Me aparté taconeando hacía la otra calle, ningún puto taxi pasaba cuando una más lo necesitaba. ¡Matías!, pensé casi aplaudiendo y comencé a marcar, uno, dos, tres veces marcando y nada, ¿Para qué tiene un celular entonces?
Al fin pasó un taxi pero al estirar mi brazo alguien lo cogió.
— Tú no te irás — reclamó
— El juego acabó — repetí
— Ya déjate de jugar — era la primera vez que me tuteaba y me gustó como sonó
Me llevó con fuerza hacía un auto y me colocó entre sus brazos, me acorraló, pensé en gritar para que alguien llamara a la policía pero fue estúpida mi idea, el imbécil que me acorralaba era uno.
— Por favor deja de jugar — suplicó y me besó suave en el cuello mientras seguía sus manos que me acariciaban dulce bajando por este.
—Déjame ir — susurré aunque no tenía ninguna intención
—Por favor — volvió a suplicar y abrió la puerta del auto sentándome en el asiento del copiloto
No me quedó más que acceder, tampoco era la vil muchacha que iba por la vida rompieron corazones y sus ojos, dios, si tan solo hubieran visto sus ojos notarían el dolor de su suplica.
—¿Dónde vamos? — pregunté luego de un rato, el conducía y conducía
—Sorpresa — enarqué mis cejas y me encogí de hombros
—Al menos si te acompaño no pondrás los antecedentes, ¿verdad?
—Jamás los puse
¡Qué!, ¿todo por nada?
— ¿Estás de broma verdad? — reí sin ganas y él negó con la cabeza
— Nop
Golpee la guantera con fuerza, antes sí, me hubiera dado lo mismo los papeles ya que solo tenía en mente follarme a este bon bon pero algo de él me desagradaba y tenía unas enormes ganas de golpearlo.
***
Hacía calor, bastante; abrí mis ojos y comencé a sentir una respiración en mi cuello, voltee mi cabeza y ahí estaba
—Daniel — susurré despacito, pero nada — ¡Daniel! — chillé pero seguía inmóvil
Mis piernas estaban entre las suyas por lo que no podía moverlas, Ajá, justo en el blanco, levanté mi pierna izquierda y en un segundo sus manos me liberaron tomando su entre pierna
—¿Qué?... tú — gritó sobándose aún
—Linda casa — reí
—¿Puedo saber por qué el golpe?
—Necesitaba apartarme, ¿Qué estamos haciendo aquí?
— Te dormiste en el auto, no sabía dónde llevarte — se encogió de hombros
— ¿Por qué no me despertaste?
— ¡fue imposible! — río — y jamás pensé en pegarte — fingió enfado
— Poco efectivo entonces, debo irme
—no, no debes y son los 2 de la mañana, vuelve a la cama — rodé los ojos y asentí luego
— está bien, necesito ropa — él apuntó con el mentón el cajón de la cómoda
— toma lo que quieras
Me acerqué a la cómoda y cogí una polera negra simple, si no fuera tan desagradable tendríamos tantos juegos para... negué con la cabeza, era un estúpido.
Me bajé los pantalones con facilidad ya que no tenían cierre, estaba descalza y puedo suponer que mi acompañante me descalzó, continué con la blusa y noté unos ojos en mis senos
—¿El babero lo dejo de cortesía? — enarqué mis cejas y luego sonreí de lado
— No sé de qué hablas — fingió mirando a otro lado y reí, pude notar que se sonrojó ante mi pregunta, a lo mejor no es tan idiota después de todo.
Decidí no utilizar la camiseta de Daniel y me acosté luego de retirar mi sostenedor vistiendo solo mis bragas.
uno, dos, tres, cinco, quince segundos contados y unas manos dulces me comenzaron acariciar la espalda, cerré mis ojos y en un momento después estaba sobre el policia.
—Eres preciosa — susurró acercando su boca a la mía y dando la vuelta
— si, si, si, mucho blah blah — tapé su boca con mis dedos y los introduje en su boca riendo, sus manos pasaron a tomar firmes mis caderas. Retiró su boca de mis dedos y los bajó corriendo las bragas a un lado comenzó a acariciar mi feminidad por fuera tocando tímidamente, reí entre sus labios e introdujo un dedo dentro.
Gemí de placer cuando introdujo dos y río jadeando
—No puedo más — murmuró y es ahí cuando sentí sobre mi entrepierna un bulto bastante elevado, apunto de rasgar esos pantalones de tela que llevaba aún.
Bajé mis manos y desabroché rápido sus pantalones bajándolos junto con sus bóxer, su masculinidad se movió liberándose casi dando gracias por el espacio. Era gigante al tacto y pude notar lo gigante que era cuando lo acomodé en mi interior. Un jadeo se escapó de su boca cuando me embistió la primera vez y cerré mis ojos, no solo al tacto era grande, dentro estaba por todas partes, me sentía Steele de 50 sombras cuando decía era toda sensaciones y emociones.
Siguió sus embestidas mientras sus manos empujaban mis caderas acercándome más a él.
— Ah — gimió — oh sí sí — continuó — Dame placer pequeña — suplicó
Erguí mi espalda acomodando mis movimientos a los de él y pude notar como sonreía mientras su cuello estaba hacía atrás. Me movió de forma ágil volteando mi cuerpo dejándome sobre él. Me senté sobre su miembro dando saltitos. Llevando luego mis manos a mi pelo con mi cabeza hacía atrás. Después de un rato en esa posición me comenzaron a doler las piernas.
—¿qué harás? — preguntó al ver cómo me volteaba y entendió a la perfección cuando mi boca estaba sobre su erección y mi feminidad estaba sobre su boca. Su lengua comenzó a hacer unos suaves masajes dentro, moviéndose en círculos mientras yo gemía moviendo mi lengua en su interior.
—Sal — dijo con dificultad y continúe lamiendo con más ganas al saber que deseaba terminar. Reí mientras corría su amigo con mis manos y mi boca lamía su glande haciendo círculos por la orilla de su forro. — Oh — fue lo último que escuché y noté qué se había corrido y volví a succionar.
Terminamos al mismo tiempo y me enderezó apoyándose sobre mi él ahora.
—¿Más? — preguntó acariciando mis senos en este instante y llevando su boca a uno de ellos
Asentí riendo y cerré mis ojos, bajé mis manos dejándome llevar, estaba flacido aún pero dispuesto a volver a jugar.
Daniel afirmó mis manos sobre mi cabeza con una sola de las suyas, tenía futuro como policía, pensé riendo y me volteo luego dejando mis rodillas sobre la cama y mis manos apoyadas juntas sobre la marquesa de la cama.
Introdujo su miembro dentro y gemí al sentirlo esta vez mucho más profundo. Delicioso, y placentero.
Me envestía con más fuerza afirmando mis glúteos con ambas manos y jadee de deseo cuando volví a terminar luego de los círculos e embestidas duras qué hacía Daniel. Cuando él se corrió aún dentro cayó al lado con la respiración agitada
— El mejor juego de mi vida — murmuró y cerró sus ojos acunándome en su pecho y acariciando mi cabello. Besó mi cabeza y cerré mis ojos, estaba exhausta y me dormí.
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Gracias por el comentario y los votos *-* espero dame placer vuelve a tener los mismos votos de la primera vez que la subí. Gracias a los lectores y no olviden.
Ya saben, si les gusta comenten ya sea a favor o en contra y la estrellita si encuentran que no estoy tan mal *-*
Vale

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Dame placer
RomanceAnastasia no conoce limites, es una estudiante de derecho que manda a volar la ley cuanta veces quiere. Negar el sexo a alguien que se lo pide no está dentro de sus planes aún cuando conoce a Daniel.