Will le caía bien a Circe. Ambos eran de edades parecidas, y era divertido pasar tiempo con alguien de su edad, para variar. Al parecer, el se estaba quedando con su padre cuando habían llamado a Naomi por lo de Circe, y por eso no había llegado sino hasta poco después que la madre de Circe.
El cumpleaños número doce de Circe llegó muy distinto a todos los años. Generalmente sus tías,-En el hogar para niños del gobierno donde estuvo Circe antes de que la tía Naomi llegara, les decía "Las putas" pero a Circe no le gustaba mucho eso.- le daban regalos que siempre eran muy útiles, cosas que en la casa de los espejos eran difíciles de conseguir, a diferencia de las drogas; Papel higiénico, calcetines, mantas extras, cepillo y pasta de dientes, velas extra, etc. Eran regalos que le gustaban a Circe, y los cuidaba como hueso santo.
El cumpleaños de Circe fue distinto ese año. Probablemente fue el cumpleaños más feliz que tendría alguna vez, o por muchos de los años siguientes.
En la casa de la tía Naomi, Circe tenía su propio dormitorio. Según le había dicho Will, allí solía guardar cajas y nada más, pero ahora que Circe y su madre vivían allí, Naomi había ordenado el cuarto, había colocado una cama e incluso una televisión, además de haberlo acondicionado para que la niña durmiera allí. A Circe le gustaba este cuarto mucho más que el armario donde solía dormir, había mucho más espacio y luz eléctrica, además de una buena cama y una ventana.
Fue un buen cumpleaños, su madre estaba allí, al igual que los amigos de su tía, los músicos. Además, estaba Connor, que era un vecino que se había hecho bastante amigo de la rubia.
Circe recibió, por primera vez en su vida, regalos inútiles.
No era que no le hubiesen gustado, le encantaron, pero realmente la utilidad de estos presentes era nula. No le servían para darse una ducha, como cuando le regalaban barras de jabón, ni los disfrutó de la misma forma que disfrutaba un poco de comida extra.
Quizá por primera vez Circe noto lo mal que estaban las cosas en su otra casa, como ella llamaba al prostíbulo.
Ahora, como requisito de servicios infantiles, la patria potestad de la niña había pasado a manos de Naomi Solace, haciendo de ella la tutora legal de Circe, y debía asistir una vez por semana a la cita con la psicóloga, pero cada tres semanas la mujer se reunía exclusivamente con Naomi.
-¿Está deprimida?-Le preguntó la mujer a la terapeuta de su sobrina.
-No me atrevería a decir que está deprimida,-Dijo ella, limpiando sus lentes.- Traumatizada, es una mejor frase. Veo ciertos sintomas de sindrome de estocolmo; El único problema que ve es su madre, pero en la figura de Mom, la proxeneta, y las otras prostitutas no ve más que apoyo, quizá una especie de familia disfuncional. Especialmente me preocupa cómo ve a Mom, quien quería prostituirla. Me atrevo a decir que le tiene cariño, amor.
-¿Mejorará?
-Necesitará años de terapia, Naomi, pero espero que podamos hacer lo mejor por ella.
-¿Crees que debería echar a mi hermana de la casa?
-Creo que tu hermana necesita de ti, pero... La niña la aborrece, no sé qué tanto frena su presencia la mejoría de Circe.
-No le habla. Ninguna hace amago de relacionarse con la otra, pero creo que mi hermana está mejor conmigo que con algún amiguito de por ahí.
-Entonces lo mejor es que esté en casa. Por lo menos allí puedes controlarla, puedes verla de cerca y frenar cualquier daño que pueda hacerla a Circe en el futuro, con sus acciones.
-De acuerdo.
-¿Has sabido del padre de Circe?
-No. Mi hermana no me dice nada de él, pero sé que están en contacto porque cada mes mi hermana me entrega un fajo de billetes. Cuatro mil dólares.
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Relaciones Tóxicas.
Fanfic"Es como gritar y que nadie pueda oirte. Siempre te sientes culpable de que alguien pudiera ser tan importante, que sin ello, sientes que no eres nada. Nadie entenderá nunca cuánto duele. Te sientes sin esperanzas, como si nada...