-Sea bendecido Dios por darnos días tan maravillosos como los viernes... ¡Sí!
Holland y yo soltamos una sonora carcajada ante la ligera faceta de nuestra querida Maia en versión vudú.
-Son las ocho de la mañana, por Dios.- murmuro borrando la anterior sonrisa.
Holland asiente retirando los dedos índices que taponaban sus oídos.
-Pues para ti es como si fuera lunes, duh.- Maia rueda los ojos y sonrío ligeramente como respuesta.- ¿Te pasa algo?
-No, estoy bien.- digo en un susurro.
Las dos fruncen el ceño mientras me miran, esperando que me sienta intimidada.
-Mira, nena; no sé donde se habrá metido ese chico... pero lo que sé es que sabe cuidarse por sí mismo.
Maia asiente a favor de la rubia rojiza y aprieto los labios. Ojalá ellas pudieran comprender la situación.
Pero claro, no iba a aparecer y decirles ''Hey, chicas; ¿sabíais que Tyler es narcotraficantes? Pero tranquilas, aún no me ha dado de su cocaína.''
Suspiro frustrada y dejo que los brazos de mis mejores amigas me arrastren hasta el interior del infierno 2.0.
A la mañana siguiente, como cada sábado, me levanto temprano para salir a correr un rato y...
¿A quién quiero engañar? Soy de esas de las que dicen ''Cuanto más tarde, mejor.''
Bueno, a ver... es que me gusta aprovechar el tiempo.Pero no. Esta noche mi querido subconsciente no ha querido pegar ojo y a las seis de la mañana, harta de dar vueltas en la cama, me puse un sujetador deportivo, unas leggins y mis deportivas de running.
Nada más salir de casa, me llevo la sorpresita del día.
Tyler está ahí.
Lo veo descargando unas cajas apresuradamente que estaban en el maletero de su coche hasta dejarlas en el porche de su casa.
No nota mi presencia hasta que estoy a su lado, cosa que no parece agradarle demasiado.
-Tyler...- digo sin creer lo que veo.- ¿Dónde has estado?
El moreno suelta una risa amarga y suelta una caja en el suelo.
-¿Acaso te importa? -me mira desafiante.
-¿Te preguntaría si no lo hiciera? -sé que estoy demostrando lo dolida que estoy, pero en estos momentos, no me importa eso.
Tyler ha vuelto a su aspecto frío de antes y tengo el presentimiento de que mucho más distante que antes... y conmigo peor.
Guarda silencio unos segundos mientras observa disimuladamente a nuestro alrededor, como si se percatara de que nadie nos está viendo.
-Tienes que irte.- suelta de repente.- Tengo visita.
Asiento y aprieto los labios antes de darme la vuelta.
-Vas a quedarte solo, Tyler.- niego lentamente para comenzar a andar.- Muy solo.
Me voy alejando del pequeño pero lujoso barrio y echo la vista hacia atrás cuando soy consciente de que ya no estoy en él.
-Será idiota.- bufo a la nada.
Encima me suelta que espera visita, así sin más.
¡Me ha echado en cara que viene a verlo una tía! Porque, vamos... ¿unos amigos en tu casa a las seis de la mañana un sábado? Es la escena perfecta para un par de amantes, encabezados por Christian Grey y su Anastasia.
-Seguro que es una de esas plásticas que salen en las películas americanas.
Sin darme cuenta, he acelerado el paso y no me he percatado del camino lleno de piedras en el que me adentro. Tropiezo con una piedra y aterrizo con la cara en el suelo.
''Genial, Alessandra. Ahora los vecinos dirán que la novia de el nuevo vecino te ha dado lo tuyo por querer meterte con lo que es suyo.''
Y sí. Nunca sabes a qué hora se ponen a husmear tus queridos vecinos.
Reemprendo el camino de vuelta a casa y veo aparcado un coche rojo deportivo detrás de la moto de Tyler, que ha reemplazado el sitio de su coche.
Bufo molesta y aligero el paso para que nadie vea mi desastroso rostro.
-Buenos días, precio...- mi padre mira mi cara con horror y se acerca rápidamente.- ¿Qué demonios te ha pasado?
-Me he caído.- murmuro subiendo las escaleras.- Voy al baño a curarme.
Me miro en el gran espejo y apoyo las manos a ambos lados del lavabo. Se me escapa una lágrima, pero la limpio al instante cuando barajo la idea de que el causante de esta haya sido Tyler.
¿Por qué ha vuelto a ser un capullo?
Realmente me pregunto si alguna vez dejó de serlo.
Y para colmo, la cena de la empresa de mi padre es esta noche. Tendré que hacer maravillas con el maquillaje para que esto no se note.
-Cariño, ¿qué ha pasado?
Lanna asoma la cabellera morena por el hueco de la puerta y sonrío débilmente.
-He salido a correr; no miré por donde iba y...
-No me refiero a eso.- me interrumpe y se sienta en la tapadera del váter.- ¿Por qué lloras?
-No es nada.- sorbo por la nariz e intento sonreír.- Tengo que ponerme a estudiar.
Me levanto de un salto y salgo del baño acompañada de Lanna.
-Alessandra, sabes que puedes contar conmigo.
La miro y le doy un cálido abrazo, a la vez que le susurro un 'lo sé.'
Este día va a ser eterno.
Aliso el vestido negro que se ciñe ligeramente a mi cuerpo y sonrío satisfecha por el resultado del maquillaje.
Cojo el bolso de la cama justo cuando mi padre entra en mi habitación.
-Cariño, ¿estás lista?
Le brindo una sonrisa a mi padre, que está de muerte con ese traje de chaqueta que le regalé el mes pasado por su cumpleaños.
Tras la llegada triunfal que hace junto a Henry, que además es su socio, nos adentramos en el gran edificio después de recibir una compa de champán.
Veo a Helena, la secretaria, charlar animadamente con Christine y su marido. A Henry con un par de empresarios y a mi padre realizando una llamada telefónica.
Voy a por otra copa cuando una cálida voz me detiene en el intento.
-Vaya... Estás realmente preciosa.
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00:00 AM, Sr. Posey
FanficAlessandra Polter es una chica corriente, con amigos corrientes y que lleva una vida corriente. Todo un su vida transcurre con normalidad, hasta que un día en mitad del último curso de secundaria aparece Tyler Posey, un chico aparentemente conflicti...