Capitulo 4

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«Hay sensaciones que no quieres sentir, pero sin darte cuenta gracias a ellas sabes que estas vivo»

No puedo dejar de pensar, aún esta en incógnita.

¿Quien será Brenda Asnicar? ¿Será la novia de Peter? Da vueltas en mi interna, me rehúso a pensar que este mundo es tan pequeño para que sea así.

Candela... Tengo que matarla al volver ¿Como ha podido hacerme esto?  Bueno, estoy menos furiosa desde que leí su mensaje por whatsapp en el cual me informa y pide perdón por lo que hizo, aunque parte del dinero esta en su cuenta de ahorro no quita el hecho de robar mis acciones así tan libremente.

Me miro, estoy viva y reluciente.

Ya es casi la hora.

He decidido quedarme en Palermo unos días para así meditar todo, pensar que será de mi vida desde ahora y lo que haré con respecto a Mariano. No han dejado de llamarme ambos,él por un lado no deja de mandar mensajes pidiendo perdón. Natalie por otro dice estar arrepentida pero que necesita explicarme como son las cosas. Estoy más animada, solo lloro cada vez que recuerdo la escena del restaurant,intento olvidarlo pero no resulta, he salido de compras esta mañana pero no hay luces de Peter por ningún lado. Las veces en las que he bajado no han bastado, me miro al espejo.

Estoy usando un top color negro, la falda cubre parte de mi cintura mientras que mis tacones me hacen ver más alta. Mi cabello esta amarrado con una coleta alta, creo que me veo bien aunque no estoy maquillada.

¿Vendrá? No he dejado de preguntármelo todo el día pero también me repito que tiene novia, que ella podría ser yo y el nudo se forma en mi garganta, lo evito a como de lugar.

Me doy la vuelta, veo que son las nueve en punto y me siento al borde del sofá.No espero más de un minuto cuando el timbre suena, me levanto rápidamente casi tropezando con la alfombra, respiro profundo y me tranquilizo.

—¡Ya voy!—Grito haciendo parecer que estoy lejos.

En realidad estoy al lado de la puerta, veo su rostro por la pequeña cámara. Sus pestañas largas tal como el día de ayer, sus ojos claros casi verdes se ven maravillosos y por último no puedo dejar de ver su forma de sonreír, justo ahora lo hace.

Abro la puerta con lentitud,logramos vernos enseguida.

—Hola, señorita—Saluda aproximándose a mi.

Sus manos se posan en mi cintura, logra tocar mi piel provocando que un escalofrío recorra mi cuerpo.Besa mi mejilla y sus labios tibios me inundan.

—Hola Lanzani—Susurro al recordar su apellido.

Nos miramos, sonreímos y con mi mano lo invito a pasar.

—¿Como has estado? —Pregunta mientras inspecciona el lugar.

Sonrío.

—Mi departamento esta más limpio que el tuyo por supuesto—Bromeo cerrando la puerta.

Se voltea a verme.

—Lo he limpiado durante todo el día—Se queja rodando los ojos.

Enarco mis cejas.

—Pues ya era hora—Suelto enseguida.

Niega divertido,camina hasta la cocina americana mientras que poza su espalda en el umbral. 

—Estuve pensando y creo que debemos ir de joda—Determina alzando sus cejas.

Le doy una mirada ¿Esta bien ir con él? No deseo ir justo ahora a una fiesta pero se me hace difícil decirle que no.

Destinos Cruzados [Laliter] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora