Ep. 6 - Amor sin límites

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Eran las 14:20 de un día lluvioso, las clases acababan de terminar.

-Muy bien, gente-dijo Prauss-. De deberes escribir una historia de amor para honrar el nacimiento del Poeta Romántico, escritor famoso de nuestra ciudad.

-Jo, ¿es en serio?-dijo Treno.

-Yo seré un genio en las mates, pero no sé ni redactar una carta...-dijo Hernán poniéndose más nervioso.

-Buuuuuuuuf, pues no tengo yo anécdotas para contar-dijo David riéndose.

-Nada de historias de amor personales, quiero una historia de amor sobre otra persona que no sea el que lo escribe-dijo Prauss.

-Muy bien, entonces yo puedo escribir la anécdota de David, ¿no?-dijo Álvaro.

Prauss al escuchar eso soltó un gruñido.

-¡¡NADA DE HISTORIAS DE COMPAÑEROS DE CLASE!!-gritó-. ¿Así te queda más claro?

Álvaro sin dudarlo asintió con la cabeza.

-Muy bien, el trabajo me lo entregaréis a primera hora mañana. Suerte y hasta luego.

-¿¡Mañana!?-dijo Tristán-. ¡Ay ay ay ay ay, esto no puede ser verdad!

-David-dijo Jessie.

-¿Mh?-dijo este devolviendo la mirada. David estaba muy relajado, con los brazos cruzados.

-No he visto que te quejes en ningún momento, ¿es que sabes qué vas a hacer?

-Pues claro, él no sabrá si la historia que hemos escrito es inventada o no, y yo que soy escritor lo tengo fácil-dijo este sonriendo.

Jessie sonrió.

-Entonces podrías darme algunas lecciones acerca de cómo escribir historias.

-Ahh, no creo que pueda decirte mucho, yo aprendí por mi cuenta, valiéndome solo de mi experiencia.

-Vaya.

-Lo mejor es dejarte llevar, escribir con el corazón, con el alma.

Todos salieron ya de clase, David y Jessie se quedaron un rato más.

-Oh, no llevo paraguas...-dijo Jessie.

-Y el mío se lo ha llevado Álvaro... no pasa nada, ponte mi chaqueta por encima, algo cubrirá.

-Pero si llevas debajo manga corta, te vas a resfriar.

-Yo aguanto bien el frío, no te preocupes. Además, me gusta sentir la lluvia en mi piel... es una sensación tan relajante...

Estos salieron corriendo del instituto.

-¿Tu casa dónde estaba? No he ido nunca ahora que lo pienso-dijo David.

-Tenemos que pasar dos calles por el cruce a tu casa y pasar el puente.

Ambos salieron corriendo, atravesando las calles bajo unas gotas que caían levemente contra sus cuerpos. Al llegar al puente David se detuvo en seco.

-¿Escuchas eso?-dijo.

-Ahora que lo dices... sí... oigo algo...

Estos notaron que era una voz que venía de debajo del puente. Estos se acercaron al borde y escucharon mejor.

-Vamos, aguanta un poco más... te pondrás bien... te lo juro...-decía una voz llorando.

-Quédate aquí si quieres, voy a bajar a mirar.

Hechos Comunes Temp. 1Where stories live. Discover now