Me desperté gracias a una particular risa, que podría reconocer en cualquier lugar.
La risa de mi novio.
¿Hacía cuanto no escuchaba su preciosa risa? No lo sabía, pero de verdad la extrañaba.
Bajé emocionado hasta la cocina y ví a Yoongi riendo a carcajadas con Taehyung.—¡Oh, Jimin! Mira, hyung hizo el desayuno —Sonrió con esa gran sonrisa que lo caracterizaba y siguió comiendo
—¿Ah sí? ¿Hay algo para mi? —Sonreí.
—Uhm, no. No tenía mucho tiempo, tengo que ir a grabar, lo siento. Allí hay huevos, si gustas. —Me respondió, borrando todo rastro de sonrisa de su preciosa cara.
—Pero hyung, dijiste que te ibas a tomar el día libre hoy —Replicó mi castaño amigo, frunciendo el ceño.
—Bueno... Cambié de parecer. —Se levantó, llevando su plato a medio comer al lavado y se fué.
Me apoyé en la gran mesada y bajé mi cabeza tristemente. Sentía que las lágrimas saldrían en cualquier momento.
—¿Jimin? ¿Yoongi hyung y tú... Están bien? —Susurró dulcemente, tocando mi hombro tratando de consolarme.
—¿Uh? S-si, todo está bien. —Sonreí levemente, tranquilizando al menor —Con permiso. —Me dirigí al baño, donde podría llorar en paz.
«Mi amor... Por favor. Te extraño»