YongNam se ponía de pie aburrido después que llegará el dueño de la casa este invitó a Jun a ver una película en su Oficina y como el nuevo visitante no buscaba alejarse de su objeto de deseo se añadió a la invitación, teniendo que ver una vieja filmografía en blanco y negro que tanto le parecían aburridas, tediosas si fuera por él hubiese preferido ir al cine a disfrutar un titulo un poco más comercial pero como siempre la fobia publica que su hermano menor le impedían ser libres, caminó a lado del pequeño rubio posó descaradamente su mano sobre sus caderas para pegarlo a su cuerpo, esa noche su objetivo principal era conseguir un beso de tan suaves labios, aquellos desvergonzados actos no le agradaban al CEO de TS, le parecían desesperados movimientos de un animal marcando su presa, apretó la mandíbula en lo más profundo de su esencia quería gritar a los cuatro vientos que ese chiquillo de sonrisa inocente era suyo, su propiedad, la maldita soberbia lo regodeaba, lo enervaba en un estado de total salvajismo, era como un recuerdo de los viejos tiempos cuando eran niños buscando desesperadamente jugar con el mismo juguete, se sobresalto al darse cuenta que tan vil cobarde animal se convertía por esos malditos celos, sí, lo admitía esa voraz sensación de egoísmo lo sobrepasaba.
—Es tarde quiero descansar, Jun ¿Puedes acompañarme a mi habitación para ayudarme con unas cosas?—Le cuestionó al rubio detenido sus movimientos, el menor asintió animado deshaciendo el agarre que el mayor de los Bang ejercía en su cuerpo.—Descansa Nam, mañana tengo entendido debes ir a terminar de arreglar unos asuntos para tu nuevo empleo ¿Verdad?
—Si, oye Guk no creo que debas tratar a Jun como si fuera tu empleado o enfermero.—Detuvo al rubio cuando este se colocaba a la espalda del menor de los Bang para empujar la silla.— Es un invitado si quieres a alguien para que te ayude desatender tu cama puedes usar a YoungJae.—Su tono era bastante sugestivo.—Él creo estaría encantado de desatenderla contigo pero Jun es tu cuñado, el hermano menor de tu querida prometida.—El rubio desvió la mirada hacia otro punto de la sala.— No tienes que usarlo como tu empleado personal si necesitas ayuda con algo puedo hacerlo yo.
Los dos hermanos se enfrascaron en una pelea de miradas, hay veces que el mejor aliado y peor enemigo de una persona es su propia sangre, un lazo hereditario te une pero la propia personalidad te separa, dejando marcadas diferencias, Jun al percibir tan tenso ambiente se animo a tirar de la silla hacia adelante para ahora él ser el compañero en la guerra de miradas contra el gemelo de pie.
—Para mi no es problema ayudarle a YongGuk, realmente necesito conversar sobre unos temas con él.—Su tono de voz era temeroso, le asustaba no poder esconder sus verdaderas razones de querer pasar esa noche con el menor de los Bang.—Me agradas pero tengo un lazo importante con Guk, estos meses nos hemos vuelto muy unidos que necesitamos nuestros cinco minutos a solas.
—Eres un verdadero ángel.—Le contestó Nam sujetándolo por la barbilla.—No encapriches tanto a mi hermano, no eres su prometida para cumplir sus quisquilloso pedidos.—Despeinó esas hebras rubias con tranquilidad, acercó sus labios a sus oídos.—Tenerle lástima no le ayudara.—El hombre de la silla torció los labios alcanzaba a escuchar esas palabras.—Nos vemos mañana.
El hombre beso aquella frente que se vio bañada por una fina capa de sudor al percibir una potente mirada en tan "amable" gesto, rápidamente se alejó pero ese movimiento no fue tomado por un acto negativo por parte de Nam sino pensó que era una tierna defensa de un hombre enamorado que no quería ser descubierto, el mayor se alejó ondeando su mano dejando a dos perturbados, pasmados individuos que iniciaron el recorrido en silencio, Guk apretaba las manos formadas en un puño a tal grado que los nudillos se volvieron blancos, si, si estaba celoso, hervía en un estado de total efervescencia caótica, si sus piernas funcionaran hubiese tomado a su hermano por el cuello para estamparle el puño en su galante sonrisa, le gritaría cientos, miles de maldiciones alertando a no acercarse nunca a su Jun, ese maldito egoísmo lo trasformaba en un ser desagradable, en una bestia, D.Ana, YoungJae y muchos amantes se lo llegaron a recriminar, cuando arribaron a la habitación Jun caminó hacia el closet para sacar la pijamas ante la fría mirada de su amante.
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Me before you
FanfictionEn este momento hay más de seis mil cuatrocientos millones, ochocientos dieciocho mil, seiscientos setenta y un habitantes en el mundo, algunos huyen asustados, otros vuelven a casa, alguno cuentan mentiras para poder sobrevivir, otros se enfrentan...