Capítulo 1.

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Escuchar: Troye Sivan - Fools. •


                                                                          Miami, Florida.

Lauren bajaba las escaleras de dos en dos acompañada de pequeños saltos un tanto infantiles, al llegar a la sala de estar notó cuán silenciosa estaba la casa aquella mañana del día sábado, no le tomó mucho tiempo para darse cuenta que su madre no se encontraba en casa, caminó hasta la cocina y corroboró lo pensando al toparse con una nota pegada con ayuda de un imán sobre la puerta del refrigerador. No le hizo falta leerla para saber lo que decía, ya estaba acostumbrada a leer aquellas notas así que cogió aquel pedazo de hoja lo hizo bolita y con astucia lo tiró hasta la cesta de basura.

Expulsó una gran cantidad de aire tras un resoplido, abrió el refrigerador y de éste sacó la jarra que contenía leche, se impulsó un poco hasta alcanzar el cereal sobre la alacena y al tenerlo en sus manos volvió a su postura anterior... la ojiverde se disponía a prepararse una deliciosa taza llena de cereal pero el sonido de su celular la interrumpió, metió su mano a su bolsillo trasero y cogió aquel aparato, observó la pantalla y esbozó una media sonrisa al ver de quién se trataba.

—Hey, Biebs —saludó animadamente—. ¿Qué hay?

—¿Por qué no me has dicho que te vas de vacaciones a Canadá? —reprochó su mejor amigo, ignorando el agradable saludo de la chica de sus sueños.

Justin Bieber de dieciocho años, y Lauren Jauregui se conocieron en primer año de secundaria, y desde entonces congeniaron muy bien, ambos tenían muchas cosas en común... así que se hicieron mejores amigos, junto a Harry Styles, de diecisiete años. Louis Tomlinson, de dieciocho años. Niall Horan de también dieciocho años y Normani Kordei, de diecinueve años, ese era el pequeño círculo social de Lauren.

A Lauren no le interesaba tener muchos amigos, ella sabía que con aquellos cinco se había ganado el cielo, al final lo que importaba era la calidad y no la cantidad.

Pero había un problema, Justin cayó como un tonto enamorado por Lauren desde que la conoció; y aunque él sabía que no tenía oportunidad de estar con ella como algo más que amigos, él nunca perdió las esperanzas.

—Hum, ¿quién te lo dijo? —cuestionó ella apoyando el celular en su hombro y haciendo presión contra su mejilla, ahora con las manos libres sirvió suficiente cereal en su taza y luego vertió aquel líquido blanco, al tener lo suficiente, lo dejó sobre el mesón, junto a la caja de cereal.

—Niall —sólo dijo.

Lauren puso los ojos en blanco y balbuceó algunas malas palabras contra su otro amigo rubio, él nunca podía mantener su bocota cerrada.

—Escucha Justin, no es como si te lo estuviese ocultando, pensaba decírtelo, al igual como se lo dije a los demás, pero...

El rubio interrumpió su explicación y con el ceño un tanto fruncido, preguntó:

—¿Por qué te vas?

—Sabes que siempre pasó mis vacaciones en Canadá junto a mi padre —rodó los ojos irónicamente, lo que menos hacia ella era pasarla con su padre—. Y mi hermano, es la única vez que puedo verlos —añadió, ignorando la nostalgia que aquellas palabras le hicieron sentir, porque era verdad, desde el dramático divorcio de sus padres ella decidió quedarse con su madre, y su hermano con su padre. Mantenía contacto con su hermano de veintitrés años, pero con Michael todo era un poco complicado—. Humm, ¿por qué no vienes? —ofreció—. Mi madre no está, podemos hablar bien sobre esto y pasar el rato.

No Pressure. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora