Capítulo 16.

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Escuchar:  Bruno Mars - Just The Way You Are. •

—¿Te veré mañana? —quiso saber la respuesta de aquella pregunta que le hacía a la tenista cada vez que se despedían.

—Bueno... —dijo dubitativa—. Sí, podría ser antes de mi entrenamiento vespertino... pero...

—¿Pero? —arrastró la palabra, deseosa por saber.

—Es que... será por poco tiempo, de doce a dos de la tarde —se lamentó.

—Huh —hizo una mueca de disgusto a lo que Camila rió, luego chasqueó la lengua y se encogió de hombros—. No es suficiente —admitió—, pero prefiero pasar así sea un minuto del día a tu a lado, a no verte —confesó.

—Y en mi casa —agregó. Estremecida por sus palabras.

—¿En tu casa? —enarcó una ceja cuando la miró asentir—. Bueno... le diré a Chris que me lleve.

—Está bien —solo dijo.

Ambas se quedaron en silencio unos instantes, Lauren aún con la sensación de sus labios en los de Camila. ¡Había sido tan perfecto!  Había besado a un par de chicos antes, pero sin duda besar a una chica era mucho mejor. Aquello definitivamente no tenía comparación con absolutamente nada de lo que haya sentido antes. Sintiendo su corazón agitarse por aquel no tan lejano recuerdo, echó un vistazo hacia su casa a través de la ventanilla del auto.

—Supongo que ya debo irme —musitó con desgano ¡porque no quería irse, jamás!

Camila rió, con evidente diversión y a la vez ternura. Al notar su expresión triste.

—A decir verdad... yo tampoco quiero que te vayas —hizo saber con voz baja.

Lauren la miró, y Camila pudo jurar ver un destello de... seducción, deseo en ellos. No sabía a ciencia cierta qué era, pero sabía que jamás había visto algo como aquello en ella hasta ahora. Era una mirada cargada de picardía, con un atisbo de timidez, lo cual le encantó.

—Bueno, buenas noches —dijo con expresión de niña buena, e hizo el ademán de irse, así como si nada.

Pero la castaña la detuvo.

—Ah, ah —negó con gesto de desaprobación—. ¿Y mi beso de buenas noches? —inquirió frunciendo el ceño.

—Sí, cierto —vaciló acercándose a ella—. Buenas noches —hizo énfasis en aquellas palabras, le dejó un sonoro beso en la mejilla y se volvió para salir del auto definitivamente, pero Camila nuevamente la detuvo—. ¿Ahora qué huh? —fingió no entender.

—No juegues —le advirtió en un susurro la castaña.

—Ha sido perfecta esta noche, Camz —le dijo de vuelta con un susurro, lanzándose sobre ella, olvidándose de cómo respirar.

—Más que eso —la recibió con gusto en un abrazo.

—Siento que ya no puedo ni quiero estar lejos de ti ni un miserable segundo —confesó acariciando su agraciado rostro con suavidad—. Eres tan hermosa —dijo de repente esbozando una sonrisa, sin apartar la vista de sus ojos.

La recorrió con la mirada, embelesada con sus finas y perfectas facciones, era como si ella en vez de ser tenista, fuese alguna modelo de Victoria's Secret.

—¡Besame ya! —instó con evidente desespero y Lauren lo hizo.

Moviendo sus labios con lentitud sobre los de ella, rió sin separarse. Por lo que, Camila llevó sus dos manos y las dejó descansar en sus mejillas y de forma precipitada profundizó el beso suave y lento que la ojiverde se encargaba de darle con un atisbo de diversión.

No Pressure. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora