La flor.

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Después de mucho tiempo, al fin ambas salieron de los cuartos y se miraron, Regina no podía mirarla. Por su culpa ella había sufrido. Ahora sabía sus más profundos secretos y no sabía que había pasado con Alaska ahí adentro.

Caminaron un rato para acercarse más a la frontera y se separaron.

Cuando Regina llegó a su casa se sentía más triste de lo que nunca había estado así saludó a su abuela y a sus papás y tomo su bote de pasas cubiertas de chocolates, su dulce favorito. Se sentó en el pasto de su gran jardín y se puso a llorar mientras comía. Cuando lloraba no pensaba y tampoco sabía que decía o hacía.

Su abuela llegó unos momentos más tarde y Regina le contó todo, seguía llorando. Su abuela la escuchó con atención y decidió dejarla sola otro rato. Regina dejó de llorar y sólo admiró el hermoso jardín que su madre plantaba en sus ratos libres. Una flor le llamó la atención.

Se levantó y se dio cuenta de que su madre no la había plantado, que era una hierba pero aun así era hermosa. Regina parecía haberse enamorado de esa pequeña flor rosa.

Antes de entrar a la escuela, ella había tomado clases sobre plantas, sabia exactamente que hacer. Tomó una pequeña cubeta vacía que ella había pintado cuando niña y que sólo estaba de adorno, una pala que seguramente su mamá había olvidado y sacó a la flor con todo y raíz, tapó el hoyo con tierra que estaba en un saco y llenó la maceta de tierra también, regresó a su hogar.

Estaba dispuesta a dejarla en el escritorio de su cuarto hasta que se encontró a su hermano en el pasillo.

—¿Qué es eso?

—Una flor.

—¿Porqué traes una flor?

—No sé, simplemente me encantó.

—Pero es una hierba, tiene un pétalo roto, esté otro está más grande que todos los demás y mira, tiene el tallo chueco y un pétalo rosa. Dijo después de observar la flor por unos segundos.

—Lo sé, pero así me gusta.

—No lo entiendo. ¿Porqué las personas pueden enamorarse de una flor imperfecta pero quieren a una persona imperfecta?

Puso una cara triste y se fue. Su hermano tenía el corazón roto.

Ella fue a su cuarto, hizo los deberes y después se arregló para ir a la cama.

Estuvo gran parte de la noche pensando en como una persona con el corazón roto dice cosas tan dolorosas y tan ciertas a la vez.

¿Porque no nos podemos enamorar de la persona imperfecta?

Los secretos de la realeza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora