Golpee y golpee la puerta, una dos, y mil veces. Estaba super reacia a venir, en cuatro horas tengo clases y entre estar golpeando la puerta y durmiendo me quedo con la segunda opción.
—Al fin — dije entrando — la próxima vez que quieras que venga deberías al menos estar atento
—Por mi que vengas siempre preciosa
—¿Qué haces tú aquí?
—Otra vez la misma pregunta, vivo aquí mujer, ¿Cuándo lo entenderás? — bufó con ese tono tan desagradable de él
—Sí, como digas, ¿tú hermano?
— ¿tengo cara de niñera?
— No pero de idiota sí — espeté
— Pues como te divertirías con este idiota si te animaras
—Ni que me faltaran neuronas para estar con alguien como tú, ¿Dónde está Daniel?
—Que ya te dije que no soy la niñera de nadie
—No le vuelvas a gritar — gruñó el policía desde atrás
— Me se defender solita
— Eso está por verse — dijo Gaspar con una sonrisa presumida lléndose a su cuarto
—Cortala ¿Quieres? — dijo mi corazones y flores caminando hacia mi
— La próxima vez que venga y como que no me abras la puerta en cuanto toque no vengo más ¿oiste?
— Veo que a la princesa se enoja si se despierta antes de las 10 de la mañana
—Sabes que no es eso — dije cruzada de brazos
— Me encanta que seas tan niña chica
—Paren su romanticismo — gritó el hermano fastidioso desde donde se encontraba ahora
—¡Que te jodan! — le grité en respuesta y vi como la cara de Daniel se transformaba
— ¿Y esa boquita de donde salió?
—¿De mi? — dije irónica — pues anda acostumbrándote
— las damas no dicen esas cosas — sentenció
—Pues entonces soy una princesa muy mal educada — dije conteniendo mi risa al ver la cara de horror que seguía teniendo Daniel
— Esta muy mal visto que las mujeres digan esas cosas
— No te queda nada mal aparecer en toalla de la nada ¿he? — dije cambiando de tema mientras sonreía ladinamente observando que solo lo cubría una simple toalla color azul oscuro y como por su torso corrían pequeñas gotas de agua que caían desde su cabello mojado. Bastante sexy a decir verdad.
—No me cambies el tema — dijo cruzándose de brazos
—Pues que te jodan a ti también entonces — dije provocándolo
— Esto no se queda así — dijo mientras me jalaba suavemente del brazo llevándome al lavado del baño — ahora mismo limpiaremos esa boquita
— Pues podrías disfrutar mucho si vieras las cosas sucias que puede hacer esta boquita
— No me llaman la atención — respondió firme
— Oh pues ya veremos — dije mientras juntaba la puerta y comenzaba a retirar su toalla
—¿Qué estás haciendo? — preguntó serio
— Haciendo que disfrutes de una lengua muy mala — dije coqueteando mientras tomaba a su miembro en mis manos
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Dame placer
RomanceAnastasia no conoce limites, es una estudiante de derecho que manda a volar la ley cuanta veces quiere. Negar el sexo a alguien que se lo pide no está dentro de sus planes aún cuando conoce a Daniel.