Quite perfect

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Semana treinta y seis y media

"Tendrás que soltarlo en algún momento."

"No lo creo."

Charles estaba muy exhausto incluso para asentir. El bebé estaba dormido en los brazos de Erik, imposiblemente pequeño y tranquilo. Era una imagen tan inocente que Charles podría llorar. O quizá ya lo había hecho. Las últimas horas eran un borrón en su cansada mente. Probablemente sí lloró cuando Hank puso a un diminuto humano de 6 libras en sus brazos y dijo que era su hijo. Intelectualmente, Charles sabía que eso no era mucho. Pero el intelecto salió por la ventana con la sensación de que ese pequeñito se convertiría, algún día, en un hombre.

Juzgando por la mirada en el rostro de Erik, él estaba experimentando esta misma sensación. Había estado meciendo gentilmente al niño y susurrando cosas en alemán por los últimos veinte minutos. Tarde o temprano tendría que ceder el turno a alguien, Charles sabía que Raven estaba prácticamente arañando la puerta para poder ver a su sobrino. Pero ella tendría que esperar hasta que Erik estuviese listo.

"¿Qué le estás diciendo?"

"Tienes una mente que es una en un millón, Charles, ¿y en serio me dices que no has aprendido nada de alemán en todo el tiempo que has pasado dentro de mi cabeza?"

"Me temo que sólo sé las palabras sucias."

"Le digo lo inútil que eres y que nunca debe confiar en ti." Erik pasó sus dedos por la suave mejilla del bebé. "Que sólo escuche a Vater."

Charles escaneó la mente del bebé. Sus pensamientos eran mucho más completos ahora que tenía un cerebro totalmente formado. Aún no había palabras, pero brillantes imágenes hacían sonreír a Charles. El bebé parecía verdaderamente fascinado por su 'Vater'. "Bueno, si sólo le enseñas alemán, no tendrá otra opción."

Erik pareció dejar de escucharlo. La fascinación del bebé era obviamente mutua. Con cada momento que pasaba, Charles sentía a Erik amarlo más. Conocía esa sensación porque él mismo la sentía. Desde el momento en que posó sus ojos sobre su diminuto rostro, su corazón ya no le pertenecía. Lo dio gratuitamente y sin remordimientos. "Es hermoso, ¿no es así?" murmuró ausentemente Charles.

"Él es perfecto." Declaró Erik. "Lo eres, ¿verdad, Julian? Bastante perfecto."

"Ahí va mi esperanza de que no sea un malcriado." Dijo Charles con una sonrisa. En realidad nunca tuvo esa esperanza.

Sus tonos bajos de voz causaban tanto confort al bebé que Charles podía sentirlo en la conexión que compartían. Julian estaba tan fatigado como él mismo, así que no fue una sorpresa cuando bostezó. Tenía una gran quijada para ser una criatura tan pequeña. Charles sólo rio, pero las emociones de Erik brincaron. O mejor dicho, saltaron de un precipicio al que Charles no sabía que se estaban acercando.

"¿Erik?"

"Debemos tener más." Dijo, sus ojos llegaron hasta los de Charles.

"¿Qué?" La sorpresa le dio suficiente energía como para sentarse. "¿De qué demonios estás hablando?"

"Lo siento, Charles," dijo Erik en palabras apresuradas. "He estado intentando... sé que sólo me has dejado acercarme a ti por Julian, pero-"

"Espera. Alto. ¿Yo he dejado que te acerques? eres el que mantuvo su distancia hasta que supimos del embarazo." Acusó Charles.

"Sólo porque no dijiste nada después de que te ataqué en-"

"¿Atacaste? Yo no lo llamaría así-"

"Prácticamente te arranqué la ropa, Charles," bufó Erik, manteniendo la voz baja sólo porque aún sostenía al bebé. Charles sintió su vergüenza burbujeando por sus emociones entrelazadas, su conexión era más estrecha ahora por el nacimiento de su hijo. Él sabía que tenía la boca abierta, probablemente se veía como un pez fuera del agua, pero no pudo evitarlo. Después de todos estos meses Charles nunca había sentido a Erik de esa manera. Una parte distante de Charles estaba impresionado por el blindaje mental de Erik y todos aquellos lugares que se ocultaban perfectamente en su mente bien estructurada.

