Capítulo IX.

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Un suspiro de alivio escapa de mis labios al reconocer aquella tranquila voz.

-Hola, William.- le doy un beso en la mejilla y este me corresponde con una caricia en el mentón.

-¿Te importa un poco de compañía? -me ofrece su brazo.

Lo acepto con una gran sonrisa y este deposita un ligero beso en una de mis manos.

-No sabes cuanto te lo agradecería.


Caminamos en silencio hasta un balcón situado en la zona alejada del bullicio, donde podemos hablar más tranquilamente.

-Estoy deseando trabajar aquí.- murmura mirando a su alrededor.

-Supongo...- sonrío incómoda.

Que no hable de negocios, que no habl...

-¿Sabes que esta empresa es de las mejores del país?

Lo miro con una leve sonrisa y una ceja alzada, cuando un señor vestido con esmoquín blanco interrumpe nuestra tan animada y divertida conversación.


-Señores, el brindis se realizará en breve.


Le doy gracias al bendito camarero por salvarme de esta situación y no espero a que William tome la iniciativa cuando yo, prácticamente, echo a correr hacia el lobby.


-Queremos daros las gracias a todos; desde Helena, la mejor de las secretarias, hasta el arquitecto que diseñó los planos y edificó las paredes de este edificio.- comienza mi padre.- Por estos veinticinco años, y que sean muchos más.

Todos los presentes imitamos su acto y brindamos con las copas al aire, llenando la sala de pequeños ruidos provocados por la delicada vajilla de las copas al chocar.

-Siento mucho lo de antes.- susurra William a mis espaldas.- No estoy acostumbrado a tratar con chicas mas allá de las paredes de una oficina o de una sala de juntas.

Me giro antes de que continue y pongo una mano en su brazo.

-Oye, tranquilo. No te he pedido explicaciones de ningún tipo.- sonrío cálidamente.- Dejémoslo en una conversación de la que nos reiremos cuando ambos trabajemos aquí.

-¿Trabajarás aquí? -pregunta sorprendido.

-Es el deseo de mi padre.- digo rodando los ojos.- Que continue con la empresa que él levantó a los veinte y que los Polter sigan adelante.

-Suenas como una de esas novelas que...- tartamudea riéndose, provocando también mi risa.

-Serás idiota.- río y se nos unen dos hombres.

-¿Qué es tan divertido? -pregunta Thom rodeando mi cintura.

-Tal vez lo ajustado que te queda el pantalón, querido.- añade Henry, que se coloca al lado de su sobrino.- Aunque te hace un trasero irresistible.

-¡Eh, eh! ¿Podéis dejar las muestras eróticas para otro momento? -digo incómoda, ganándome una risotada de la pareja de mi padre.

-Ay, Ale. Ambos sabemos que eres más fan de Christian Grey que cualquiera de los aquí presentes.- ríe hasta que se acuerda de la presencia de su sobrino en la conversacion.- Bueno, todos menos tú, claro.

William ríe mientras niega con la cabeza, y de inmediato el trío comienza una charla sobre economía y otras cosas que no logro comprender.



Con el permiso de todos y tras el aviso de William para acompañarme, a las tres de la madrugada decido marcharme a casa para descansar.

00:00 AM, Sr. PoseyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora