Contemos algunas historias

529 30 16
                                    

Disclaimer: Los personajes de Cómo entrenar a tu dragón no me pertenecen, derechos a Dean DeBlois, Cressida Crowell y DreamWorks.

Reto del día 29: Historia libre.

...

- Kenai – lo llamó Tanana – Kenai

- ¿Tanana? – preguntó el oso mayor extrañado, él estaba en su cueca junto con Koda, quien estaba durmiendo - ¿Qué estás haciendo aquí?

- Kenai, los espíritus me han dicho que tu sentido de tu tótem estaba perdiéndose – dijo - ¿Estás de acuerdo con eso?

- Eh...creo que ¿no? – respondió con confusión - ¿Por qué?

- Ellos me dijeron que necesitabas ver otros conceptos de hermandad – dijo ella dramáticamente – No sólo el que tienes con Koda

- Pero, Tanana, no comprendo – comentó confundido el oso – He estado conviviendo con Koda, con los alces, con todos, los quiero a todos, pero sigo sin comprender.

- Kenai, querido amigo – comenzó a decir Tanana esperanzadoramente – Tienes que aprender, tú decides, por las buenas o por las malas.

- ¡Por las buenas! – exclamó – Por las buenas, no quiero volver a tener algún otro cambio físico sin mi consentimiento – dijo refiriéndose al cambio que había sufrido hace unos meses atrás cuando se convirtió en un oso

- ¡Excelente! – dijo felizmente la anciana sabia – Mañana por la mañana, irás a un viaje al futuro, los espíritus me han ordenado a hacerlo

- ¿Qué? – preguntó Kenai - ¿Al futuro?

- Oh, cariño, no te quejes – comentó Tanana – Yo no hablo idioma oso

- Pero acabas de hablar conmigo – comenzó a decir Kenai confundiéndose aún más. Entonces, de un momento a otro, una gran parte de tierra entró a sus ojos, esto hizo que los cerrara por el dolor. Al abrirlos después de unos segundos, Tanana ya no estaba - ¿Tanana? ¡Tanana, yo no he hecho nada malo! ¡Esta vez no hice nada!

- Kenai – se quejó Koda despertando de su profundo sueño - ¿Podrías callarte? Intento dormir.

- Oh, sí, lo siento Koda – se disculpó – Vuelve a dormir.

Así lo hizo Koda, sin embargo, su hermano no, estaba preocupado por lo que Tanana le había comentado, si bien estaba un poco de acuerdo de que su sentido de tótem se estaba perdiendo, sólo un poco, pero no creyó que fuera para tanto, simplemente estaba algo agotado de tanto amor, más encima porque los animales ya estaban comenzando a enamorarse unos de otros y él no quería eso, se le hacía muy cursi. De todas formas, no tenía el deseo de viajar al futuro, podría ser peligroso, no sabía lo que puede haber allá.

Al día siguiente Kenai junto con Koda fueron a buscar a Tanana, se dirigieron a donde antiguamente Kenai vivía, donde antes vivían sus hermanos. No demoraron mucho en llegar, ahí reconocieron inmediatamente a la anciana.

- ¡Tanana! – exclamó Kenai

- Oh, hola Kenai – lo saludó, dejando de pintar una muralla – Oh, hola Koda.

- Hola Tanana – dijo molesto el oso mayor, rodando los ojos

- Hola Tanana – saludó felizmente Koda

Que la imaginación fluya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora