— Mi hijo está desaparecido, yo estoy segura que así es... — La señora Williams mencionó a su cónyuge que no hacía más que tratar de revisar el móvil en espera de alguna llamada o mensaje que le indicara a dónde se había dirigido su primogénito.
— Estoy seguro que todo va a estar bien, no se pudo haber molestado por lo que le dijimos de sus amistades, las cosas eran así, no suelen ser una gran influencia y eso de que tenga sus escapadas hacia otro sitio definitivamente no me agrada en lo absoluto — Exclamó el padre mientras se ponía de pie tratando de encontrar una respuesta a la mayoría de sus problemas, que ya se habían incrementado con aquél incidente de escapatoria que Ed, su hijo, había ocasionado.
— Tienes que encontrarlo, te juro que tienes que hacerlo sino no sé que es lo que pueda pasar — La fémina con lágrimas en los ojos hacía notar, puesto que conocía a su irreverente hijo que podía tomarse todo muy apecho y causarle grandes problemas por su actitud.
— Si no lo encontramos nosotros, alguien más lo va a hacer, cómo aquella vez que se embriagó y se quedó dormido afuera de la acera de su profesor, todo porque lo había reprobado, por lo cual volvemos a la misma duda ¿Cómo es que llegó ahí? — Cuestionó sin siquiera buscar una respuesta porque él ya conocía el resultado de la misma —Porque nuestro hijo tiene problemas de aceptación y la única forma de encontrarse a sí mismo es buscando algo con los demás — Alegó mientras daba pasos hacia la puerta de su habitación para cerrarla, dejando a su esposa en aquél recinto, con una mirada devastadora en su ser.
Sí, probablemente Ed Williams estaba desaparecido, pero jamás había desaparecido tanto tiempo. Dos días sonaban demasiado para la cabeza de sus padres, por lo regular aparecía diez horas después o quizá doce, pero volvía.
Esta vez Ed Williams no iba a volver porque estaba en el mismo sitio del que alguna vez será llamado "Club de asesinos".
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Club de asesinos
Misterio / SuspensoEn el año de 1998 seis jóvenes descubren un cuerpo cerca del mar que estaba cercano a sus cabañas. Por dentro tenían un grito desesperado, pero todos decidieron callar para evitarse algún tipo de problema, más del que ya tenían al descubrir que el c...