One Shots // Twenty Øne Piløts.

011 - Tyler.

Dedicado a –HipsterReader–.

La mente de Tyler estaba llena de posibles palabras que podían plasmarse en el papel que tenía en frente, era casi mágico: únicamente hacía falta presionar el bolígrafo contra el papel y fluiría solo.
Pero no se trataba solo de eso, era darle un sentido a aquellos fragmentos que más tarde se vería en boca de miles de personas.
Darle un significado para él mismo, no importaba si esas letras más tarde se verían atadas a la subjetividad por sentido común, por el contrario, admiraba esa manera que tenía la gente de darle un sentido propio a los ajeno.

A unos pocos pasos, Noah se encontraba sobre el sofá, adoptando una imperfecta posición de loto dejando reposar la laptop en sus piernas.

Noah. El sólo hecho de pronunciar ese nombre provocaba reacciones en Tyler que no podía controlar, pero que sí disimulaba bastante bien.
Se conocían desde que eran infantes, y por supuesto, junto a Josh se habían vuelto un trío inseparable. Como obviedad, no todo era perfecto ni típicamente color de rosa, habían temas sin tratar, secretos profundamente escondidos y sentimientos reprimidos que, estaba claro, Noah los ignoraba. Y no por indiferencia, sino por puro desconocimiento.

Luego de darle un vistazo a las noticias en Twitter, su mirada se dirigió a la esquina inferior de la pantalla, advirtiendo así de la hora.

Se levantó rápidamente pero sin apuro alguno y arrastrando los pies, se dirigió a la habitación de Josh para tocar su puerta seguido de un "Son las tres y media".

La atención de Tyler ya había sido captada por ella desde que se levantó del sofá. De reojo, notó cada movimiento, provocando que su intriga creciera. ¿Por qué iba a llamar a Josh?, ¿acaso le había pedido que lo despierte a un horario?

Su idea se esfumó al oir a su mejor amigo preguntarle a Noah si estaba lista. Saldrían juntos, pero la incógnita era adónde. Y no le restó menos importancia al hecho de que él no había sido invitado.

Es decir, tenía en claro que las salidas no eran siempre de a tres, él mismo incontables veces se iba con Josh y no necesariamente con la compañía de Noah, o viceversa, pero ni siquiera le habían avisado, era como si no importara que no esté incluído en sus planes.

—¿Vas avanzando? —le preguntó Noah detrás de él, observando sobre su hombro lo que había llenado en la hoja. Tyler intentó acomodarse de manera que obstruyera su vista, pero fue en vano, ya que la chica se movió a un lado.
Segundos después, se percató de que le había planteado una pregunta, quizá para no verse tan ajeno e ignorado, quizá porque en verdad le interesaba cómo progresaba su canción o quizá solo le surgió la duda, sin necesariamente tener que interesarse demasiado en ello.

—Sí —respondió Tyler secamente, lo que provocó el desconcierto en Noah.

—¿Sucede algo? —cuestionó esta vez con una voz dulce que denotaba preocupación.

El castaño solo se limitó a negar, acción que Noah tomó como una señal para notar que no le apetecía hablar con ella.

—Quería avisarte que en unos minutos Josh y yo iremos a...

—Bueno —interrumpió él con fingida indiferencia, haciendo que un ceño fruncido se plasmara en el rostro de Noah.

No le dirigió otra palabra y, por el portazo que oyó desde el lado izquierdo de la casa, supuso que se había encerrado en una de las habitaciones.

Le restó importancia y continuó con su labor.

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Eran las siete de la tarde cuando Tyler se despertó. Estaba anonadado, desorientado como cualquiera que se despierta después de una larga siesta.