Capítulo XI.

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-¡Polter!

Doy un salto y me incorporó, notando como mi cabeza va a estallar. Abrazo mi cuerpo al sentir un frío gélido recorrer todo mi cuerpo. Miro a mi alrededor y me encuentro con veintipocos adolescentes a mi alrededor, que me observan divertidos.

-¿Sí, señora Harrison?

-¿Puede responder a la pregunta? -alza una ceja y se cruza de brazos, esperando mi respuesta.

-Emmm... ¿siete?

La clase comienza a reír y yo suspiro aliviada. Al menos se ha relajado el ambiente.

-Esa sería una buena elección... si no estuviéramos en clase de literatura.- sonríe irónica.

El timbre suena y comienzo a recoger a toda prisa para salir al encuentro de mis chicas.

-¡Al fin! Nos han preguntado por ti en biología.-aparece Maia de la nada.

-Me quedé dormida.- respondo en dirección a la cafetería.- Dios, creo que voy a vomitar.

Las dos primeras horas las pasé en casa, durmiendo. Notaba como mi cuerpo pesaba cien kilos y como si viviera en la mismísima Antártida, sin dejar atrás el dolor de cabeza desesperante.

Después de despertarme a las cinco y media por culpa del móvil de Tyler, fui a casa, salté por la ventana del comedor y sin hacer ruido fui a mi habitación.

Y lo demás, es historia.

Nos sentamos en nuestra habitual mesa Cam, Liam, Holland, Maia y yo.

-¿Qué me decís de...?

-¿Puedo sentarme?

Miro hacia arriba para encontrarme con un rostro poco conocido.

-Claro.- respondo sonriéndole al chico de los lunares para después dirigir la mirada a Maia, que está completamente roja.

-¿Quién eres? -pregunta Cameron quitándose uno de sus aurículares.

-Dylan O'Brien.- le tiende la mano y ambos las estrechan.- Soy nuevo.

-Lo sabemos.- responde Holland, ganándose una mirada de advertencia por parte de Maia.

-¿No te acompaña la otra chica?- pregunta ahora Liam

-¿Erin? -asentimos.- Es mi hermana; estará zorreando por ahí.

-Vaya, veo que os lleváis muy bien.- río y Dylan imita mi gesto.

-Antes era neutro, pero con el paso de los años...

Recibo una patada por debajo de la mesa. Levanto la vista y me encuentro con los ojos de mis amigas, que señalan con la cabeza a la barra.

Allí me encuentro con la espalda muy bien conocida por mí, de la cual su propietario es nada más y nada menos que Tyler Posey.

¿Y esa mano que rodea su cintura? Esa no es conocida.

Veo una cabellera rubia platino a su lado, y cuando mira en dirección del moreno, reconozco su cara.

La muy zorra...

-¿Sabes qué? Me ha entrado hambre de repente.

Me levanto y me percato de la mirada asustada de ambas chicas hacia mí.

-Eh, eh.- me para una mano.- ¿Dónde vas?

Liam me mira extrañado por mi peculiar comportamiento, y una brillante idea cruza mi cabeza.

Lo agarro del brazo y lo llevo conmigo a la barra. Nos paramos detrás de la feliz pareja, y el chico se percata de nuestra presencia allí.

Río con Liam de cosas sin sentido mientras espero la comida; también espero una reacción de celos como la mía, pero claro, no podía ser así.

00:00 AM, Sr. PoseyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora