No Pressure. (Camren)

Capítulo 2.

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                                                                                  Toronto, Ontario.

Lauren miraba a su alrededor en busca de su hermano, y al divisarlo a unos cuantos metros de distancia de ella, no lo dudó y corrió hacia él.

Chris la recibió con los brazos abiertos, y al tenerla pegada a su cuerpo, la envolvió en un fuerte abrazó, alzó a la menor dando algunas vueltas sobre sus talones con ella en el aire, haciéndole saber con ese gran abrazo cuanto la había extrañado.

—¡Dios mío, Lern! —exclamó el castaño con mucha felicidad —. Te he extrañado tanto.

—¡Yo también! —contestó la ojiverde—. Pero mirate, ya estás tan guapo como yo —bromeó separándose del abrazo, ambos se miraron fijamente mientras sonreían con sinceridad.

—El ego Jauregui, eh... —rió sonoramente—. Vamos —dijo cogiendo la maleta de su hermana, para luego encaminarse hacia su auto.

—Tú sabes, —alzó ambos hombros de manera arrogante, y justo ahí, ambos hermanos estallaron de risa.

—En serio, te he extrañado tanto, y a tus idioteces —hizo saber mientras guardaba la maleta dentro del maletero de su auto—. ¿Cómo está mamá, eh? —preguntó echándole una rápida mirada a la ojiverde que estaba subiendo al puesto del copiloto.

Lauren esperó a que su hermano subiera a su lado, y al hacerlo, respondió:

—Muy bien, por cierto, te ha mandado saludos y que te quiere, ah, y que te extraña... —notificó.

Él esbozó una nostálgica sonrisa, porque él también la extrañaba. A pesar que él eligió quedarse con su padre luego del divorcio, él mantenía una buena relación con su madre, aunque hace casi dos años que no la ve. Chris esperó silenciosamente que ella le devolviera la pregunta por su padre, pero aquella pregunta nunca llegó.

—Papá está en Ottawa, —informó deteniéndose en un semáforo—. Pero llegará en unos días —completó.

Lauren bufó y sacudió la cabeza en negación, no le sorprendía, así que le daba igual, o eso quería demostrar con su indiferencia.

Ella pensaba que él la estaría esperando en casa, porque un hogar es un lugar donde eres esperado... pero ella nunca ha tenido un hogar.

Chris decidió preguntar sobre otra cosa, sólo para romper el incómodo silencio que se había formado.

—¿Todo bien en el vuelo? —le dedicó una mirada, mientras emprendía  nuevamente su camino en el auto.

—Me duele el culo de tanto estar sentada, —respondió secamente.

Él arqueó una ceja, pero no hizo ninguna reprenda. Porque así era su hermana, odiosa, cortante, grosera, la hija rebelde.

—¿Y contigo? ¿Todo va bien? 

—Excelente —Lauren se mordió suavemente el labio inferior, preguntándose internamente si de verdad todo estaba excelente con ella.

Lo pensó unos segundos en silencio, con su madre, todo iba bien, a excepción de algunas veces cuando le daba aquellos arranques de rebeldía. Con sus amigos, oh sí, con sus amigos todo iba realmente excelente y en el instituto... pues igual.