"¿En qué universo vives que piensas que no pude haberte detenido si así lo hubiese querido?" Charles habló con decisión. "No me importa si acabo de dar a luz, no soy una doncella frágil a la que deshonraste, Lehnsherr. ¿No te has dado cuenta de qué tan fácilmente podría destruirte?" Charles no quería que todo esto fuera una especie de confesión, pero qué más daba. Las pupilas de Erik se dilataron tan rápido que no pareció natural. "Quería que desgarraras mi ropa. Y he querido que lo hagas de nuevo todos los días desde entonces, pero nunca dijiste nada y pensé... cada vez que me sentía algo de tu parte, siempre era para Julian."

La confusión llenó la mirada de Erik. "No veo cómo eso es posible. Debes haber estado leyéndome mal."

"No es posible; he leído gente toda mi vida y-"

Erik se puso de pie y de forma cuidadosa dejó a Julian en la cuna que él había hecho. Entonces caminó a la cama y se sentó frente a Charles, acercándose hasta dejar las manos sobre sus hombros.

"Léeme ahora."

Charles no iba a desperdiciar la oportunidad de una lectura gratis. Dentro, su orden pulcro ahora se sentía salvaje e inquieto. Las emociones más brillantes aún eran para Julian. Su orgullo y su amor, la protección abrumadora que ya conocía tan bien. "Estás pensando en el bebé."

"Pienso en ustedes dos, Charles," dijo Erik con frustración. "Lo siento si no puedo separarlos fácilmente. Ustedes son mi familia."

Su familia. Charles se congeló. Quizá había estado mirando sus emociones de la manera incorrecta. De la manera de Charles. Viendo la respuesta más simple y aceptándola como verdad. Pero Erik no era alguien simple. En su vida, Charles nunca conoció a nadie más complicado. Se separó de esos sentimientos y tomó un gran respiro. La familia significaba todo para Erik. Los sentimientos que sentía por cada miembro no podían compararse. Lo que significaba...

La verdad lo golpeó en el rostro cuando intentó decidir la mejor manera de reaccionar a esos sentimientos.

"¿Soy tu familia?"

Erik se acercó hasta que sus frentes se tocaron. "No eres tan listo como crees, ¿eh?"

"Pero siempre pensé-"

"Mira ahora, Charles." La memoria de Erik le mostró la escena de los vestidores. En vista y sensación. Charles no sólo se vio a sí mismo con la cabeza echada hacia atrás, jadeando y apretando. Él sintió cómo la memoria afectaba a Erik. Estar de esa forma con él le daba placer, sí, pero también lo hacía sentir poderoso y vivo. Sentía que si pudiera tenerlo de esta manera, hacer el amor con él de esta forma, jamás querría detenerse, quería permanecer dentro de él por siempre...

Por favor no me dejes nunca, te amo tanto-

Charles salió de la memoria, respirando con dificultad y temblando por la intensidad de la emoción, sus pensamientos traducidos en palabras y verdades que él sí podía entender. Una declaración del deseo y sentimientos que Erik había ocultado con cuidado cuando Charles no habló de nuevo del tema ni se acercó a él de esa forma.

"N-no lo sabía, lo juro. Pensé que sólo te importaba Julian." Batalló al hablar.

"Quería protegerlos a ambos." Erik se apartó lo suficiente como para mirar a Charles y peinar unos cuantos mechones de cabello rebelde. "Intenté no sentir nada de eso, pero no pude detenerme."

"No te atrevas a detenerte, Erik Lehnsherr," dijo Charles ferozmente. "No después de que estuve torturándome los últimos nueve meses. ¿Tienes alguna idea de qué tanto necesité un buen polvo? Jesús, Erik, podría asesinarte por ocultarme esto." Gruñó sin molestarse en pensar que él mismo no había dicho nada tampoco. Qué demonios. Acaba de tener un bebé. Tiene permitido ser irracional.

La risa de Erik se sintió tan hermosa como molesta. Charles le dio un golpecito. "No te rías de mí. Esto es todo tu culpa. Ahora ve y dame a mi bebé."

Erik no tardó en obedecer.

A Logical Progression   //  CherikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora