a un lugar más tranquilo? –Su aleinto caliente le hizo cosquillas en la oreja, mientras murmuraba.

-Vamos, muñeca.

Entraron a un cubículo e el baño. Estaba a punto de hacer lo suyo cuando la chica le atino una cachetada fuertísima.

-¿Qué demonios? –Frente a él ya no estaba "Adia", precisamente.- Oh... ¿Qué hice ahora?

-¡Estar con chicas ebrias es violación, Nico! –Lo regaño Afrodita.- ¡Es violación poruqe no son conscientes de lo que hacen!

-Por favor... Ni siquiera se acuerdan al otro día, Dita.

-Nico, hemos hablado de esto, miles de veces. Y deberias agradecerme, yo me preocupo por ti.

-Mi padre también.

-No me hagas reír.

-Bien... Pero, ¿Qué quieres que haga? Es así como están las cosas, ¿Qué te importa que haga yo?

Relaciones Tóxicas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora