Club de asesinos

08.La última puerta

— Se suponía que yo debía protegerlos, yo había encargado que se encontraran esta noche y... — Las lágrimas corrían por el rostro del chico, eran como puñaladas para el mismo por no haber podido salvar a sus más cercanos, inclusive cuando los tenía tan cerca.

— Necesito que te tranquilices un poco — Comentó el oficial Krueger cuando arribó al lugar., había sido mucha casualidad que de nueva cuenta el mismo club se viera en una situación como aquella.

— ¡Cómo puede pedirme eso! ¿Si capta lo que está pasando? ¡Mis amigos están muriendo! Y usted parece no estar haciendo nada más que ir de un lugar a otro pregonando que somos sospechosos cuando en realidad el asesino está ahí afuera y usted con sus estupideces de querer confundir a la gente pero ¿Adivine qué? La gente no es estúpida — Comentó con ira el joven que decidió retirarse tan pronto sus padres llegaron, corriendo hacia ellos debido al dolor que estaba teniendo y el duelo que seguramente debía pasar.

Por otra parte también estaba Michael tratando de arreglar las cosas que estaban sucediendo en el instante, aunque su expresión demostraba sorpresa al enterarse de lo que sucedía en Lorraine.

— Es increíble, es sólo que no lo creo, todo esto, lo de Ed, Pamela, todo es increíble — Argumentó el castaño tratando de analizar las situaciones que estaban sucediendo en el territorio mientras hablaba con sus padre.

— Lo sé hijo pero necesitas mantenerte al margen o de lo contrario esto va a acabar mal porque tú, Billy y Julie están en la mira de los policías — Comentó la señora Strode mientras se quedaba de pie observando aquél lugar lleno de investigadores.

— Lo interesante aquí es ¿Dónde está Julie? — Preguntó el chico intrigado puesto que habían tenido una previa discusión con ella no menos de lo que se enteraron de la muerte de sus allegados.

Mientras tanto, miembros de la policía se encontraban dentro de la tienda de vestidos recuperando pistas y moviendo a los cuerpos. Había flashes alrededor del lugar, algunas manchas de sangre en el suelo, todo interrumpido hasta que uno de los oficiales se mostró en las escalera del segundo piso exclamando

— ¡Encontré algo! — Exclamó el oficial mientras otro par subía para tratar de ver de que se trataba.

Al arribar a dicho punto, se encontraron con que en el closet se encontraba un hombre amordazado y con cortadas en sus manos, vistiendo la máscara del asesino, por lo que lo sacaron de ahí para cargarlo y llevarlo rápidamente a uno de los carros de la policía. El bajarlo de ahí parecía verdaderamente sencillo pues el hombre no parecía ni siquiera moverse o hacer algún tipo de esfuerzo por zafarse, solamente se escuchaba una respiración rápida, así cómo la de los policías que previamente lo habían revisado para evitar que trajera algún arma.

Tan pronto llegaron a la salida del lugar, la gente que estaba ahí comenzó a acercarse a las bandas que prohibían el paso a los demás, así cómo los jóvenes que estaban en el área de la policía.

El asesino había aparecido.

— ¡No retiren la máscara, háganlo dentro no aquí! — Exclamó Krueger mientras trataba de controlar el evento que estaba sucediendo.

— ¡A la mierda con eso! — Exclamó Billie tratando de acercarse al sitio dónde se encontraba el hombre.

— ¡Ni lo intentes! Te estás metiendo en territorio peligroso y más vale que te alejes — Amenazó Krueger tratando de controlar al chico.

— No creo que pueda ser más peligroso pensando que usted me toma como asesino, así que si algo puedo hacer por mi bien es saber quién está tratando de hacerme lucir como un criminal — Comentó el joven con impotencia en sus palabras viendo fijamente al oficial.