Erik's glass wasn't full

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Ellos no hablaron sobre lo que pasó. Charles no habló porque darse cuenta de sus sentimientos lo dejó aturdido un tiempo, y después siguió sin hacerlo porque Erik tampoco decía nada.

Incluso si le hubieran apuntado con un arma, Charles jamás se hubiera metido en la mente de Erik. Prácticamente se le había lanzado a Erik como una colegiala caliente y, bueno, Erik había aceptado, pero los días pasaron y luego las semanas sin ninguna palabra sobre el asunto, o peor aún, sin ninguna oferta para repetirlo. Charles pensó que no podría soportar descubrir que Erik sólo aceptó aquel momento de intimidad para canalizar la adrenalina.

Y no era que la preocupación fuera menos mala. Pero si Erik quería fingir que nada había pasado y su relación podía sobrevivir, Charles no se atrevería a romper el balance. Por otro lado, ambos tenían mucho que hacer. Les tomó semanas de debatir y ocasionalmente discutir, pero finalmente los cuatro, Charles, Erik, Raven y Hank, estuvieron de acuerdo en fundar una escuela para jóvenes mutantes. El mayor problema era, por supuesto, el desacuerdo de Charles y Erik sobre qué imagen tendría la escuela frente al público. Charles estaba convencido de que los humanos no mutantes no aceptarían la idea de humanos poderosos aprendiendo a manejar sus poderes. Erik aborrecía la idea de ocultarse.

El compromiso fue formándose a pasos de bebé. A Charles le dolió más de lo que admitiría borrar la memoria de Moira, pero la otra alternativa era igual a pedirle que renunciara a su carrera y él no podía hacer eso. Tampoco estaban listos para que una institución como la CIA supiera de su existencia. Erik odió dejar la descripción de sus estudiantes como "prodigio" pero accedió siempre y cuando no les enseñaran a los niños que debían esconderse. Cada estudiante decidiría por sí mismo si revelaría o no sus poderes a los humanos a su alrededor. Como adición a sus deberes como docente, Charles estaría publicando una serie de lecturas que se encargarían de cultivar conciencia de una posible mutación en los humanos. La gente pensaría que él se estaba burlando de su propia profesión, pero no importaba. Una lenta introducción de la evidencia que él y Hank podían entregar y sería suficiente para intrigar algunas mentes y, con esperanza, manipular la opinión para conseguir una reacción positiva.

Quizá tendría que sentarse sobre Erik para evitar que él adelantara todas las fechas de publicación, pero, de nuevo, eso sería algo que disfrutaría.

Así fue como, seis semanas después de su misión casi desastrosa en Cuba, la Escuela Xavier para jóvenes prodigios fue oficialmente inaugurada.

Hicieron que fuera el apellido de Charles el que estuviera en el nombre porque todo se realizó con su dinero. Y porque Erik dijo que llamarla la Escuela Xavier Lehnsherr Darkholme McCoy para jóvenes prodigios luciría ridículo en el letrero.

Su primera estudiante fue una chica pelirroja llamada Jean Grey, quien tenía poderes de telequinesis junto a una talentosa telepatía que Charles aún no terminaba de entender. La siguiente semana se unió a ellos Ororo Munroe, quien podía controlar el clima, Piotr Rasputin, cuyo cuerpo se tornaba en acero, y Warren Worthington, quien había logrado desarrollar unas enormes alas blancas.

De su expectativa de enseñar genética avanzada a estudiantes de doctorado, Charles se encontró a sí mismo enseñando historia básica, biología e inglés a un grupo de mutantes que apenas eran más que niños.

Los vómitos iniciaron la tercera semana de clase.

"¿Qué demonios comiste anoche?" Le preguntó Raven a Charles desde la puerta de baño, sus ojos amarillos mostraban tanto simpatía como disgusto.

"Lo mismo que tú." Charles se las arregló para responder entre jadeos y el dolor de su estómago. "... estoy muriendo."

"No, no estás muriendo." descartó Raven. "Erik no está aquí."

A Logical Progression   //  CherikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora