One Shots // Twenty Øne Piløts.

006 - 2/2 Tyler

Continuación del 001.

Agotado no era la definición correcta para como se sentía. Abatido sí lo era.

Estaba acostado en su cama con la vista fija en el techo como si estuviese viendo un sinfín de constelaciones.
Solo miraba. Lo que se cruzaba en su mente en ese momento difería mucho con un simple techo.

Tragó en seco en el momento en que las imágenes comenzaron a sacudir su mente.

¿Se había ido?, sí, lo hizo. Claro que lo hizo.

Pero esa no era la incógnita que tan abrumado lo tenía.

¿Por qué lo hizo?, ¿qué había hecho mal esta vez?

Su relación era algo tan íntimo que solo ellos la conocían y experimentaban. Iba más allá de salir, cenar juntos o tener sexo.
Eran momentos que algunos considerarían banales los que ellos apreciaban más que cualquier otro; como cuando alguno no podía dormir, y el otro estaba allí para acompañarse en el desvelo. O cuando necesitaban sincerarse, desahogarse, confesar algún secreto que los carcomía por dentro, contar sus inseguridades o simplemente compartir una taza de algo en pleno silencio.
Eran el cable a tierra, el pilar del otro.

Tyler aún no lo entendía. Revolvía su memoria en busca de algo que hizo, dijo, o incluso si algo que no hizo era lo que provocó que se aleje. Y no encontraba nada, pero eso no era motivo para convencerse de que no había sido su culpa. Él lo sabía. Él sabía que era el culpable de lo que le estaba pasando. De lo que le había pasado e incluso de lo que pasaría. Era conciente de eso, él creía que se lo merecía.

Quitó su intensa mirada del techo y la dirigió a la puerta mientras jugaba con el borde de su playera.

Se imaginó cómo sería la escena si de repente la puerta se abriera y ella apareciera del otro lado, como tantas veces.
¿Cómo reaccionaría?

Se percató de que no era la primera vez que recreaba un recuerdo como ese. Le había quitado hasta el sueño. Si antes dormía poco, ahora no dormía.
Veinte horas del día su mente era ocupada por el mismo tema, haciendo que se olvide incluso de comer.

Estaba en un estado deplorable.

Aquella noche en el bar había sido tan espontánea, tan inocente, que sin planear, meses después aquel lugar no era el único punto de encuentro.

Quería dormir. Necesitaba dormir por años y despertar cuando ya nadie se acordara de él, ni él de nadie.
Necesitaba empezar de cero. Pero sabía que eso no era posible.

No entendía por qué le hacía esto. Tampoco entendía por qué la hacía responsable de sus problemas, cuando sabía de sobra que él era el que se los buscaba.

Pero... ¿era realmente así?

Cerró los ojos. Haciéndolos descansar después de tanto tiempo. Se concentró en los ruidos que provenían de afuera, eran las dos y media de la madrugada, ¿qué otros ruidos más que el ladrido de los perros o el pasar de los coches podían oírse?, no era nada interesante ni tampoco algo en lo que perder tiempo. Mucho menos con lo que tener despejada la mente.

Tomó su celular y buscó todo lo que con ella tenía relación.
Sus perfiles en las redes estaban desactivadas. Sus fotos ya no estaban y su número telefónico daba como inhabilitado.

Miró el conjunto de números y luego a la pared, repitiendo la acción dos veces más antes de armarse de valor y sentarse en la cama.
Marcó el número que pertenecía al teléfono de su casa, con la esperanza a flor de piel de que sea ella quien responda.

La desilusión comenzaba a hacerse notar cada vez más cuando al tercer tono, respondió quien Tyler optó pensar sería su madre.
No le importó mucho, al menos podía informarle simplemente cómo estaba, o inclusive para su ya perdido optimismo, pasársela.

Al intercambiar unas palabras con la mujer al otro lado de la línea, quien ciertamente no conocía a Tyler, todos los cabos sueltos se unieron.

El poco enojo que sentía se esfumó por completo, siendo reemplazado por la total culpa y arrepentimiento.

Miró la pantalla de su teléfono por segundos y luego volvió a llevárselo al lado de la oreja, percatandose de que habían colgado.

Sus manos temblaban y su cuerpo había comenzado a sudar. Su respiración se volvió más pesada y la saliva se acumulaba de sobremanera en su boca.

No iba a derrumbarse. Lo afrontaría, como solía hacerlo, ¿no es así?, porque él era fuerte. Él podía salir solo de esto, ¿no?

Con el pulso al máximo y las piernas a punto de fallarle, se levantó.

Tomó un papel y un bolígrafo y aunque su mano aún temblaba, se dispuso a hacer lo que mejor sabía.

Se sentó en una postura cómoda y comenzó a trazar las primeras palabras en la hoja:

"You will never know what's behind my skull..."

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Mil gracias por los leídos, los votos y los comentarioooooos. Lo aprecio muchísimo, en serio. Que me hagan saber que de alguna forma les gusta lo que escribo, me hace bien<3

Por cierto, sé que debería ser de Josh este O.S, pero no quería subir muy después la segunda parte porque bueno, iba a quedar incompleta por mucho tiempo.
Los próximos dos van a ser del preziozo Tyler's best fren, lo juro.

💜☄