No Pressure. (Camren)

Capítulo 18.

• Escuchar:  Lana Del Rey - Summertime Sadness. •

Totalmente agotada por su reciente entrenamiento vespertino, Camila se hallaba plácidamente recostada en unos de los sofás de la sala de estar de su gran casa. Con los ojos cerrados y Lauren en sus pensamientos, "A que no me dejas"  de Alejandro Sanz resonaba por todo el lugar. Y en silencio agradeció el hecho que sus padres estuviesen fuera de la ciudad por asuntos de trabajo y que estaría en completa tranquilidad y soledad durante dos días más.
Estaba a tan sólo una semana para que finalmente su último juego se llevara a cabo, y para que su vida cambiara para siempre. Porque sí, hace un par de días recibió una llamada de Dinah, en la cual le informó que la Directora: Clara Morgado, estaba lista para recibir y darle una ojeada a sus papeles. Y tras enviárselos, sólo le quedaba esperar. Con ansias y esperanzas, deseaba obtener el sí que cambiaría su vida. Porque si eso sucedía, se retiraría del tenis para siempre. Sin importarle las opiniones de sus padres, ella cogería el timón para dirigir su vida por sus propias manos.

" A que no me dejas"  terminó y comenzó a sonar " Corazón partío" y mientras tarareaba aquella canción tomó su teléfono a un lado del sofá e hizo algo que hace mucho tiempo no hacia; ingresar a su cuenta de Instagram. Se sorprendió cuando notó que su cantidad de seguidores habían aumentado considerablemente, por lo que recordaba antes tenía unos nueve o diez millones de seguidores, ahora tenía casi quince millones de personas siguiéndola en aquella red social. ¡Vaya! Aquello le parecía una locura. Pero su sorpresa fue mayor cuando notó que Lauren... Su Lauren era una de sus nuevos seguidores, sonrió de oreja a oreja y sin pensarlo ni un segundo la siguió de vuelta. Cuando se disponía a echarle un vistazo a sus fotos fue interrumpida por el irritante sonido del timbre de la casa, maldijo en silencio e incorporándose de aquel cómodo sofá se encaminó hacia la puerta con el pensamiento que si era Chelsea, lo cual era lo más probable. Acabaría con aquello de una vez por todas.

Abrió la puerta, manteniendo el semblante serio.

Y en cuanto vio de quién se trataba, su rostro se iluminó.

—¡¿Lauren?! ¿Qué... qué haces aquí?

La ojiverde frunció los labios, la recorrió con la mirada y no tenía idea de cuánto la echaba de menos hasta ahora. Se tuvo que contener para no arrojarse sobre ella y llenarla de besos. Abrió la boca para hablar, pero sintiendo su corazón atorado en la garganta, volvió a cerrarla.

Camila sin poder reprimir la alegría que corroía su alma, sonreía de oreja a oreja y todo el agotamiento que sentía hace sólo segundos se disipó en su totalidad.

—¿Viniste sola? —echó un vistazo por encima de su hombro hacia el auto de Chris y al no divisar a su amigo, se volvió a ella—. ¿Sabes manejar, Lauren? —inquirió con un atisbo de sorpresa.

—¿Acaso eso es lo importante ahora? —cuestionó con más dureza de la que quiso.

—Lo siento, humm ¿quieres entrar?

Lauren negó y ella dejó de sonreír para entrar en pánico.

—¿Qué? ¿Por qué no?

—Si quieres que entre —rió entre dientes y la castaña arrugó el entrecejo sin entender qué le era gracioso—. Primero debes quitar esa horrible música —advirtió con expresión divertida. Porque desde que bajó del auto pudo reconocer la horrible voz de Alejandro Sanz.

Y justo allí, completamente embelesada con Lauren, Camila lo confirmó: la quería.

A la velocidad de un rayo, ella se adentró a la casa, apagó la música y pidiéndole disculpas a su amado Alejandro Sanz, regresó con Lauren, quien aún se hallaba del otro lado de la puerta.