Capítulo 10.

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Escuchar:  Simple Plan - Perfectly Perfect. •

—¿Estás diciendo que tu hermana y Camila fueron a comer pizza porque no querían cenar comida mexicana? —preguntó Ashlee.

—Sí, eso dije —respondió Chris. Ocultando la alegría que sentía por su amiga y hermana, él sabía que todo sería muy diferente a partir de ahora.

Y sí que lo sería...

Camila y Lauren yacían sentadas en una mesa —de uno de los tantos locales de comidas que habían en aquel centro comercial— frente a frente en absoluto silencio... de hecho era un poco incómodo, se supone que venían a hablar pero los nervios se apoderaron de la ojiverde, por lo que la castaña dejó salir un resoplido.

—Buenas noches —la voz del mesero resonó entre tanto silencio—. ¿Listas para ordenar? —preguntó mirándoles con amabilidad, pero ninguna respondió durante un tiempo por lo que éste se aferró a una pequeña agenda y un lapicero que traía entre sus manos.

—Sí, huh... queremos una pizza especial —Camila habló regalándole una tímida sonrisa—, un vaso con agua y... —miró a Lauren, esperando que ella respondiera qué deseaba para tomar

—Ah, un jugo de limón —reaccionó al fin.

—Sólo eso —Camila frunció el ceño sin despegar su vista de la menor. Cuando el mesero se retiró ella se cruzó de brazos y dijo—: ¿estás bien?

—Sí —contestó al instante—. Yo... solo intento... huh, organizar mis pensamientos —expresó con un atisbo de vergüenza—. ¿Tú estas bien?

—Un poco desorientada a decir verdad —confesó echando un vistazo a su alrededor, divisó unas cuantas personas, pero su atención se concentró en una pareja de chicas que se encontraba a unas cuantas mesas de distancia... aquellas mujeres parecían pasárselo muy bien y cuando una de ellas besó en los labios a la otra, una nostálgica sonrisa apareció en su rostro; le fue inevitable no pensar en Lauren y ella de aquella manera.

Lauren dirigió su mirada hacia donde Camila mantenía la suya. Al ver como aquellas mujeres se besaban con total libertad y como nadie a su alrededor parecía importarle, no evitó sentirse más estúpida por lastimar con sus palabras a Camila. Y cuando de soslayo notó la sonrisa en el rostro de la castaña, algo dentro de ella la motivó a hablar.

—Humm —murmuró para atraer su atención de vuelta y lo logró—. Creo que debería empezar a hablar —la tenista suspiró e hizo un gesto que claramente expresaba cuanto estaba esperando este momento—. Yo... eh, primero que nada quiero decir que lo siento, mucho, mucho —enfatizó—. Por todo, tal vez me detestas y si lo haces... no te culparía porque es lo menos que merezco después de todas las cosas tan desagradables que te dije —hizo una breve pausa en la cual tragó saliva y junto a ella todos sus nervios e inseguridades, pues sólo tenía una oportunidad para arreglar todo y no la desaprovecharía. Al ver que Camila no tenía intención de interrumpir ya que la escuchaba y observaba con mucha atención prosiguió—: No quiero justificar mis actos, para nada... pero yo... yo podría ser la persona más inestable e insegura que hayas conocido en tu vida, —la castaña frunció el ceño y bufó cruzandose de brazos—. ¿Qué? —preguntó ante aquel acto.

—Nada —se encogió de hombros negando con la cabeza—. Es sólo que, no lo sé... es difícil pensar que una chica como tú podría tener inseguridades.

La adolescente se quedó sin habla por unos segundos, aquel comentario la desconcertó más de lo que creía.

—¿Una chica como yo?

No Pressure. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora