Ella corría a todo lo que daba, el frío del lugar no la detenía, los grandes charcos de hielo congelado no la retrasaban, tenia un solo objetivo, mantenerse lejos de aquel monstruo y seguir adelante, hasta encontrar a alguien Y llegar hasta su madre.
El grito de shadow decir su nombre la impulso a correr mas lejos, sabía que si no se escondía o apresuraba, Shadow podía alcanzarla en menos de que se lo espera, su aliento se volvía humo, haciendo parecer un tren de vapor a toda velocidad, los gritos de el se hacían mas lejanos, al fin lo estaba logrando, estaba a punto de escapar de el. Las lágrimas salieron cuando comenzó a pensar en su madre, por desgracia, la suerte de ella se acabaría pronto, estaba tan concentrada en escapar que no se fijó en su camino y terminó frente un acantilado, trato de detenerse pero venía con tanta velocidad que no lo logró a tiempo, creía todo perdido hasta que, casi como un milagro, un árbol que había crecido en el acantilado detuvo su caída. Se le escapó un grito al ver a la altura que estaba, tenía ganas de romper en llanto, temía moverse y que el árbol se cayera. No tuvo más remedio que quedarse aferrada a una de las ramas y esperar.
Varios metros lejos de ella, se encontraba Shadow, con los ojos llenos de lagrimas y preocupación, el bosque donde se encontraban era muy peligroso, lleno de cuevas donde ella podría perderse y animales salvajes que, al verla tan pequeña, no dudarían en devorarla.
-¡Pequeña por favor!, ¡Te llevaré con tu mami pero por favor vuelve!-
boceaba el erizo asustado, comenzando a entrar en pánico, las huellas las había perdido y no tardaría en oscurecer, si algo le ocurría, nunca se lo perdonaría y tomaría como el suicidio su única salvación.
-¡NENA DONDE ESTAS!-
Grito casi hasta quedarse afónico, pero, solo se escucho su eco, ni rastro de la menor, lágrimas comenzaba a correr por la mejilla del azabache, su respiración se aceleró haciendo que de su boca saliera mucho humo a causa del frío, no tardaría mucho en romper en llanto y sentir un poco, de lo que el azulado había sufrido por todos estos meses.
Mientras tanto, un furioso erizo azul, trataba de liberarse como sea, no dejaba de forzajear, knuckles comenzaba a temer que esas cuerdas no lo aguantaría por mucho.
- Tails, ¿como vas con ella?-- Cuestiono el puercoespin a su pareja que se encontraba en la habitación de alado, no tuvo respuesta, eso no podía significar algo bueno. La sensación de haber perdido a una compañera y el miedo de que ahora Sonic en su forma inestable se suelte era algo que no se lo deseaba a nadie.
- Knuckles, prometo no hacer nada, si me sueltas, por favor - Su voz sonaba sincera, pero aun asi, su rostro serio y inexpresivo dejaba mucho que desear.
El rojo no sabia que hacer, si hacerle caso a su amigo o ignorarle, se rasco la nuca dándole la espalda y pensando en sus acciones con aquel.- Escucha, Sonic, todos tratamos de encontrarla, ahora que tenemos una pista grande de donde pudiera estar, necesitamos que cooperes con nostros-Sonic se quedo callado, sin mostrar emoción aun, Knuckles mirandolo de reojo con una expresion de temor y preocupacion exclamo. - Si te dejo ir, me prometerás que sera para ayudarnos a buscarla y no para cobrar tu venganza, ¿bien?-
Sonic lo miraba a sus ojos violetas, y con un simple asentir de cabeza, acepto los términos del rojizo, el cual no hizo mas que suspirar, dejando de rascar su nuca y encaminarse a el, las ataduras no fueron tan difícil de quitar, estas ya se encontraban sensibles.
- ¿Cuanto tardara Tails en saber su ubicación? - cuestiono Sonic sin dirigirle la mirada, sobando sus brazos los cuales se habían puesto un tanto rojos por los forzajeos
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- ¡Mami!-Gritaba una congelada Erizita, aferrándose ala rama de aquel árbol que parecía caerse en cualquier segundo- ¡Mami sálvame!- en su rostro se podía ver como lagrimas heladas corrían por sus regordetas mejillas. Esos gritos cesaron en cuanto escucho un grito de respuesta, el grito de alguien familiar a ella.
- ¡Aquí estoy bebe! - se escucho la voz de Sonic gritar desde algún punto del bosque, haciendo que las lagrimas de la eriza se detuvieran.
- ¿Mami?, ¡Ayúdame, estoy asustada!- Volvió a gritar deseando una respuesta rápida de la voz de su madre y también el poder verla después de tanto tiempo.
- Tu puedes cariño, solo retrocede lentamente, estarás bien mi amor -
Lo oía claramente, su voz que le hacia sentirse segura, pero no lo podía ver, pero obviamente el si a ella, así que, asintiendo, paso a paso, retrocedió, la rama temblaba con cada andar, pero ella continuaba confiando en las palabras de su madre.
y así fue, logrando tocar tierra, sana y salva, busco con su mirada a su madre, gritando "Mamá", paseo su vista por su alrededor, hasta en las copas de los arboles, pero solo veía eso, árboles y nieve por el suelo.
- Mami - la llamo de nuevo, obteniendo la misma respuesta, nada. Bajo la mirada sacando de sus ojos lagrimas hasta que, escucho aquella dulce voz de nuevo.
- Mi dulce nena, ven, sígueme -
Noto una luz azul resplandeciente entre los arboles, una sonrisa se dibujo en su rostro y sin esperar otra cosa, corrió hacia aquella luz, que por mas que sintiera que se acercaba a ella, siempre se veía a la misma distancia, pero eso no importaba ahora, detrás de esa luz, su madre se encontraba, eso era lo único que necesitaba saber y ciegamente continuo andando hasta llegar al centro de un circulo de arboles, en el centro, aquella luz azulada se concentraba en un estanque.
- ¿Mami? -
Exclamo Ángel viendo su alrededor y acercándose aun mas a aquel lago que resplandecía, volvió a escuchar la voz de su madre, pero esta vez como un eco. En cuanto estuvo a un par de metros de acercarse al lago, una figura sobresalió de el, la figura exacta de su madre, brillando en un aura azul.
-- Aquí estoy Pequeña, mamá esta aquí --
Ángel, inmediatamente corrió hacia aquella figura, dándole un gran abrazo, ocultando su rostro en el vientre de este, la piel de el se sentía fría, pero su tacto era el mismo que el de su madre. La figura de sonic, en un movimiento lento paso su mano a la cabeza de la menor, para acariciarla de forma lenta, mientras ella lloraba, sus lagrimas no parecían tener un fin, era una lastima que, aquel abrazo, no era verdadero o no el de su madre.
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No quise hacerte daño
FanfictionMis imagenes tendran una firma caracteristica que luego se las enseñare, por ahora ninguna imagen es mia. Disfruten de esta novela algo sin sentido.